1.- ¿Quién es Miguel Carrillo García?
Esa es una pregunta que todavía me parece difícil poder contestar; es difícil saber quién es realmente uno mismo. Soy un joven de 18 años que ahora mismo pone el broche final a una etapa de su vida para pasar a otra más importante si cabe: el salto a la universidad. Con el estudio de la carrera universitaria que he elegido trataré de saciar mi inquieto afán descubridor.
Aún así, soy un apasionado de la cultura y el arte en general, la acuarela que colorea la vida. Componer, escuchar e interpretar música, leer y escribir, … son algunas de las actividades artísticas que componen una parte intrínseca de mí, sin las que mi vida no sería la misma. Asimismo, siento predilección por la tradición y bello y rico folclore de mi tierra, Andalucía, en todas sus manifestaciones (literatura, pintura, música, danza,…) que llevado a escena correctamente emociona a cualquier persona, sin importar su procedencia ni nivel de instrucción.
2.- ¿Qué van a encontrarse los lectores en tu primera novela ‘Solo por comerme una manzana’?
Se van a encontrar con una historia algo enrevesada, que constantemente hace referencias a elementos que pudieron a parecer 100 páginas antes. También encontrarán el conflicto de intereses que desarrollará la protagonista, quien se debatirá entre hacer lo que se le ha enseñado que está bien y lo que ella considera que está bien y quiere hacer.
Por último, pero no por ello menos importante, una reivindicación por la represión histórica de tantos colectivos y por la importancia del trabajo en grupo para llegar a un fin.
3.- Desde el título, la historia parece querer llevarnos a los viejos cuentos clásicos de siempre. ¿Reconoces esta influencia?
Es cierto que puede evocar a cuentos clásicos como Blancanieves y los siete enanitos, donde comer una manzana también es un elemento central de la trama. Sin embargo, nunca lo pensé como una influencia directa, aunque de forma inconsciente tal vez pensara en estos cuentos, no quise copiar elementos de otras obras.
4.- ¿Existe o ha existido El Campo del Ebro o te has inspirado en algún lugar parecido?
El proceso de nombramiento del pueblo en el que sucede la novela fue algo arduo. Primeramente, no pensé en designarlo con ningún nombre, pero tras ver que debería realizar diversas referencias a El Campo del Ebro, pensé en buscarle uno. Para ello, creí adecuado buscar un pueblo español en el que hubiera habido un caso de brujería (diferente a Zugarramurdi) para ambientar mi historia en él. Así, encontré Trasmoz, un pequeño pueblo de Zaragoza cuyas características copié: está en la provincia aragonesa, tuvo una caso de brujería por el que se le excomulgó, etc.
Sin embargo, conforme avanzaba el libro, me comenzaba a inventar muchos datos, como la iglesia que se convertiría en biblioteca, los detalles sobre las plazas,… Así que decidí nombrar a la localidad con otro apelativo, surgiendo así El Campo del Ebro. Finalmente, cuando completaba la escritura del libro, descubrí que en Cantabria hay también un pequeño poblado llamado Campo de Ebro, que fue el motivo que me llevó a escribir una de las “notas” del principio del libro, pues mi “El Campo del Ebro” no tenía ninguna relación con el real “Campo de Ebro”.
5.- Algunos pasajes de la novela incluyen elementos basados en la realidad, como la existencia de la persecución hacia la brujería. ¿Has tenido que investigar algo de la época para escribir este libro?
Obviamente, he necesitado algo de investigación, ya que sería difícil e irresponsable hablar de un tema del que no se tienen los conocimientos necesarios. No obstante, más allá de allí, de estar seguro de no cometer ningún error muy grave, quise dejar que mi imaginación realizase el resto del trabajo, porque pensé que si me encerraba en relatar todo tal y como sucedía en la realidad quedaría un relato demasiado artificial, sin que realmente transmitiera lo que yo trataba de transmitir.
6.- ¿Es la fantasía tu género favorito o te abres a cualquier otro?
Como todo durante nuestra vida, los gustos cambian. Anteriormente, cuando era más pequeño, sí era cierto que todas las novelas que leían solían ser fantásticas, donde lo paranormal, sobrenatural, mitología, magia, … constituían el eje central del desarrollo de los acontecimientos. Ahora, me suelen llamar más la atención las obras más adultas, como las de misterio de Carlos Ruiz Zafón o históricas de Julia Navarro, que creo que me hacen madurar mientras leo. Sin embargo, pienso que la lectura debe servir para la evasión y el ejercicio de la imaginación, por lo que sigo prefiriendo que las obras, aunque sean totalmente verosímiles, incluyan elementos fantásticos, como las obras que se ajustan al realismo mágico, teniendo por ejemplo Como agua para chocolate de Laura Esquivel.
7.- ¿Estás ya trabajando en algún nuevo proyecto?
Sí, el verano pasado comencé con otro proyecto, que se ajusta a mis cambios de gustos literarios, como expliqué anteriormente. La novela trataría sobre una joven que, tras la muerte de su padre, descubre que no es hija única, tiene un hermano mellizo de misma madre pero diferente padre, y que la muerte de su madre no fue una muerte durante el parto común. Aunque no está muy avanzada, si tengo bastante planteado lo que quiero que suceda. Aquí podemos apreciar lo que comenté sobre los elementos de fantasía en un ambiente verosímil, pues planeó una novela con pinceladas de misterio con invenciones como la verdadera razón de la muerte de madre o el motivo por el que los hermanos permanecieron separados.