Ediciones Atlantis presenta este viernes en Barcelona 'Conexión: La vidente', una novela policiaca escrita por Ramón Valls que, en palabras de su autor "hará reflexionar al lector sobre el robo de la propia identidad, también el de la felicidad y las consecuencias del maltrato de género, además de la estupidez que desde la prepotencia muchos tienen".
¿Quién es Ramón Valls?
Pues soy una persona inquieta que me encanta imaginar y al dejar la profesión, empujado por un hijo que me obligó a asistir a un taller de narrativa, entré en el mundo mágico de la ficción, mundo que me permite desarrollar aquellas cuestiones que en forma de palabras y como hilo conductor, me llevan a una historia donde reflexionar sobre esa palabra inquietante. En lo personal soy un esposo, padre y abuelo, que por la edad que ya no me permite tener vergüenza, intento disfrutar de mi tiempo sin dejar mis compromisos para con lo trascendente, sin darle más importancia de lo que se merece eso de lo trascendente.
¿Hubo alguna persona o situación que te inspirara para escribir esta novela?
Como decía antes, el hilo conductor de esta historia es la palabra HURTO. Pensé qué hurto es merecedor de esa inquietud que de por si muestra la palabra, concluyendo que uno de ellos, quizás no el más alevoso pero sí ciertamente inquietante, el hurto de la propia identidad. De eso va la novela, cuando la justificación del hurto de la identidad se realiza con un fin que se entiende ético y, consecuentemente, bueno. No obstante, en el propio texto de la historia de ficción de la novela hay otras cuestiones, como el maltrato de género y la prepotencia que desde el poder se exhibe, aunque de forma estúpida se cae en esa confianza que da la propia prepotencia. Si me preguntas por alguna circunstancia en concreto que pudiera inspirarme la novela, por aquello que puede incriminarme, no te responderé, dejémoslo así, ¿te parece? Eso sí, puedo contar una anécdota, en una conversación de café, una fuente que no citaré jamás, me contó que una cierta vidente de esas que salen a las tantas de la madrugada, ante una clienta inquieta por las predicciones que le hacía sobre su marido, deseando deshacerse de él, le dijo que con unos polvos a agregar al café el esposo, le garantizaba que este desaparecería de su vida. Contarle eso a un escritor imaginativo era darme un instrumento para la historia que no podía desaprovechar.
Conexión: La vidente, es la segunda parte de una trilogía. ¿Qué tienen en común estas novelas?
Mucho y nada. Mucho por los matices de esos grises que me gustan, ya que los personajes que por sus circunstancias rompen la línea roja del mal traspasándola, me gusta analizar las razones que les lleva a ello y analizar su ética y su moral, que las tienen aunque no las compartamos. En todas las novelas de la trilogía se ve claramente los diversos matices de ese lado gris de los personajes. También está la intención de reflexionar sobre la cuestión principal. En la primera, DESDE LOBO GRIS, dado que no he sentido ODIO nunca, me propuse encontrar una circunstancia que me lo justificase de haberla vivido. En esta, por aquello de que puede incriminarme, lo dejo a que la inteligencia del lector encuentre ese robo de identidad. El la última, que espero publiquéis para noviembre, la palabra hilo conductor es LEY, y por aquello de la Ley del Talión, recuerdo la frase, no al autor, pero decir que la venganza es el último reducto de la dignidad. También está en común el tándem Climent y García, con sus consortes que si bien resuelven los casos, en ocasiones no les satisface el desenlace real por una u otra causa. Respecto a lo de nada, pues que cada una de las historias, todas de ficción, quede claro esa cuestión, tiene todo lo que debe tener una novela: planteamiento, nudos y desenlace. Si bien, en la última, aparecerán mezclados personajes de las dos historias anteriores, algunos de ellos con un protagonismo que da sentido a afirmar que es una trilogía.
Reconozco que el formato de las tres está pensado con una clara tendencia a mirarlas con futuro de serie televisiva. Ojala sea así y la editorial y un servidor nos podamos ir de fiesta a Nueva Caledonia, o mejor, a la isla de Pascua.
¿Qué se va a encontrar el lector en esta novela?
Una vidente cuya bola de cristal no le sirvió para salvarse y que es el común denominador de su propia muerte, de un secuestro, un suicidio involuntario y una muerte por casualidad, al tiempo que además de entretenerle, le hará reflexionar sobre lo que apuntaba antes, el robo de la propia identidad, también el de la felicidad y las consecuencias del maltrato de género, además de la estupidez que desde la prepotencia muchos tienen. Esos son los elementos que encadena la secuencia de hechos que se narran.
¿Puede ser una lectura independiente o es necesario haberse leído las partes anteriores para su comprensión?
Como apuntaba antes, las tres novelas se pueden leer independientemente una de otra, ya que los tres casos a investigar quedan absolutamente cerrados, resolviéndose con más o menos fortuna, como apuntaba, el planteamiento dándole un desenlace a cada historia. Pero creo que analizar la perspectiva del conjunto de personajes que van apareciendo en la trilogía y sus diversos papeles en las novelas, es la razón de que siendo tres historias independientes compongan una trilogía. Recomiendo la lectura de las tres novelas, aunque para la tercer deban esperan unos meses.
¿Qué sentimiento te es más difícil de transmitir en un libro?
Bueno, transmitir sentimientos no es fácil si el autor no los siente al narrar las vicisitudes de cada personaje, así que hay que penetrar en el alma de cada uno de los personajes y actuar como lo hacen. Pero el sentimiento que más me cuesta son los que se derivan de la inocencia y la ingenuidad. A mi edad es algo difícil, quizás por ello, en los grises me encuentro más a gusto. Con los años te das cuenta de ese montón de cosas por las que hacer contrición.
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