Víctor Parra: "Me interesan mucho los antihéroes, y la contracultura, y el underground."

1.- ¿Quién es Víctor Parra?

Es un tipo fundamentalmente inquieto que ha tomado la decisión de escribir ficción por el mero placer de divertirse. No hay intenciones elevadas, tan sólo un afán de entretenimiento del que soy defensor a ultranza. 

Igual que en el pasado flirteé con la música o con la pintura, estos últimos tres años el tiempo libre me ha permitido dedicarme a crear historias que anidaban en mi cabeza. Las he podido plasmar según mi manera de entender la acción, urgente, directa y sin filtros. 

2.- Tras un libro de relatos, publicas tu primera novela "Escorpiones en el alambre". ¿Qué van a encontrar los lectores en esa ocasión? 

Escorpiones es un ejercicio de huida hacia adelante. Mi intención es generar en los lectores el deseo de continuar la historia, que no quieran dejarla, que al día siguiente sepan en que punto exacto se detuvieron. 

Creo que se van a encontrar con una novela en la que el ritmo es frenético. Habrá saltos en el tiempo, cambios repentinos de personajes y lugares. Me gusta jugar con esas bazas, un poco al despiste, pero enseguida todo se entrecruzará y la aventura irá discurriendo sin freno.

También tendrán la sensación de estar visualizando una película o una serie, esa apariencia cinematográfica dota a la novela de un cierto poder imaginativo muy adictivo. Otra de las claves que me encantan.

Espero haberlo conseguido.

3.- ¿Tu incursión en el relato breve supuso tan solo un primer paso hacia la novela o nada que ver?

Definitivamente sí. 

La secuencia no pudo ser más lógica. Empecé con algunos cuentos y sentí que necesitaba más espacio, trabajar algo más los personajes, que el nudo y el desenlace fuesen más elaborados. A medida que las Historias Suicidas fueron escribiéndose noté que el relato de quince o veinte páginas también se me quedaba algo corto. La novela era el siguiente pasó y me puse a ello con toda mi energía.

4.- Entre tus influencias señalas los comics, las aventuras y el misterio. ¿Nos puedes decir algunos nombres de autores que puedas considerar tus maestros?

Uff…, infinitos supongo. Yo crecí con Dumas, Verne, Dickens, Melville. Eran formatos de comic, se llamaban “Joyas Literarias Juveniles”, y casi me peleaba con mi hermano mayor que los acaparaba. Tuve la suerte de vivir en una casa llena de tebeos, y cuando aparecieron las primeras revistas gráficas las devoré. Hugo Pratt, Milo Manara, Moebius…, ese era mi universo. Con el tiempo fui encontrando mis escritores más afines, siempre relacionados con la novela negra y la aventura de cualquier otra índole. La violencia, el terror, la maldad humana, siempre me parecieron más literarias y divertidas que otros géneros, aunque he disfrutado también mucho de lo histórico, sobre todo si tiene cierto cariz irónico y pendenciero. 

Algunos nombres que están en mi altar de genios serían Jim Thompson, Dashiell Hammett, Jens Lapidus, Edgar Allan Poe, George Macdonald Fraser, Lindsey Davis…, como veis cada uno de su padre y de su madre.

5.- ¿Algún libro por encima del resto?

Diría “El Poder del Perro” de Don Winslow. En su momento me pareció insuperable

6.- Tus protagonistas no son los clásicos héroes precisamente. ¿Te interesan más los antihéroes o  las posibilidades de lo imperfecto sobre lo perfecto?

Me interesan mucho los antihéroes, y la contracultura, y el underground. Me interesa casi todo lo que no siga una corriente masiva. Cuando voy sacando de la chistera personajes, al margen de su mayor o menor protagonismo, me salen casi siempre tipos convencionales, de esos que se cruzan cada día por las aceras de cualquier ciudad. Que sean crueles, o sumisos, o ingenuos, es una cuestión de azar, de que la historia me vaya pidiendo perfiles determinados. Lo que si trato siempre de cuidar es que para el lector sean empáticos y reconocibles, que incluso el personaje más abyecto y salvaje pueda  no caerte mal del todo. Es otro efecto de los que yo llamo “disfrutón”. Al menos así me lo parece a mí.

7.- ¿Cuáles son tus próximos proyectos?

Estoy un tanto paralizado por la publicación de Escorpiones, está resultando toda una experiencia. En mi horizonte hay dos proyectos, editar algún día las Doce Historias Suicidas que me encantan aunque esté mal que yo lo diga, y continuar con mi segunda novela que está todavía un poco en pañales pero ya ha cogido cierta velocidad de crucero.
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