Silvia Gómez Coillard: "El Cenicero significaba un reto que creo haber superado pero con el que, sobre todo, he experimentado en su proceso de creación. "

 1.- Cuentas ya con una interesante trayectoria literaria, con premios incluidos. ¿Nos puede hablar algo de tu carrera como escritora?

       La escritura ha sido una constante en mi vida desde que tengo uso de razón, un vicio del que no he sabido (ni querido) desprenderme con los años y al que sigo enganchada con la misma pasión. 

Incondicional, sí, como toda relación íntima que se precie, pero también caprichosa y fluctuante, pues me ha llevado a escribir multitud de géneros. Ahora que tan de moda se halla el término diversidad, en mi caso se ha cumplido: poesía relatos, micro relatos… Siendo galardonada en certámenes literarios de distinta índole (Primer Premio del XVIII Certamen Literario Centro de la Mujer de Benalmádena”, III Certamen de Relato Breve "Relatos con Zapatos”, IV Edición del Concurso de Microrrelatos Bodegas "Martín Verdugo"), a la par que colaborando en antologías (Antología Encuentros Poéticos Teatro Romano Itálica”, “Microterrores”…) y publicaciones culturales. 

Pero publicar novelas, sin duda ha resultado la aventura más emocionante de todas. La más destacada de ellas, “Flores para las Ánimas”, dos años consecutivos en la Feria del Libro de Sevilla, me regaló momentos inolvidables al escribirla y luego al confiar sus páginas a los lectores. 

Y ahora me siento entusiasmada por estrenar mi primera obra de novela negra moderna, “El Cenicero”. Porque, como ya habréis imaginado, en las novelas también practico la diversidad de temática y estilo. 

2.- Háblanos de El Cenicero. ¿Una novela negra acerca de la venganza? 

    No sé si por venganza o no, pero el culpable de esta obra es mi marido, un adicto a la novela negra, un bebedor incansable de thrillers actuales que me propuso el reto de crear una. ¿Cómo decir que no a su desafío? 

       Y la venganza, en efecto, subyace al núcleo de la trama. Pero es un arma con más de dos filos, y de tres, y apostaría a que los lectores estarán de acuerdo con esta afirmación cuando vayan descubriendo qué se encuentra tras ese olor a humo del cenicero... 

       La describiría como lectura sencilla, ágil, con un vocabulario actual, muy distinto al que he usado en mis anteriores obras (un reto es un reto, e incluye pormenores como éste, incluidas las palabras malsonantes que exigían algunos de sus personajes…).       

3.- Sin spoilers, ¿qué puedes decirnos de alguien como Adrian Carsson?  

       Que como cualquiera de nosotros tiene sus ángeles y demonios, sus virtudes y sus vicios, sus mejores y peores días, y un pasado, eso sí, uno que podría haberle llevado a un callejón sin salida. Adrian es un tipo duro para una profesión y entorno igual de duras. ¿Principios? Por supuesto, aunque a veces haya que enfundarlos en la beretta y encañonar con ella a quienes no los tengan. 

4.- Tienes una carrera variada y diversa en cuanto a géneros y temáticas. ¿Qué ha supuesto para ti escribir una historia como El cenicero?

       Como te comentaba al principio, El Cenicero significaba un reto que creo haber superado pero con el que, sobre todo, he experimentado en su proceso de creación. Y he aprendido, cómo no, pues escribir también implica aprender, investigar... Sin duda repetiría la experiencia y lo no descarto en un futuro. Sólo espero que los lectores la disfruten tanto como yo.    

5.- La literatura ocupa un lugar muy principal en tu vida, ¿estás ya trabajando en alguna nueva idea?

       La aventura continúa, por supuesto, aunque ha dado un giro de 180 grados y ahora ando inmersa en un drama de misterio, ambientado en la España de 1900. Pero quién sabe, igual se cruza algún otro proyecto en paralelo… Si algo me apasiona de este mundo, es que las sendas se entremezclan como las líneas del destino en las palmas de las manos     


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