Como escritor desconocido que aún soy, solo espero que se interesen por mis libros los amigos y la familia. Sin embargo, mis amigos no son multitud y mi familia no es numerosa. Y puesto que amigos y familia ya disponían de un ejemplar de El tiempo conmigo, y tenía la oportunidad de exponerte en el escaparate de la Feria del Libro de Madrid 2018, solo me quedaba desvestirse de escritor para ataviarse de librero de tu propia novela.
Eso fue lo que hice en la lluviosa tarde que me tocó firmar ejemplares de mi segunda novela en la caseta 206 (Librería Fortuna). La práctica totalidad del tiempo que estuve en la feria, me dediqué a hablar con casi todos los visitantes que transitaban por la caseta en ese momento, les ofrecí ejemplares de El tiempo conmigo, para que leyesen la sinopsis o algunas páginas al azar y me conocieran.
Debo reconocer que la mayoría de los transeúntes solo se quedaron en la lectura de la contracubierta del libro, algunos viandantes ni siquiera llegaron a eso, pero cada vez que alguna persona se interesaba por mi obra y decidía a adquirir el libro, la explosión de la alegría era casi tan mayúscula como la que se experimenta después de un orgasmo largamente postergado.
De mi experiencia en la FLM18 me llevo la gratitud que siento hacia mis nuevos y desconocidos lectores, por su escucha, generosidad y confianza.
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