Ediciones Atlantis presenta el 26 de septiembre en Bujalance (Córdoba) la novela de Tomás Romero Belmonte, ‘En los confines del amor, la muerte y otras soledades’. En sus páginas encontrarás el dolor de un padre ante la muerte de su hija de 25 en un desgraciado accidente de coche y el amor, un amor auténtico y desinteresado, que actuará como hilo conductor de la novela.
¿Cómo surgió la idea para escribir esta novela?
Desgraciadamente surgió poco después del infortunado accidente de mi hija. Se puede decir, pues, que es autobiográfica. No hay nada inventado, salvo algunos nombres cambiados. Todo es lo que sentía, lo que me asfixiaba, lo que me impedía vivir normalmente. Esto puede resultar para algunos excesivamente personalista, para otros, indiferente, a otros producir perplejidad… Por eso ha estado arrumbada en un cajón más de veinte años. Pero así fueron las cosas y mi necesidad de exteriorizarlas, al menos, por escrito.
¿A quién va dirigida esta obra?
En principio iba dirigida a mí mismo, creo. Posteriormente, intentando, desde la atenuación que confiere el paso del tiempo, buscar una finalidad si la hubiese decidido escribir al margen de hechos reales, iría dirigida a todo el que sintiese un amor semejante al mío; sólo para estimularlo y hacerle sentirse completamente realizado en esa faceta. Por extensión, a todo al que no le importe ver al amor perfecto como el motor del mundo.
¿Sigues escribiendo?
Sí. Aunque soy mayor, y nunca me he determinado a dirigir mi tendencia a la escritura de una forma profesional, es inevitable que siga escribiendo: novela, poemas, artículos…
¿Cuál es tu autor de referencia?
No lo tengo. Son muchos los libros leídos, y muy variados los estilos y autores. Supongo que, en mi humilde forma de escribir, habrán influido todos; es lo lógico. Me parecería errónea e imprecisa la mención pormenorizada de alguno--- ¿Quién?, ¿Cervantes?, ¿Paco Umbral?, ¿Azorín?...
¿Cuál es el último libro que has regalado?
El último ha sido a mi mujer; creo que se llama “La casa de las miniaturas” de Jessie Burton.
En tu caso, ¿el escritor nace o se hace?
Todos, a partir de cierta edad, descubren unas tendencias paralelas a sus cualidades expresivas relacionadas con la literatura. Esto puede decidirle a dedicarse a escribir, aunque, en principio, compagine esa actividad con otra. Posteriormente, la casualidad, la decisión o la posibilidad le harán discriminar y decidirse por ella definitivamente. ¿Ha nacido escritor? Pues, posiblemente; pero, como para todo, hay que seguir perseverando, aprendiendo, estudiando, y… anhelar buena suerte.
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