José Manuel Cruz: 'Mi intención es llevar al lector a la perplejidad, a una tierra de nadie que le invitará a que dé sus propias respuestas y saque sus propias conclusiones sobre las circunstancias que le han sido narradas.'

Ediciones Atlantis publica, dentro del sello SERIE GONG, la novela 'La orilla muerta' de José Manuel Cruz

1.- ¿Quién es José Manuel Cruz?

Yo nací en Sevilla en 1970 y vivo en Málaga desde el año 2002. Desde siempre me han apasionado la literatura y el cine. Entre los años 2000 y 2004, ya escribí una primera novela que aún no he decidido publicar pero que, seguro, le acabará llegando su momento. En el año 2011, empecé a publicar dos blogs, uno sobre cine, El espectador impertinente (que se convirtió en el año 2018 en la revista digital Cine Arte Magazine, que aún sigo publicando) y otro de economía, El dedo en el dato, del cual surgió el ensayo La economía estresada, editado en el año 2017. Entre los años 2013 y 2017, publiqué una tetralogía de género negro ("Cuarteto de la desolación") que tiene como fondo la crisis económica que estalló en 2008 y que ahonda en las causas sociales, culturales y de mentalidad que la provocaron. Dicha tetralogía está compuesta por Sin tregua se consumían nuestros ojos, El día en que paró la música, El temor del mensajero y Casandra encadenada. En 2018, coescribí, junto a Rafael Nadales, la novela Fuera de juego, que cuenta la historia de Leo, un hombre de algo más de cincuenta años que ha perdido su negocio y que tiene que empezar de cero, con todas las dificultades que, debido a su edad, ello conlleva. Finalmente, antes de publicar mi última novela, La orilla muerta, en 2020 publiqué dos libros de poemas: Tierras sin nombre y Clausura. 

2.- En tu trayectoria literaria encontramos abundante novela negra y poesía. Dos géneros muy diferentes entre sí. ¿Qué van a encontrarse los lectores en La orilla muerta?

Pues, hasta cierto punto, una especie de cruce entre ambos géneros literarios. La orilla muerta cuenta la historia de Toni, el "Pasmao", un pequeño traficante de drogas, a quien vamos siguiendo a lo largo de una de sus jornadas de trabajo. Conforme se desarrolla la trama, vamos navegando entre la realidad y el delirio y entre el consciente y, sobre todo, el subconsciente del personaje, de forma que, junto a aspectos estrictamente naturalistas, el personaje se deberá enfrentar a una serie de monstruos y hechos fantásticos que se irán sucediendo por todo su recorrido. Mi intención es llevar al lector a la perplejidad, a una tierra de nadie que le invitará a que dé sus propias respuestas y saque sus propias conclusiones sobre las circunstancias que le han sido narradas.

3.- El cine es, también, una parte importante de tu vida. Háblanos de tu blog El espectador impertinente, y de su posterior transformación en la revista digital Cine Arte Magazine.

El cine y, en sentido amplio, el audiovisual, es una de las grandes manifestaciones de la cultura y de la creación a lo largo de los siglos XX y XXI. Por ello, aparte de la pasión personal que pueda yo sentir por el séptimo arte, creo que hay una necesidad de estar atento a su evolución porque aporta formas de narrar, de contar, de caracterizar a los personajes y de contemplar la realidad que son muy importantes de cara a renovar y progresar en la propia materia literaria. 

4.- ¿Cuánto cine hay en La orilla muerta?

Creo que están presentes la influencia de una serie de películas de directores como David Lynch, Gaspar Noé, Abel Ferrara, Samuel Fuller, Carlos Reygadas, Amat Escalante, autores que han huido siempre de ideas preconcebidas y han ofrecido un cine muy atrevido y radical, creando, en algunos casos, un espacio indefinible entre la realidad y la alucinación o visitando y explorando, en otros casos, situaciones extremas mostrándolas sin prejuicios ni convencionalismos.

5.- ‘Yo vivo en la orilla muerta de un río que nos ha abandonado en una isla desolada a la que no llega ningún barco de rescate’. ¿Cuánta poesía hay en tu narrativa?

Está la poesía que es necesaria para expresar el sentido profundo de la historia que quiero narrar. Si en mis novelas de género negro el estilo tendía a ser sobrio, preciso y analítico, en una novela como La orilla muerta la poesía era una herramienta imprescindible para que el lector fuera partícipe de una experiencia lectora única y que no se parece a ninguna otra que haya leído antes. Yo no soy el más adecuado para valorar la calidad de la novela pero sí puedo decir que quien decida leer La orilla muerta va a encontrar una obra que no se parece a ninguna otra. Para ello, la poesía es un medio eficacísimo para hacer llegar al lector las vivencias de un personaje que siempre se mueve entre lo incierto, lo turbio y lo inquietante.


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