Ediciones Atlantis presenta 'Las siete magníficas' , una novela urbana de intriga escrita por el autor vasco, Pedro Almajano en la que conviven historias de un amor puro y casi naif, con otras aderezadas de perversiones sexuales, elementos de sadomasoquismo, venganzas llevadas a sus últimos extremos… Conocemos a su autor.
¿Quién es Pedro Almajano?
Soy un
farmacéutico que lleva casi treinta años ejerciendo su profesión en
Hondarribía, y al que siempre le ha
gustado contar historias, inventar historias, escuchar historias. De niño, pasaba mucho tiempo con mi abuela, y ésta
siempre estaba contándome cosas de su infancia, de su pueblo, de los habitantes de ese pueblo… Y debía de hacerlo muy bien, porque me fascinaban aquellos relatos. Con
ocho o nueve años empecé a leer libros
infantiles y tebeos que compraba puntualmente cada semana. Y a los catorce o
quince, con los primeros enamoramientos, empecé a escribir poemas y algunos relatos cortos. Ya ejerciendo mi
profesión, me hice miembro de la
Asociación Española de Farmacéuticos de las Artes y las Letras, y participé en
alguno de sus concursos literarios ganando varios premios. En los tiempos muertos de las guardias y
robándole tiempo al sueño, fui componiendo Las
siete magníficas; que es la primera novela que publico.
¿Qué te impulsa a escribir?
La
necesidad de comunicarme. El placer de buscar
la palabra precisa en cada momento. La
posibilidad de inventar historias que
lleguen a mucha gente… Y sobre todo, el
intento de transmitir emociones a otros. Algo que me parece un milagro.
¿Qué se va a encontrar el lector en Las siete magníficas?
Una
novela poco convencional donde conviven
historias de un amor puro y casi naif, con otras aderezadas de perversiones
sexuales, elementos de sadomasoquismo, venganzas llevadas a sus últimos
extremos… Una novela que posiblemente desconcierte a la gente que me conoce, y
que nunca hubiese sospechado que yo podría escribir sobre estos temas. Y en realidad, ni yo mismo lo suponía cuando
empecé a escribirla. Fueron los
personajes los que, desde la libertad absoluta que les di, me fueron introduciendo en ese mundo lleno de
sorpresas. Un viaje en busca de la
verdad, donde he querido que se
embarcasen al mismo tiempo, y partiendo de la misma información, el
protagonista, el lector, e incluso el
propio escritor. Una historia donde, al final, será el lector quien tenga que
sacar sus propias conclusiones .
¿Cuál es tu autor de referencia?
Un
autor: Camilo José Cela. Un libro: La
Colmena.
¿Hay alguna anécdota que te gustaría compartir con los lectores?
Por
suerte o por desgracia, mi trabajo me
absorbe ocho o nueve horas diarias. Eso sumado a que tengo una mujer, dos
hijos, dos perros, una casa donde siempre hay cosas que hacer… me ha llevado a la necesidad de tener que escribir en las
guardias o robándole tiempo al sueño y ya bastante cansado. Recuerdo estar muy concentrado escribiendo
algún capítulo de los trascendentales, y tener que dejar a mis personajes colgados en Zaragoza o
en algún punto de Benidorm, para recomendar a un cliente como se deben de tomar
unas pastillas o que mucolítico sería el
más adecuado para un catarro que no termina de curarse. Acabar con la venta, y
volver presuroso a mi ordenador para retornar mental y emocionalmente al lugar
donde había dejado la historia. Y cuando ya me había puesto de nuevo en situación,
tener que salir nuevamente al mostrador
para vender una rodillera o un chupete. Esto es algo que me ha sucedido con
mucha frecuencia mientras escribía este libro. Y que, por otra parte, ha
contribuido de manera muy eficaz a que las guardias se me pasaran volando.
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