Cecilia Millán, autora de la novela Límites salvajes: "Te enamoras de los instantes, y al final terminas volando con ellos".

Ediciones Atlantis presenta este sábado en Zaragoza 'Límites salvajes', una novela romántica escrita por la zaragozana Cecilia Millán en la que transmite un fuerte mensaje de fuerza y superación.
"Te enamoras de los instantes, y al final terminas volando con ellos".

¿Qué has querido trasmitir con el título?
El título tiene mucho de la novela. Es parte de la protagonista, del lugar donde transcurre todo, y de las sensaciones que se viven. A veces los límites son solo eso, barreras, y en algunos aspectos paralizan. El título es una ruptura de todo esto, es atreverse, es eliminar el miedo, y sacar ese lado salvaje y auténtico que nos da las ganas de avanzar.

¿Hay alguna persona o hecho real que te haya inspirado para escribir esta novela?
Todos los personajes y los hechos son ficticios, y al mismo tiempo hay en cada uno de ellos mucho de cada persona que ha pasado por mi vida.
En la novela hay olores, texturas, sabores, y muchos rayos de sol atravesando ventanas en los que me he inspirado.

¿Hay algún personaje al que le hayas cogido especial cariño?
A ella y a él. A Claire, a sus amigas…al final todos forman parte de un núcleo indivisible al que he llegado a querer.
He soñado con ellos, y muchas veces deseado tenerles al lado para charlar un rato. Especialmente a Emma, ella tiene muchísimas cosas de las que aprender.

¿Qué motivos le darías a alguien para que no dudara en leer tu novela?
El amor mueve el mundo, esa es mi creencia más firme. Esta es una novela romántica, pero también con un fuerte mensaje de fuerza, de salirse de los tópicos que nos rodean, de elección de vida, y de lucha por los sueños de cada uno. Te enamoras de los instantes, y al final terminas volando con ellos.

¿Hay alguna anécdota que te gustaría compartir con los lectores?
Se me ocurrió una escena bastante intensa para el libro, y la escribí en una servilleta de papel mientras esperaba a que una amiga llegase a la cafetería. El camarero pensó que estaba sucia y la tiró a la basura. Estuvimos más de quince minutos rebuscando entre posos de café hasta dar con ella. Al final no añadí esa parte al libro, pero la cafetería que aparece en la novela está inspirada en aquel sitio, y la voz del camarero se la quedó uno de los personajes.
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