Ediciones Atlantis presenta 'De Berlín al cielo' del escritor José Antonio García Marcos, una fascinante novela que no deja indiferente a nadie.
1. De Berlín al cielo es una novela profunda y ambiciosa. ¿La podrías resumir brevemente?
Bueno, yo no sé si ponerle esos dos calificativos. Lo sí puedo decir es que la novela surgió de una idea muy simple: que alguno de mis libros anteriores se publicara en alemán. Está escrita en primera persona. Un escritor, ya jubilado, recibe la inesperada visita de su editor que le comunica que un colega suyo alemán está interesado en traducir y publicar uno de sus libros en Alemania. Con este motivo, preparan un viaje a Berlín y allí viven una serie de experiencias que darán pie al escritor para escribir esta novela.
2. Son muchos los temas que se tocan en la obra. ¿Cuáles dirías que son los de mayor enjundia desde tu punto de vista?
Por la novela van transcurriendo una serie de temas como son el propio oficio de escribir, la relación del escritor con el editor, la corrupción política en nuestro país, el separatismo catalán (el editor español ha dejado Barcelona por el clima irrespirable creado por los separatistas), la Guerra Civil y las dificultades que seguimos teniendo para superarla definitivamente, el suicidio, la irrupción de golpe de una enfermedad grave y terminal, la muerte, la eutanasia nazi, la caída del muro de Berlín, el proyecto de construcción europea e, incluso, el eterno retorno a la infancia. Se da la paradoja de que a medida que envejecemos, la infancia se hace más cercana. Por eso la novela comienza con la cita de Machado en su exilio francés: Estos días azules y este sol de la infancia.
3. ¿Cómo describirías tu estilo como escritor?
Mis novelas, aunque sean ficción, están ancladas a la realidad, a la vida cotidiana de la gente y, como el sufrimiento forma parte de esa realidad aparece siempre en alguna de sus modalidades. Tengo una tendencia a mostrar al lector ese lado negativo de la existencia, aunque también hay un canto a la alegría de vivir. Mi escritura es sencilla, directa y siempre intento provocar una cierta dosis de reflexión.
4. ¿Cómo enfocas el proceso creativo desde que surge la idea de la obra?
Cuando publiqué El hacha bajo la almohada (Ediciones Atlantis, 2016) sabía que más pronto o más tarde comenzaría una nueva aventura literaria. Un día, dándole vueltas a cómo debería empezar el nuevo texto, se me ocurrió la idea que ya comenté antes. Los personajes (el escritor, los editores español y alemán, con sus respectivas secretarias, etcétera) y los distintos contextos (Madrid, Berlín, Barcelona) fueron surgiendo de mi mente como por arte de magia. Yo escribo fundamentalmente porque me lo paso bien y en ese proceso de creatividad voy rescatando vivencias que he tenido yo mismo o que han tenido personas de mi entorno, desde pacientes que he atendido en la consulta hasta políticos que conozco solo a través de los medios de comunicación.
5. ¿Tienes algunos autores de referencia que te inspiren como escritor?
Más que escritores de referencia, tengo un montón de vivencias asociadas a mi antigua profesión de psicólogo clínico. Pasé la mayor parte de mi vida laboral en una Unidad de Hospitalización Psiquiátrica. Este tipo de unidades, que en la actualidad están ubicadas en los hospitales generales, son como las Unidades de Vigilancia Intensiva (UVI) de las enfermedades somáticas. Dicho de una forma romántica, son las UVI de la mente. Por eso, me gustan aquellos autores que, de una u otra forma, reflejan en sus textos el sufrimiento vital como Kafka, Virginia Wolf, Oscar Wilde o Jorge Semprún.
6. ¿Cuál es el último libro que has leído?
Los amnésicos, editado por Tusquets. Está escrito por una francesa, Géraldine Schwarz, con antecedentes paternos en Alemania y maternos en Francia. Es uno de los mejores libros que he leído en los últimos tiempos. La autora relata una historia familiar que se incrusta en la Historia, con mayúscula, del nacionalsocialismo y de toda la barbarie que desencadenó en Europa. Me hubiera gustado haberlo leído antes de escribir De Berlín al cielo porque abordamos temas parecidos, ella desde la óptica del ensayo y yo desde la novela.
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