Entrevista a José Antonio García Marcos: "Mi abuela se dio cuenta de que el hacha bajo la almohada era el mejor anticonceptivo que existía"

Ediciones Atlantis presenta este jueves en Madrid, ‘El hacha bajo la almohada’, una novela escrita por el autor leonés residente en Madrid, José Antonio García Marcos con la que el autor se adentra en un mundo más intimista, personal y familiar al contar la historia de su abuela materna, que dormía con un hacha bajo la almohada para impedir la entrada al lecho conyugal de su marido cuando llegaba a casa por las noches con unos cuantos vasos de vino de más. Según cuenta en la entrevista “su abuela parió nueve hijos y, cansada de estar preñada continuamente en contra de su voluntad, se dio cuenta de que el hacha bajo la almohada era el mejor anticonceptivo que existía”.

¿Cómo surgió la idea de escribir esta novela?

Después de terminar una tetralogía (dos novelas y dos ensayos) sobre el exterminio de los enfermos mentales en la Alemania nazi, una aventura intelectual que me llevó más de una década y de la que me siento orgulloso pues soy el ciudadano de este país que más ha escrito sobre uno de los acontecimientos más dramático del Tercer Reich, me di cuenta de que no hay que ir tan lejos para encontrar la inspiración de contar nuevas historias. El centro neurálgico de El hacha bajo la almohada es un hecho real que me contó mi madre al final de su vida. Resulta que su madre, es decir, mi abuela materna, dormía con un hacha bajo la almohada para impedir la entrada al lecho conyugal de su marido, mi abuelo, cuando llegaba a casa por las noches con unos cuantos vasos de vino de más. Mi abuela parió nueve hijos y, cansada de estar preñada continuamente en contra de su voluntad, se dio cuenta de que el hacha bajo la almohada era el mejor anticonceptivo que existía. Lo que hice fue reconstruir esa historia con la ayuda de familiares y personas que convivieron con mis abuelos, poniendo a mi madre, que vivió más de un siglo, en el centro del relato. 

¿Qué puedes destacar de esta experiencia?

Me gusta escribir. Me lo paso bien cuando tengo un proyecto literario en la cabeza y me pongo todos los días al tajo para llevarlo a término. No soy metódico si no, más bien, bastante anárquico y solo me siento a trabajar cuando creo que estoy inspirado, aunque, muchas veces, la inspiración viene cuando estás delante del folio o del ordenador. Escribir este libro me ha supuesto hablar mucho tiempo con algunas personas de mi familia así como hacer un gran esfuerzo por recordar y reordenar el pasado. Lo bueno que tiene escribir novela es que te sientes mucho más libre que en el ensayo. Tienes, incluso, la libertad de alterar los hechos y de describirlos a tu antojo. Puedes, incluso, mentir aunque las mentiras deben ser creíbles y estar al servicio de hacer más comprensible y ameno el relato.

¿Qué va a encontrar el lector?

Soy consciente de que El hacha bajo la almohada es una novela de difícil filiación. Ahora bien, yo la clasificaría dentro de lo que se ha venido en llamar literatura del duelo, es decir, de los libros que se escriben tras la muerte de un ser querido. La figura central del relato es mi madre y en torno a ese personaje principal van desfilando pacientes que he visto en mi consulta de psicólogo clínico, mis abuelos maternos, el tío Hipólito que fue un maestro de escuela ateo y republicano, así como personas que se enfrentan, al final de sus vidas, a la muerte. La historia familiar es, sin duda, un pretexto para hablar de todos aquellos temas que me han preocupado a lo largo de mi existencia: la enfermedad mental, el suicidio, el hambre en los campos de exterminio nazi y en África pero también en nuestro mundo rico y civilizado, los trastornos de la conducta alimentaria, la violencia en general y la violencia machista en particular, la pederastia o la forma cómo afrontamos la vejez y la muerte. Como se dice en el subtítulo, es un relato que se adentra en un mosaico de vidas asoladas por el sufrimiento, la violencia y la muerte. Theodor Adorno decía que un relato verdadero, auténtico tiene que recoger, de una u otra forma, el sufrimiento de las personas. Sin sufrimiento no hay verdad. Y Simone Weil iba más lejos cuando afirmaba que la verdad está del lado de la muerte. Sufrimiento, enfermedad mental, suicidio, muerte… son temas recurrentes que el lector o la lectora encontrarán si se sumergen en el interior de El hacha bajo la almohada.

¿Hay algún autor de referencia que quieras destacar?

La novela empieza hablando de Kafka, sobre todo de su agónica muerte, y termina también mencionando al escritor checo que decía que un libro tiene que ser como un hacha que sirva para romper el hielo que albergamos en nuestro interior. Espero que El hacha bajo la almohada le sirva a los lectores/as de acicate para reflexionar sobre las personas que tenemos a nuestro alrededor y que, en muchas ocasiones, están asoladas por el sufrimiento.

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