Lola L. Saldaña: "Una mujer de la tercera edad puede también ser muy bella con su gesto apacible y sus cabellos grises."

1.- Háblanos, sin grandes spoilers, de tu nuevo libro Hermosas flores marchitas.

HERMOSAS FLORES MARCHITAS trata de un conjunto de mujeres reunidas en una villa santanderina en una utópica residencia de la tercera edad, que no lo parece. Todas tienen un pasado rico y variopinto, desde catedrática, actriz de cine, diva de ópera, ex misionera del Amazonas, deportista olímpica, vedet del Folie Berger, etc. Allí aterriza Mercedes, la protagonista principal, química y escritora, que acaba de quedarse viuda y decide escribir una novela entrelazando episodios de sus compañeras de residencia con su propia vida creando un tapiz complejo de hilos muy desiguales, pero el resultado es este. Creo que es una obra intimista, llena de emociones que intenta compartir con el lector.

2.- Al igual que en el anterior, Arraigo, la mujer y la feminidad es protagonista. 

Efectivamente mis obras se centran especialmente en la mujer, sin ser una feminista declarada, pero es el mundo que más conozco y la sensibilidad especial que tenemos frente a algunos problemas, como se ve a lo largo de la novela, la diferente postura de Mercedes y su marido frente a su hijo y no digo más porque caería en el spoiler.

3.- Son ya cuatro los libros publicados, ¿cómo has venido notando tu evolución como escritora?

Naturalmente que he ido evolucionando. Anteriormente tenía numerosas narraciones y cuentos cortos, no infantiles, que también tengo y poco a poco, me he ido soltando en novelas más largas y con más personajes, intento personalizarlos tanto física, como psicológicamente y a veces me deleito con la descripción de paisajes conocidos o inventados. Sin falsa modestia, creo que he ido mejorando, como el vino con el paso de los años. 

4.- ¿Existe una belleza juvenil y otra madura?

Creo que la belleza es diferente según la edad, con el tiempo evoluciona. En los primeros años brilla la frescura, la espontaneidad, la agilidad, la rapidez y no cabe duda de que la belleza física juega una baza importante, mientras que con el paso de los años, se aprecia más la madurez, la sensatez, la comprensión, el saber estar y escuchar, los rasgos se suavizan y adquieren la experiencia de gestos repetidos, si son sonrisas mejor y una mujer de la tercera edad puede también ser muy bella con su gesto apacible y sus cabellos grises.

5.- ¿Qué opinas acerca de la relación que occidente mantiene con sus adultos mayores?

Es una pena, pero en occidente, salvo en los pueblos y aun así se va perdiendo, no hay un respeto y una protección del mayor como debiera. Los padres lo han dado todo por sus hijos y llegado el momento de “la devolución “ de esos desvelos, los hijos se desentienden de ellos, en líneas generales, pasan a ser un poco trastos inútiles que no saben, ni entienden de nada, sobre todo de las nuevas tecnologías. La vida es dura para todos, los hijos trabajan muchas horas, pero no entienden que los padres a medida que envejecen, es cuando más necesitados están de cariño y atenciones. 

6.- Más de cuarenta años como médico. ¿Cómo ha influido tu profesión en tu literatura?

Claro que ha influido, tantas y tantas experiencias pasadas. Se llega a adquirir una sensibilidad especial ante el sufrimiento y ante la alegría de ver un niño, en mi caso como pediatra, sanar, por fortuna la mayoría de las veces. Es una profesión preciosa, si la ejerces con vocación, que te marca de por vida, es parte importante de tu esencia.

7.- ¿Cuáles son tus próximos proyectos?

Tengo varios proyectos. Uno el capitular y corregir una novela que tengo escrita, en este caso va de fonendos y bisturíes, aun sin título y  otro continuar otra que llevo unas ochenta páginas, CONFIDENCIAS EN EL PARQUE, además de retomar el escribir narraciones cortas de vez en cuando

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