Jim Ballarin: "El propósito principal es dar a conocer la parte de la Biblia que forma parte de nuestras raíces occidentales o europeas, como queramos llamarlo, ausentes en la actualidad de la enseñanza."

1.- ¿Quién es Jim Ballarin?

Nací en Zaragoza donde estudié la carrera de Medicina y al acabar me trasladé a Barcelona para hacer la especialidad, dedicándome a la medicina hospitalaria. Siempre me ha gustado escribir, llevar pequeños diarios de mis viajes, por ejemplo, y al jubilarme, con más tiempo, comencé a dedicarle más atención. El primer proyecto que me hizo sentarme y tomarme en serio la escritura fue a propósito de mi abuelo. Él fue médico rural y yo tenía recuerdos suyos y de sus trabajos, que me impactaron de joven; eso me ha llevado a escribir una novela sobre la vida de un médico en un pueblecito de Aragón a principios del siglo XX, aunque él vivió algo más tarde que el personaje de mi novela. Esta novela se publicó hace un par de años.

2.- Háblanos de tu libro La versión de Eva. ¿Cómo resumirlo? 

La versión de Eva es un acercamiento a los personajes más conocidos de la Biblia, del Antiguo Testamento en concreto. En el mismo orden cronológico que sigue la Biblia, van surgiendo los diferentes relatos y personajes más emblemáticos con sus hechos buenos y malos, tal como se describen en las Escrituras, sin tergiversarlos. Una mujer actual, Eva, en conversación con su nieta, va comentando y rememorando los diferentes episodios; ella misma, cuando su nieta le pregunta, tiene la sensación de haber vivido esos episodios, los recuerda como si hubiera heredado las memorias de las diferentes “Evas” que los vivieron, y por una parte le explica a la nieta sus recuerdos, a la vez que los reinterpreta, con la mentalidad actual.

3.- ¿Cuál es el propósito de esta obra?

El propósito principal es dar a conocer la parte de la Biblia que forma parte de nuestras raíces occidentales o europeas, como queramos llamarlo, ausentes en la actualidad de la enseñanza. Nuestras raíces culturales no son la filosofía budista o taoísta, sino la derivada de la Biblia, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, independientemente de que seamos o no religiosos.

4.- ¿En qué momento y cómo surge la idea de escribir un libro como este?

De siempre he sentido que mis hijos no conocen nada de las historias de la Biblia y que eso es un hándicap a la hora de interpretar muchas manifestaciones de nuestra cultura: los cuadros de nuestros museos, las esculturas, la música clásica y el “gospel” (los “soul blues”), o la literatura están llenos de referencias a esas historias. Mis nietos llevan el mismo camino de ignorancia, y pensando en ellos busqué algún libro donde se contaran estas historias, a ser posible en plan cómic para que fuera lo suficientemente ameno para leerlo. No encontré nada adecuado; lo único que hay está producido por alguna confesión protestante, en plan adoctrinamiento y lleno de falsedades. Eso me llevó a intentar escribir yo mismo el libro que buscaba, que pudiera enseñar esos mitos que forman parte de nuestros orígenes, pero narrándolos de una forma amena para el lector infantil. Esa primera intención se frustró cuando, al leer la Biblia con detalle, los personajes aparecían con vidas y obras para “mayores de 18 años”, no aptas para todos los públicos. Así que siguiendo con la idea de asomarse de una forma amena a la Biblia surgió este libro, pero para un público no infantil. El libro se convirtió en una lectura veraz de los hechos bíblicos, interpretando a mi modo lo narrado; incluso explicando qué partes de lo narrado fueron reales y ocurrieron según las investigaciones actuales o tienen una explicación racional.

5.- ¿Nos dirigimos hacia un laicismo pleno o crees que algo así nunca sucederá?

