Félix González García: "El escritor va creciendo con las obras que va leyendo. Como muchos otros, no entiendo la escritura sin la lectura. La lectura como fuente de energía para la escritura.".

Ediciones Atlantis presenta 'Isla Zafiro' una novela de intriga política de Félix González García, con la vieja ciudad de La Habana como protagonista. 

1.- Cuéntanos algo de ‘Isla Zafiro’.

Es la obra más comercial que he escrito, sin por ello dejar de tener cierta lectura erudita. Está situada en La Habana, con el trasfondo de la dictadura de los hermanos Castro. Como contraste a La Habana, ciudad anclada en un pasado decadente, aparece también la ciudad de Nueva York, ciudad moderna, capital de la cultura en general, del cine, de la moda, ciudad de contrastes, megalómana. Hay un choque de dos ciudades, al igual que un choque de dos gobiernos: uno que representa al capitalismo, al neoliberalismo un tanto salvaje; y otro que representa al comunismo rancio, a la utopía de un socialismo igualitario que deviene miseria y anula al ciudadano sujeto de derechos y libertades. El individuo abandonado por el Estado a su suerte en la selva del dinero versus la desaparición del individuo disuelto en la voluntad del Estado totalitario. 

2.- ¿Cómo y dónde surge la idea de la novela?

La idea surge en el primer viaje que realizo a Cuba. El choque que experimenta el viajero cuando explora una ciudad paralizada desde hace sesenta años en el devenir de la historia, y sometida al experimento de un neo totalitarismo. El contacto con los cubanos; el profundizar en el conocimiento de su día a día, de sus desesperanzas, de su idiosincrasia… Era un tema del que no podía dejar de escribir, como una catarsis interior.

3.- ¿Cuáles son los temas más poderosos presentes en la obra?

1º El totalitarismo impuesto en Cuba con la Revolución castrista.

2º La desesperanza del cubano al que no le permiten vivir en libertad.

3º La violencia del poder contra sus súbditos para seguir dominándolos.

4º La puerta a la esperanza que intentó abrir el ex presidente Obama con su intento de apertura de relaciones comerciales como modo de dar pasitos a favor de los derechos humanos y las libertades.

5º La fragilidad de las democracias y el Estado de Derecho.

4.- Mientras la escribías, ¿pensabas en algún tipo de lector en especial?

Me inventé un personaje virtual imaginando que vivía las peripecias que iba narrando. Un personaje femenino al que imaginaba postrada en la cama, esperandome cada noche para contarle un episodio. Yo era una especie de Sherazade y ella un califa que me escuchaba atentamente, que necesitaba de mi relato antes de dormirse. Pero en general no. Cuando escribo suelo hacerlo sin pensar en ningún lector en particular. Solo tratando de llevar una reflexión al papel. Me gusta envolverlo en forma de ficción porque creo que resulta más ameno al lector, pero no pienso en ningún perfil concreto de lector. No escribo para vender; escribo más bien como una forma de catarsis, de liberarme de algo que me preocupa. Y los temas que me preocupan a mí son los mismos temas que preocupan a casi todo el mundo. Unos hablan de ellos en los bares, en las tertulias, en las plazas de los pueblos, yo prefiero encerrarme en mi oficina y escribir sobre ello. 

5.- ¿Qué autores dirías que te han influido?

El escritor va creciendo con las obras que va leyendo. Como muchos otros, no entiendo la escritura sin la lectura. La lectura como fuente de energía para la escritura. En aquel momento leía La guerra del fin del mundo de Mario Vargas Llosa. También las obras de Guillermo Cabrera Infante, Leonardo Padura, y muchos otros.

6.- ¿Cómo describirías tu estilo a la hora de escribir?

Dicen que el estilo es como la forma de vestir de una persona. A mí me gusta vestir sencillo, sin renunciar a la elegancia. Casual, pero con un toque de dandismo. Nada de maquillajes, ni máscaras, ni adornos barrocos. En esta obra utilizo el estilo objetivo directo, es decir, es el personaje principal el que cuenta sus peripecias, con un lenguaje a la vez descriptivo y poético.

Share: