Desde pequeño la Feria del Libro ha sido para mí un evento importante, algo que desear de año en año. En Bilbao, mi ciudad, se celebran dos, ambas muy queridas: la del Libro y la del Libro usado y de ocasión. Oportunidades de pasear entre las casetas y de preguntar a los libreros. En alguna ocasión, incluso, la de que tu ejemplar sea firmado por el autor, una conferencia, presentaciones o hasta una fotografía con escritores.
Por ello, cuando se me ofreció acudir como escritor para acompañar mi novela “El libro de las historias fingidas” en la feria de Madrid, el mundo dio una vuelta de campana. Esta vez iba a ser yo quien estuviera dentro de la caseta, mirando a los transeúntes, contestando preguntas o firmando ejemplares. La experiencia fue inolvidable. Además de volver a ver a amigos y compañeros de Netwriters y Escritores en Red (Emilio Porta, Alejandro Pérez, Lydia Cotallo, Mª del Mar L. Vaamond, María Sangüesa y Raúl Morales) y conocer a las encantadoras encargadas de la distribuidora Maidhisa, compartí caseta con un excelente escritor, Santiago Solano, siempre un maestro. Puede que vuelva otra vez o puede que no, pero en mi recuerdo siempre estará esa primera visita que, gracias a Ediciones Atlantis, será imborrable.
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