Interesante entrevista a Ramón Otero, autor de 'Relatos para soñar': "Creo que vomito sobre el teclado lo que llevo dentro, sin filtro alguno"


Ediciones Atlantis presenta este sábado en Alcañiz ‘Relatos para soñar’, un libro escrito por el autor vigués residente en esta localidad, Ramón Otero.

"Somos mucho más que un cuerpo, y esa parte nuestra que va más allá, es la que se conmueve con la música, la que nos sugiere cosas que nunca hemos experimentado". 

¿Quién es Ramón Otero? 
Es una pregunta difícil, cuándo estás acostumbrado a ser una misma persona, pero con muchas variables según el momento. Te puedo decir qué soy simplemente, el proyecto de hombre que quería ser cuándo era pequeño. 
Nací el cinco de julio de mil novecientos ochenta y dos, en Vigo, en pleno Mundial de fútbol. Desde entonces hasta hoy, todo ha pasado en un momento. He vivido en media España por mi trabajo, he conocido gente increíble en todas partes, y he tenido la suerte de cumplir muchos de mis sueños, cómo recorrer el Mediterráneo con un buen amigo en Interrail, o cruzar el Sáhara en todoterreno, con una ONG que me regaló una experiencia increíble, con gente, lugares y vivencias que siempre se quedarán para el recuerdo.

¿Podrías definirte como escritor?
Me resulta tan grande la palabra escritor… Llevo escribiendo toda la vida, la verdad, pero creo que pocas veces he dicho de algo mío, “esto es bueno”. Sin embargo, aquellas personas de mi entorno que leían lo que yo escribía, me animaron a salir a la luz, de ahí que haya dado el paso. Pero creo que debo hacer más para ganarme el término de escritor.
Si tuviera que definirme, te diría que escribo cómo siento. No pienso. Las cosas salen sin más. Creo que vomito sobre el teclado lo que llevo dentro, sin filtro alguno, y no sé sinceramente, si es malo o es bueno. 

¿Qué te impulsa a escribir?
Escribo porque me ayuda a vivir. Es una terapia, sinceramente. Es darle voz a sentimientos que creo que son comunes en todos, pero que a veces, por motivos que yo no comprendo, las personas dejan olvidados, o simplemente prefieren vivir sin ellos. Escribo porque siendo cáncer cómo soy, llevo inherente a mí, una marea de sentimientos, y si no los expreso, reviento. 

Cada capítulo lleva por título una canción. ¿Qué significado tiene para ti? ¿Te han servido estas canciones de inspiración para escribir los relatos?
Cada canción es la llave que dejo, para que la lectora, o el lector, abra las puertas a los momentos que he creado. Escuchando esos temas, una idea, o una imagen es la que acudió a mí, y desde esa imagen, es cómo se concibieron los relatos. Somos mucho más que un cuerpo, y esa parte nuestra que va más allá, es la que se conmueve con la música, la que nos sugiere cosas que nunca hemos experimentado. 

¿Qué nexo de unión podemos encontrar en estos relatos?
Todos tienen en común que son salvajes, para lo bueno y para lo malo. Son cómo cachorros que nunca han sido educados. Unos contienen algo bueno, otros algo malo. El amor también está presente en todos. Ya sea un amor fraternal, o uno enfermizo, un amor eterno o uno que nunca hemos olvidado. En todos los relatos, he tratado de dejar escondido un concepto, una moraleja, algo que podamos sacar en claro. 

¿Qué sentimientos esperas provocar en el lector? ¿Cuál es para ti el sentimiento o emoción más complicada de transmitir?
Me gustaría que la lectora o el lector, que cruce las páginas de “Relatos para Soñar”, llegue a cruzar esa puerta que le muestro, y que se pueda sumergir en ese lado de las cosas que yo he encontrado. Creo que no hay nada más bonito en la lectura, que el sumergirte en una historia de tal manera, que quieras volver a ese momento una y otra vez. Si consigo que quién lea estos relatos, se sumerja en ellos, creo que habré triunfado. 
El sentimiento más complicado de transmitir…quizás me resulta complicado transmitir estados de ánimo que nunca haya experimentado. Creo que los personajes de estos relatos, son todos personajes movidos por la pasión. No soy capaz de concebir un mundo sin pasión, sin fuerza en lo que hagamos. Creo que las emociones grises, ambiguas, no soy capaz de transmitirlas porque nunca las he manejado.

¿Por qué la primera obra de Ramón Otero es una colección de relatos?
Porque es el género literario quizás menos valorado. Hoy en día, percibo que se tiende a despreciar el relato corto. A la hora de publicar, las editoriales convencionales, pueden apreciar tu trabajo, pero te responderán “lo siento, no trabajamos con relatos porque no tienen salida”. Me parece un error extraordinario. 
Tengo en mi memoria relatos cortos de Isabel Allende, en Cuentos de Eva Luna, que nunca he olvidado. Otros de Isaac Asimov, increíbles. Hay canciones que en dos minutos nos pueden hacer llorar de la emoción, o llevarnos a lugares lejanos. Creo más en las emociones que en otra cosa, y para provocar una emoción no necesitas más o menos tiempo, sino hacerlo del modo adecuado. 
A veces conocemos personas que sólo veremos un día en nuestra vida, pero que nos aportan más, que otros que tendremos a nuestro lado durante años. Creo que sucede lo mismo con los relatos. 

¿Relatos para Soñar es un libro para estar en la estantería o en la mesilla?
En la mesilla, definitivamente. En la maleta de viaje, o en la playa en verano. Es un libro concebido para que el lector lea en pequeñas porciones, para que asimile lo que está escondido en cada relato, y para que vuelva las veces que quiera a experimentar lo que se vive en cada momento creado.

¿Qué género sueles escoger a la hora de elegir lectura?
Te diré mejor cuál no escojo jamás. La autoayuda. Los libros de autoayuda me dan pánico. Veo personas que buscan en ciertos “gurús” soluciones a sus problemas, cuando en realidad las soluciones las tienen en su interior, al alcance de la mano. 
Leo de todo, mis últimas lecturas están siendo cosas de George Orwell, David Icke, y cómo no, Carlos Castaneda.

¿Hay algún título que te haya marcado especialmente? ¿Por qué?
Varios. De pequeño Momo, un libro precioso que espero que en los colegios sigan recomendando. A mi padre le robaba libros de Sven Hassel, Batallón de Castigo, me trasladó a la miseria de la guerra que sufrían los personajes de sus novelas y de cómo él, preso político de Dinamarca, no tuvo más remedio que luchar y al final, sobrevivir para contarlo. El Club de la Lucha, un amigo me lo regaló hace quince años y desde entonces, lo leo una vez al año. Me cambió la forma de ver las cosas, lo superfluo, lo hipócrita de la sociedad en tantos ámbitos.

¿Algún nuevo proyecto literario? 
Uno que comienzo a escribir ahora, una idea a la que llevaba dando forma desde hace un par de años. Una novela, por el momento ya no habrá más relatos, a no ser que la gente pida, que vuelva a crear más de esas puertas a momentos imaginarios, que con “Relatos para Soñar” y con la ayuda de Ediciones Atlantis, he creado.
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