Ediciones Atlantis presenta el 31 de enero en la Biblioteca Sagrada Familia de Barcelona, ‘Carmen’, una novela distópica de ciencia ficción escrita por la autora Marina Boquera Gómez que nos sitúa en un futuro no muy lejano en el que el sueño ha perdido su valor regenerador y sus habitantes dedican todo su tiempo a trabajar y al entretenimiento. En ese punto, Carmen es la última esperanza de una sociedad totalmente controlada por una instancia superior que no permite la disidencia ni el librepensamiento.
¿Sacrificarías tus sueños para seguir soñando?
• ¿Hay algún hecho que te haya inspirado para escribir esta novela?
Realmente sí. Desde pequeña los sueños han cautivado mi atención. Mi admiración por el sueño se ha ido desarrollando a lo largo de los años, fomentado, no solo por su carácter esencial y cotidiano en nuestras vidas, sino por su naturaleza misteriosa y, hasta me atrevería a decir, mística. Esto, unido a la sociedad desenfrenada y mercantilista a que la que estamos supeditados, me llevó a pensar irremediablemente en la peor de las distopías… ¡un mundo sin sueño!
Amo dormir, es un placer, creo que este es el hecho primordial que ha servido de combustible para escribir la novela. Aunque, a la vez, ha sido un impedimento ya que no he madrugado demasiado para escribirla.
Poco a poco nos van arrebatando horas de sueño de una manera muy sigilosa, y creo que esta novela es una consecuencia lógica del camino que llevamos.
• ¿Por qué Carmen? ¿Qué has querido transmitir con el título?
Carmen significa poema en latín. Un poema, a fin de cuentas, es un sueño materializado. Un poema dice lo indecible, al igual que los sueños. Son dos modos de comprender, interpretar y sentir el mundo que se caracterizan por su carácter esencial, directo y verdadero. Creo que al soñar hacemos poesía y al hacer poesía onirizamos la realidad diurna.
En una sociedad futura como la que se plasma en la novela, el nombre de Carmen rompe con la modernidad y es utilizado como una reivindicación, una vuelta a lo clásico.
Por otro lado, Carmen, fonéticamente, tiene mucha fuerza, y ésta es una cualidad que caracteriza a la protagonista de la novela.
• ¿Qué se va a encontrar el lector en esta novela?
Dilemas. ¿Qué hacer?, esa es la cuestión. Creo que el lector tendrá que plantearse qué haría en una tesitura como la que se presenta. ¿Dejar de dormir para cumplir con las exigencias sociales o preservar las horas de sueño? El cambio de paradigma que se plantea en Carmen es más plausible de lo que me gustaría admitir, y desgraciadamente creo que tarde o temprano podemos llegar a encontrarnos en una situación en la que debamos afrontar personalmente tales disyuntivas. Creo que en esta novela se presentan problemáticas actuales llevadas al límite, hecho que nos facilitará ver hasta qué punto nuestras vidas están coaccionadas por fuerzas mayores. Lo que el lector se encontrará es una visión prospectiva de lo que esto puede llegar a ser.
• ¿Te sientes identificada con Carmen?
He querido que Carmen tuviera su identidad propia más allá de las cosas que he puesto de mí en ella. Cuando pienso en la protagonista de mi novela veo a alguien afín a mí, pero que no soy no. Puede parecer mi álter ego, pero me gustaría que el lector considerara a Carmen olvidándose de la persona que hay detrás. Es cierto que compartimos algunos puntos, que ella ha tomado de mí ciertos rasgos característicos, del mismo modo que yo la he copiado en otros. No lo digo por decir, cuando empecé a escribir Carmen yo tenía diecinueve años y era estudiante de Ciencias Ambientales, y no fue hasta dos años y medio después que decidí, al igual que mi personaje, pasarme a estudiar Filosofía. Seguramente si Carmen y yo nos llegáramos a conocer, tendríamos bastantes temas para debatir (y discutir).
• ¿A qué autor admiras?
Para mí Calderón de la Barca es un maestro. La vida es sueño es una obra de arte, imprescindible en cualquier estantería. De hecho, lo tengo como mi libro de cabecera, al cual recurro a menudo.
A veces pienso si Calderón se llegó a imaginar en alguna ocasión que casi cuatrocientos años después, una joven leería y reelería su libro y le agradecería con todo el corazón que lo hubiera compartido con el mundo y con ella.
Hay que ver lo que une un libro.
• Un libro que te haya marcado…
Un mundo feliz de Aldous Huxley. Lo leí durante mi adolescencia y provocó un momento de inflexión en mi vida. Hay ciertas experiencias que te permiten ver las cosas desde una nueva perspectiva, bajo una nueva luz, y esto me pasó con esta novela. Sin ninguna duda, después de leer esta distopía, una puertecita se abrió dentro de mí, una puertecita que llevaba al planteamiento de muchas cuestiones acerca del condicionamiento al que estamos expuestos, de la vida en sociedad, del cómo vivir, de los problemas socioeconómicos que influyen en nosotros, de las consecuencias más extremas a las que ciertas ideologías nos pueden llevar, etc.
Más tarde, la crítica del valor de Marx ha sido el siguiente paso en este replanteamiento del funcionamiento social y político. En Carmen lo que vemos es el último estadio que queda por cumplir para llegar a un capitalismo extremo. No olvidemos que todavía no se le ha encontrado ningún valor económico y productivo al sueño. Aquí radica la crítica del valor. El sueño, más allá de su valor de uso, no tiene valor.
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