Javier Muñoz Chumilla, autor de 'Cenizas de guerra':Intenta ser cruda y real, pero con cierto romanticismo y belleza en lo que transmite

Ediciones Atlantis presenta este viernes en Palma de Mallorca 'Cenizas de Guerra', una novela de Ciencia Ficción escrita por el autor Javier Muñoz Chumilla que habla de errores, de aciertos, de esperanzas y horrores, que vivieron nuestros padres, y que estamos viviendo nosotros a través de un vacío filosófico que nos puede llegar a condenar, y que, sin duda, afectará a nuestros descendientes de manera más terrible.

¿Cómo surgió la idea para escribir esta novela?  
El primer capítulo “Ojalá vivas tiempos interesantes”, que después serviría de base para el resto de la novela, fue concebido como una novela corta para un concurso en la localidad de donde soy originario, Yecla. Sobra decir que no gané, pero me había gustado mucho, y llevaba tanto tiempo esperando poder escribir ciencia ficción un poco más seria, que cuando tuve el momento para continuar, no lo dudé

 ¿Qué parte te ha costado más escribir en cuanto a personajes, trama, ambientes…?
Una de las cosas más difíciles que he encontrado ha sido dar coherencia a todo el universo de la novela. Son diez colonias, cada una con su política interior y cultura, con las distintas modificaciones personales y psico-sociales que cada nuevo ambiente podía impregnar en la conciencia colectiva… De alguna forma, si dejaba que dos planetas se pareciesen demasiado, estaba casi condenando a la novela a perder cierta credibilidad. Si una persona en África y otra en Estados Unidos difieren tanto en cuanto a actitudes y formas de afrontar su vida, ¿cómo de distintas serían dos personas nacidas en planetas distintos?
Luego, el segundo acto, algo más personal, fue complejo porque coincidió con una época dura de mi vida y mucho de ello se vio reflejado en el personaje que sigue la novela en ese punto. Pero, de igual forma, tenía que saber darle coherencia, incluso dentro del dolor que sentía. No podía ser así y ya.

¿De dónde nació ese afán de escritura?
Llevo desde los diecinueve años escribiendo en serio, pero procede de unos cuantos años antes. Supongo que me gusta contarme historias, de todo tipo, y adoro poder seguir una en la que, sí, yo pongo las reglas, pero a la vez no tengo ni idea de qué va a pasar. Ideo el universo, cómo funcionan sus leyes, y sitúo personajes en su interior, y a partir de entonces soy tan lector como cualquiera. Sólo que, mientras, mis dedos se mueven al tiempo que yo descubro. De ahí procede, de esa curiosidad y ganas de contarme historias.

 ¿Qué le dirías a un lector que duda si leer “Cenizas de guerra”?
Le diría que “Cenizas de guerra” es una novela que les habla a todas las personas con una cultura occidental (y ciertamente asiática) desde los años cincuenta del siglo pasado, hasta posiblemente los años cincuenta de este siglo. Habla de errores, de aciertos, de esperanzas y horrores, y todos estos elementos los vivieron nuestros padres, los estamos viviendo nosotros a través de un vacío filosófico que nos puede llegar a condenar, y sin duda afectará a nuestros descendientes de manera más terrible. “Cenizas de guerra” no es una novela de ciencia ficción. A veces creo que ni siquiera es una novela. Me gustaría pensar que es una mirada al interior de nosotros mismos como humanidad, en la que muestro cosas bonitas, pero también aspectos de nuestros hábitos mentales que nos llevarán al caos. A un mal caos.
Eso sí. Nada de moralismos, ni tampoco paternalismo. No hallaréis catastrofismo, aunque sí un poco de pesimismo. Espero que tanto “ismo” no sea excesivo. Intenta ser cruda y real, pero con cierto romanticismo y belleza en lo que transmite.
Además, si le gustan los secretos dentro de la novela, su propia estructura tiene varios guiños a los temas centrales de la misma, como son la pérdida de raíces, de las bases de las civilizaciones humanas, los mitos, etc.

¿Cuál es el último libro que has leído? ¿Lo recomendarías?
Terminado fue “La guerra de las Salamandras”, porque en la actualidad me encuentro con un par en las manos (más por falta de tiempo que por ambición). Y sí, muchísimo. Leí que, junto a “1984” y “Un mundo feliz”, conforma la tríada distópica. Las tres fueron escritas durante la misma época. En esta, a diferencia del trasfondo tan político (la primera) o social-consumista (la segunda), se centra en nuestro talón de Aquiles: la economía. Con mucho humor, nos relata poco a poco cómo uno de los mayores descubrimientos de la humanidad, unos reptiles que, bien enseñados, acabarán por hablar, expresarse y trabajar, acaban por dominarnos. No porque sean más inteligentes que nosotros, eso por supuesto. A partir de aquí, es spoiler, aunque el gusto de la novela es reírse ante la evolución (a través de ochenta años, creo) de las salamandras en la civilización humana.

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