Entrevista a David Álvarez Gómez, autor de "Urbanalia. Serendipia para lo etéreo"

Ediciones Atlantis publica “Urbanalia. Serendipia para lo etéreo”, el libro de relatos del autor de origen segoviano David Álvarez Gómez. Un conjunto de historias con las que su autor intentará poner a prueba y llegar a conmover al lector a través de sus relatos sobre todo tipo de situaciones.



¿Qué se va a encontrar el lector? 

Los lectores verán dos tipos de tinta: una visible y otra invisible. El lenguaje oculto que hay en cada uno de los relatos generará un hechizo muy poderoso en ellos, con el temor o quizá la grandeza de verse reconocido. 

La elección de estos relatos de entre todo el patrimonio personal —casi mil, hasta el momento— no resultó fácil, si bien, fue una tarea onerosa, al tener que dejar a otros en el tintero que no cumplían con el canon de este compendio literario. Sin embargo, creo que el resultado es fiel a mis «principios», ya que los «finales» se los dejo al aguerrido lector, ajeno a interpretaciones moralistas. 

¿Quién crees que disfrutará más con su lectura? 

A cualquiera que sea capaz de levantarse una y otra vez tras haber caído otras cuantas. Urbanalia supone un manual de supervivencia para aquellos que la vida les da de lado, encontrando entre sus páginas historias menudas acerca de la vida y de la muerte, del amor y el odio, de los sueños prohibidos. 

Si el lector pudiera sacar una conclusión o moraleja de “Urbanalia. Serendipia para lo etéreo”, ¿cuál sería?

Sé tú mismo. No te engañes. Hemos venido a este mundo a cometer estupideces. 

¿Cómo surgió el título? 

Es un libro que comprende pequeños relatos de la vida cotidiana, de nuestra intimidad más profunda, ésa que a veces escondemos en nuestro subconsciente. Urbanalia, se alía con lo humano y transgrede su naturaleza, con el subtítulo Serendipia para lo etéreo, avivando la importancia del azar en nuestra existencia. 

¿Hay algo que te gustaría hacer y aún no has tenido la oportunidad? 

La ventaja de ser un escritor novel es que siempre puedes mirar hacia arriba. No tienes que pensar en hacerte millonario escribiendo, ni pensar en recibir un Pulitzer, ni nada por el estilo. Sólo hay que disfrutar de ello, saber que mientras escribes, existes. 

Si te obligaran a escribir un libro con otro/a escritor/a, ¿quién sería? 

Creo que sería con Jesucristo o M. Luther King (aunque no fueran escritores al uso), pero lamentablemente —la obviedad lo resume todo—, no puedo, no sólo por la ausencia de éstos, sino porque el engendro resultante podría ser demasiado escatológico para el lector. 

El mejor consejo que te han dado como escritor es: Que me lea hasta la composición de la crema corporal o de la pasta de dientes. También, que si llego a la página cincuenta de un libro, y no me ha gustado, lo aparte al rincón de los libros olvidados. Cruel, pero necesario. 

Si fueras un superhéroe, ¿cuál sería tu kriptonita? 

La verdad es que hacen falta menos superhéroes y algo más de sentido común. Pero si tuviera que reencarnarme en un superhéroe, lo haría en mi padre o en mi madre. Ellos son los que se merecen ese atributo después de haberme soportado todos estos años. 

¿Hay algún tema del que no hablarías en tus libros? 

¿No creéis que ya hay demasiados tabúes en esta sociedad? No hay vulgaridad en ello si se hace con estilo y se evitan discriminaciones peyorativas. Al fin y al cabo todos estamos hechos de la misma pasta. Lo único que cambia es nuestra conciencia.
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