Miguel Martín Galerón: "Si fuese pesimista y pensase que el ser humano está perdido ni siquiera me hubiese planteado escribir este ensayo."

1.- ¿Quién es Miguel Martín Galerón?

La verdad es que la respuesta puede variar depende del día en que se me pregunte, aunque trataré de reunir lo común a todos ellos. Miguel es una persona que disfrutó de una muy feliz infancia y adolescencia en el seno de una familia de clase media en cuanto a riqueza material, pero riquísima en valores. Esto último ayudó decisivamente a formar una personalidad amable (Suelo decir que solo la gente realmente fuerte es amable), honesta, algo tímida y buena. Solo así se explica la gran calidad humana que disfruto en mi círculo cercano. En cuanto a la reflexión, nace de la curiosidad inherente al ser humano sumado a la inexistencia de dogmas y el valor a preguntarse y dudar de lo aparentemente real. De ese modo debatí, debato y debatiré sobre cualquier tema de importancia conmigo mismo y los demás, siempre con el afán de aprender. El acercamiento a la literatura se produjo tardíamente sobre mis veinte años de edad, surgiendo así tras algunas pocas decenas de libros leídos las siguientes cuestiones: “¿Si tengo algo que contar, por qué no iba a lanzarme a la escritura? ¿Si he leído buenos libros, por qué no iba a ser capaz de escribir uno?”

2.- ¿Cómo definir este libro LAS SIETE PLAGAS DEL SIGLO XXI? 

Definiría esta primera obra como una visión intermedia en profundidad acerca del mundo en el que vivimos, entendiendo por este a las sociedades occidentales donde disfrutamos de las mejores métricas en cuanto a economía y calidad de vida, pero que, sin embargo, muchos encontramos hoy grandes montañas en la consecución de la plenitud. Encajaría así en la categoría de ensayo, filosofía, pensamiento crítico, actualidad y sociología. 

De una forma menos formal, creo y es lo más meritorio, que es un libro útil, por el simple hecho de que puede hacer dudar.

3.- Eres graduado en Marketing e Investigación de Mercados, lo cual, en principio, tiene poco que ver con tu libro. ¿Hasta qué punto ha influido tu formación académica?

En concreto el contenido del grado universitario, no conllevó más que la posibilidad de ejercer analogías y reflexiones en cuanto al funcionamiento del mercado, algo que aporta bastante en ciertas realidades analizadas (La ley de la oferta y la demanda desde una mirada sociológica/biológica puede aportarnos un punto de vista interesante). Daría si cabe más valor a profesores de primaria, ESO y bachillerato por pequeños momentos dentro del temario en los que se nos exigía opinar, dudar y cuestionar. Creo que es un libro que no necesita de grandes conocimientos teóricos, es más bien el hecho de ver lo que pasa a tu alrededor, sin menos preciar todo el saber necesario para dar herramientas a tu cerebro en el ejercicio de dudar y ver más allá de lo que se nos quiere mostrar.

4.- ¿Es un libro pesimista Las siete plagas del siglo XXI?

Sé que por algunos será tachado de pesimista, mi opinión acerca de esta cuestión es un “No”, creo además con bastantes argumentos. ¿Es pesimista tratar de mostrar los problemas a los que mis contemporáneos se enfrentan? Si fuese pesimista y pensase que el ser humano está perdido ni siquiera me hubiese planteado escribir este ensayo. Si creyese en ese punto de no retorno del que hablan algunos catastrofistas acerca de las generaciones más jóvenes ni siquiera trataría de debilitar esos problemas a través de su comprensión. Consciente soy de que en algunos puntos del libro me muestro bastante pesimista en cuanto al rumbo moral y cultural de este siglo, sin embargo, remarco mi visión positiva sobre el ser humano como ser resiliente. Explicación esta última frase de la existencia de apartados dedicados a la práctica diaria.

5.- ¿Estamos más lejos que nunca de la felicidad?

Podríamos decir que estamos más cerca que nunca materialmente, pero más lejos que nunca espiritualmente, una situación que veo con muy buenos ojos, ya que estamos en cuestión de tiempo, mucho más cerca que aquellos que desgraciadamente no tienen las necesidades fisiológicas y de integridad física cubiertas.

Es una cuestión esta que nos podría llevar horas, ya que me podrían contestar con la siguiente pregunta: “¿Alguien como mucho menos en lo material puede ser más feliz que alguien que lo tiene todo en este ámbito?” Mi respuesta sería la de un “sí”, pero no tenemos tiempo de explayarnos.

Veo a nuestras sociedades como alguien que está a una sola puerta de alcanzar la plenitud, sin embargo, la habitación está oscura.

6.- ¿Se puede definir la felicidad?

Como sabrá todo aquel lector de este ensayo, veo muy útil, recompensada e incluso divertida la acción de definir conceptos, más si estos son abstractos y difíciles. La felicidad es uno de los conceptos que más definiciones ha recibido, sino el que más. Seguramente mi definición irá cambiando a lo largo del tiempo conmigo, a día de hoy, es la siguiente:

“La felicidad es la sensación de estar recorriendo el camino correcto, de ser capaz de mirar atrás no con pena, tristeza o nostalgia extrema, sino con alegría de los buenos momentos que tuviste y ahora recuerdas, los malos días que supusieron aprendizajes necesarios para hoy dar los pasos que das, felicitarse a uno mismo por lo logrado hasta el presente y vencer, sobre todo, a esos momentos donde uno se quería rendir.”

De una manera más rápida: “La felicidad es estar donde uno quiere y debe estar”

La definición se acerca a la verdad desde mi opinión cuando se pone el foco sobre el camino, no en la meta.

7.- El ignorante, ¿es más feliz que el sabio?

Gran pregunta, aceptando como correcta la definición anterior de felicidad, mi respuesta es que no. Sé que puede haber momentos en los que el desconocimiento puede hacerte no ver realidades tristes de tu alrededor, o incluso puede hacer que tus valores se difuminen, llegando así en algunas ocasiones más frecuentemente al placer. Aún con todo, el encontrar eventualmente el camino correcto puede ser fruto de la suerte, mantenerte en él necesita en cambio de virtud, es decir, conocimiento y reflexión.

8.- De las siete plagas… ¿cuál es la más terrible para Miguel Martín Galerón?

Responderé si se me permite con dos plagas, las descritas en el capítulo I y V, “Sobreestimulación” y “Analfabetismo cultural y moral” respectivamente. Mi argumentación para elegir estas dos es la siguiente: Si hubiese plagas directas e indirectas, las dos nombradas serían las colocadas desde mi visión en las directas, es decir, a partir de ellas se crean o acrecientan las restantes.


Share:

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Popular

Archivo del blog

Recent Posts

Facebook

Twitter

Buscar este blog