Es un fenómeno curioso, porque por una parte en las generaciones que fuimos adoctrinadas de niños, hubo un comportamiento revulsivo no solo al adoctrinamiento religioso que sufrimos, sino hacia la enseñanza histórica e imparcial de esos hechos, que son parte de nuestra cultura y no podemos ignorar, incluso aunque seamos ateos. Y ese revulsivo privó a nuestros hijos del bagaje histórica y cultural, que nos permite entender mejor muchas manifestaciones artísticas y también históricas. En Europa en concreto y seguramente a raíz de la Ilustración y la Revolución Francesa, la separación Iglesia-Estado ha contribuido en general a una educación más laica, salvo en círculos concretos que siguen siendo integristas cristianos de la facción que sea. Pero por otra parte vivimos en una época, donde las sectas, algunas católicas pero sobre todo otras protestantes, han resurgido con una fuerza inaudita, sobre todo en América. Con una fuerza que en los años 60 o 70 del siglo pasado nadie hubiera dicho que podrían surgir, y en la actualidad esas sectas son tan poderosas que pueden influir en la elecciones presidenciales de algunos países, como el caso flagrante de Brasil con Bolsonaro o de Trump en Estados Unidos. Y además los adeptos a esas sectas tienen una fe, por no decir “comida de coco”, mucho más potente que la que podíamos tener cuando el estudio de la “religión” era obligatorio en España. Podemos decir que actualmente la mayoría se mueve entre los integristas laicos que no quieren saber nada de esa parte de nuestra historia y los integristas religiosos más extremos. En ese sentido, recuperar de una forma racional esa faceta de nuestras raíces culturales puede ser interesante para los que la ignoran y una vacuna para los que siguen el Libro al pie de la letra, creyendo firmemente cosas como que la creación se hizo en 7 días, que la mujer procede de la costilla de Adán, etc, negando incluso las teorías evolutivas y los descubrimientos científicos. El estado y la sociedad tienen que ser laicos, para no matarnos entre hermanos, y el individuo que crea lo que quiera, pero sin pretender imponerlo a los demás.

6.- ¿Cómo ha influido tu formación académica científica en tu pensamiento filosófico?

Profundamente. Como te decía, en el caso concreto de la Biblia al ir leyendo me venían a la cabeza enseñanzas previas, desde el tema de lo que sabemos en la actualidad sobre el origen del universo, hasta algunos milagros de la Biblia que tienen una clara explicación científica; o la adopción de determinadas medidas como la circuncisión por ejemplo o no comer cerdo, que evidentemente fueron, sin saberlo, adoptadas porque desde el punto de vista sanitario eran buenas medidas. También ha influido en mi pensamiento y en concreto en “La versión de Eva” el feminismo. Desde joven mis amistades femeninas han sido feministas; siempre he creído, con toda convicción, que mujeres y hombres somos iguales en nuestras capacidades, pero ellas me enseñaron cuál es el problema que arrastra el género femenino en esta sociedad que vivimos: el problema es que la desigualdad no terminó cuando pudieron votar o la sociedad les “concedió” una libertad similar a la de los hombres, porque esa igualdad, hasta hoy día es más aparente que real. La filosofía de cualquier humano, por supuesto hombre pero incluyo a las mujeres, si no tiene una base claramente feminista va a estar sesgada, va a interpretar mal el humanismo; ojalá en un futuro el mundo sea tan igualitario que no haga falta tener esa base feminista para vivirlo e interpretarlo correctamente, pero en la actualidad sí que es necesaria esa base.

Cuando lees a un pensador que no tiene esto asumido, enseguida “se le ve el plumero”, si no machista al menos patriarcal.

7.- ¿Cuáles son tus próximos proyectos?

Ya había escrito otras dos novelas, que aún no he publicado, así que cuando finalice el proyecto actual, retomaré las otras. En mi caso me cuesta relativamente poco escribir, una vez que se me ocurre un tema que me interesa, pero el proceso de releer y corregir es arduo. Tanto que a veces tienes que decir, ¡basta!, lo enseño, lo doy a leer para ver si tiene interés o no acabaré nunca de modificarlo.

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