Hola compañeros de Ediciones Atlantis. En esta ocasión os quería comentar el último libro de Carmen Baena Salamanca, una de las principales escritoras de nuestra editorial y personaje mediático bastante conocido debido a sus enormes responsabilidades profesionales como médico forense de la Audiencia Nacional.
Se trata de “Intoxicados y tóxicos”, una narración humorística basada en su propia experiencia laboral cuando prestaba sus servicios en el Instituto Nacional de Toxicología. En ella nos describe aquellos casos, seleccionados entre miles, podéis figurároslo, que constituyeron las consultas más hilarantes, disparatadas e inocentes; y desprovistas por lo general del dramatismo de otras, tenerlo por cierto, con las que se podría escribir, por el contrario, más bien un ensayo sobre los horrores que acontecen a diario al género humano.
Por supuesto, Carmen, las trata con todo respeto, benevolencia y caridad, sabedora de que quizás en el momento de su consulta, supusieron para sus protagonistas también tremendos dramas personales debidos sobre todo a su ignorancia y poca cultura, a la avanzada edad o a los nervios desatados por situaciones imprevistas.
Aunque nuestra compañera, pese a todo su prestigio, es una mujer de lo más sencillo y humilde, y no se considera a sí misma como una buena escritora, tengo que alegar que en realidad es una excelente literata. No por que nos atosigue con recursos lingüísticos para demostrarnos su oficio, como hacen algunos academicistas, sino por que nos transmite con una fuerza desbordante todo aquello que nos pretenda contar.
Así lo hizo con su primera obra, “Descansen en Paz”, que no me atrevo casi a recomendar precisamente por su terrible dramatismo, no es una lectura apta desde luego para cualquier público, donde nos narra casos reales, quizás solo ligeramente modificados, de autopsias que ella misma tuvo que acometer. En ella, no es precisamente la crudeza de las disecciones descritas lo que inquieta a sus lectores, que también, sino el trágico destino de los difuntos protagonistas que les ha llevado a la morgue. Es un libro magnífico, pero ya os digo que no lo veo para uso de gente muy sensible.
Mas en esta ocasión nuestra amiga nos obsequia con esta entretenida comedia que sin duda os hará reír a mandíbula batiente. Y luego, aparte de los hilarantes casos telefónicos, hay otros relatos, un poco más largos, en principio tratados como si fueran también consultas telefónicas, que en realidad son humorísticas críticas a ciertos personajes conocidos de la autora.
Pues bien, aquí Carmen ha escrito con tanto arte, que yo en un primer momento hasta dudé que pudiera ser obra suya, puesto que tenía por más desenfadado su estilo. En verdad la narración alcanza un nivel magistral, digno de aplauso, jugando con las palabras y las frases, desarrollando conceptos complicados de definir. En fin, me quito el sombrero y me atrevo a pedirle, a pedirte Carmen, que por favor no dejes la escritura, creo que vales mucho más de lo que piensas.
Un saludo amigos.
Estimados amigos de Ediciones Atlantis:
ResponderEliminarCon todo mi respeto, no estoy de acuerdo. No creo que Carmen se considere una pésima escritora, pues como persona inteligente que es, no se considera escritora. Escribe, y en mi modesta opinión, muy bien.
Tampoco la definiría como literata, aunque las diferencias de matiz en los sinónimos hacen que la vida sea más hermosa si cabe.