Ediciones Atlantis presenta este viernes en la localidad coruñesa de Melide 'La colonia infernal', una novela de ciencia ficción escrita por el autor Eugenio Piñeiro Mejuto en la que el lector se enfrentará a sus terrores más atávicos, en una perfecta pesadilla ambientada en una colonia minera del espacio exterior sumergiéndose en una trama muy elaborada y sólida, compuesta por el autor alrededor de unos elementos muy originales y novedosos.
La colonia infernal es el cuarto libro que publicas con Ediciones Atlantis. ¿Hay algún título al que le tengas especial cariño?
La verdad es que no. Son todos como si fueran mis hijos, aunque he intentado escribir sobre diferentes temas en cada uno de ellos. El Heraldo del Caos es una historia épica de desamor. El Observador es una novela negra de alta tecnología. La odisea de Tashiko es una space opera protagonizada por una nini del futuro. Y con La colonia infernal, vuelvo a mis orígenes juveniles como escritor de terror. Y aunque todas se podían enmarcar dentro del género de ciencia ficción, traté de dar a cada obra su propio carácter.
¿Cómo ha sido la evolución de Eugenio Piñeiro como escritor?
Pues estoy intentado escribir relatos más cortos. He detectado ciertos suspiros de pesadez cada vez que intento vender uno de mis libros a un nuevo lector, que reacciona así ante el grosor de mis anteriores trabajos. Así que estoy tratando de contar historias que quepan en una sola libreta gorda, pues sigo trabajando de esta manera. Escribo en libretas durante un año o unos cuantos meses, y luego lo paso al ordenador. Y este método funciona bastante bien, porque me permite reducir el número de las dichosas erratas y me ayuda a estructurar mucho mejor la historia de turno. Además, suelo tardar un mes en pasar el manuscrito a limpio.
¿Qué tienen en común todas tus novelas?
Aparte de que se enmarcan en el género de ciencia ficción, también presentan grandes dosis de acción y aventura, con tiroteos incluidos. Los relatos que escribo están a medio camino entre la ciencia ficción dura y la ciencia ficción blanda. Además, en mis historias, los personajes femeninos son tanto o más importantes que los masculinos. Ya era así en El Heraldo del Caos, mucho antes de que se pusiera de moda que los políticos y las políticas fuesen a protestar a las manifestaciones del 8-M. Y de aquí paso al siguiente rasgo característico, porque estoy obsesionado con todo tipo de prejuicios (sobre la política, la sociedad, el sexo, la religión...). Escribir ciencia ficción me permite criticarlos e ir más allá de las convicciones sociales imperantes. También hay otra constante que se presenta en mi obra, y es la intrincada participación de las inteligencias artificiales en el desarrollo de cada historia. En cierta manera, continúo el trabajo de Isaac Asimov, al mismo tiempo que intento preparar al lector para que se enfrente a los desafíos tecnológicos-filosóficos del futuro próximo que se nos viene encima. Y por último, pero no por ello menos importante, suelo plasmar una revelación trascendental al final de cada historia, que a menudo marca el inicio del tercer acto de la obra. Suele ser una revelación espiritual, basada en los últimos descubrimientos científicos sobre el cosmos o la evolución de los seres vivos. Es mi manera de recompensar al lector que se animó a adquirir uno de mis relatos para pasar el tiempo, para que termine de leerlo siendo un poquito más sabio que cuando empezó.
¿Qué se van a encontrar los lectores en La colonia infernal?
El lector que se atreva a sumergirse en estas páginas, se enfrentará a sus terrores más atávicos, en una perfecta pesadilla ambientada en una colonia minera del espacio exterior. El lector que ya está habituado a estas lides, encontrará enseguida la referencias. Al principio, la novela se parece a Alien, por la mitad, a Dead Space, y por el final, a Doom. Incluso aparece un personaje que se llama Jason Krueger, en homenaje a los dos asesinos slashers más populares del cine de terror. Esta historia es un auténtico horror survivor en formato de libro. Pero los protagonistas no tendrán que vérselas con aliens, necromorfos y demonios, sino contra seres que meten mucho más miedo... Pero no diré aquí contra qué luchan, ya lo leerán ustedes.
Eres ilustrador aficionado y usas tus diseños para promocionar tus libros. ¿Has considerado incluir ilustraciones en tus novelas?
La verdad es que no. Antes de ser escritor, traté de ser dibujante de comics. Y una vez, que intenté mandar una de mis obras ilustradas a través de e-mail, tuve que abortar el mensaje porque el archivo en cuestión era demasiado pesado para ser enviado. Así que al final me dediqué a la literatura, porque es muy difícil trabajar en un comic cuando se realiza en solitario, como hacía yo. No obstante, aunque me resisto a dejar esta puerta cerrada del todo, mis novelas ya se explican bastante bien por sí solas, así que no me importa que se queden tal como están, sin ilustración alguna.
¿Estás en un nuevo proyecto? Si es así... ¿nos puedes adelantar algo?
Después de haber publicado La odisea de Tashiko, mis allegados me están pidiendo una historia que no esté tan estrictamente dirigida a lectores adultos, que sea más para todos los públicos. Ya he redactado una historia así, que además es de temática feminista y ecologista... Y de momento, es todo lo que voy a contar al respecto.