Ediciones Atlantis presenta 'Contra las olas', una novela de ficción histórica escrita por el letrado de la Asamblea de Madrid, Javier Sánchez Sánchez que narra en detalle, con un excelente trabajo de investigación, uno de los episodios históricos que más ha marcado a la nación española: la guerra de Cuba, el fin de las últimas colonias del continente americano.
Con ocasión de estancias profesionales en Guinea Ecuatorial, percibí la gran vinculación que mantienen en la actualidad los guineanos hacia España, al margen de los ámbitos oficiales, aunque han pasado ya 50 años desde su independencia. Presentan una carga de gran afectividad y admiración, junto con el sentimiento claro de sentirse abandonados y olvidados por nuestro país. Posteriormente también descubrí una vinculación y un sentimiento muy semejante en muchos saharauis a los que también asistí profesionalmente. Eso me llevó a intentar analizar los últimos procesos de descolonización seguidos por España, empezando por el más antiguo, el de Cuba, dentro de un proyecto que quiero llamar la Trilogía del olvido, porque el olvido es el elemento común a los tres, si bien en el caso de Cuba, más que sobre la nueva nación independiente, se proyectó aun con mayor intensidad sobre los nuestros, los que allí murieron y los que regresaron en condiciones penosas, a los que se apartó de la memoria colectiva deliberadamente.
Contra las olas nos sumerge en la guerra de Cuba y narra la pérdida de las últimas colonias españolas. ¿Cómo ha sido el proceso de documentación? ¿Crees que, a día de hoy, España ha superado la crisis que le supuso la pérdida de las colonias?
El proceso de documentación me ocupó unos cinco meses, con el estudio y análisis de la literatura científica, diplomática y militar sobre la generalmente conocida cono Guerra de Cuba que, en realidad, no fue una, sino tres. Quiero destacar sobremanera la ayuda que me prestó el Gran Atlas ilustrado de la Guerra de Cuba del Capitán de Navío Juan Escrigas Rodríguez.
La España que enfrentó el conflicto de la independencia cubana estaba articulada piramidalmente, situándose en el vértice unas clases dirigentes que ocupaban el poder con una estructura y una finalidad claramente extractiva, según el modelo de corte feudal que se inició con el sistema de ocupación de tierras y cargos durante los ocho siglos de la Reconquista. Esa estructura política, social y económica es la que se mostró incapaz de responder adecuadamente al problema cubano y no se superó formalmente hasta la Constitución de 1978, ya que la republicana de 1931 no pudo desarrollarse. En ese sentido, puede decirse que sí se ha superado ya, sin duda, la crisis provocada por la pérdida de las colonias en 1898.
No obstante, aún quedan vestigios materiales e inerciales en la forma de ocupar el poder en nuestro país y se pueden observar determinados patrones de conducta institucional similares a los que se siguieron durante el conflicto cubano y el filipino.
¿La trama que se narra en tu novela es ficción o te has inspirado en personas reales?
La trama es evidentemente histórica, pero novelada. En la novela transitan personajes reales, como Sagasta, Mckinley, el almirante Cervera o el general cubano Calixto García, junto con otros ficticios como el capitán médico Cosme Aranda, el comandante Fernando Castro o la bella Isabel Noriega. Intervienen unos al lado de los otros para crear la sensación necesaria de verosimilitud por un lado y de intriga por el otro.
¿Qué crees que hace a esta novela diferente? ¿Por qué crees que engancha al lector?
Creo que es diferente porque dibuja un momento decisivo de nuestra historia sin flagelarnos y sin caer en apologías esencialistas, sino desde la normalidad cotidiana del ser humano que tiene que enfrentarse, con sus miedos y sus esperanzas a situaciones que claramente le superan, intentando ajustar los deberes colectivos con los proyectos personales.
Creo que engancha porque nos evoca un mito aún muy presente en el imaginario de los españoles, Cuba, como símbolo de la lejanía, la aventura, la fortuna, la tragedia, la pérdida, la sensualidad, el amor, en fin, de todo aquello que nos invita a iniciar el viaje de nuestra vida.
¿Hay alguna anécdota que quieras compartir con los lectores?
Más que una anécdota un detalle curioso. Los últimos soldados españoles que fueron repatriados tras la guerra, enfermos y desasistidos, eran despedidos por los trabajadores y trabajadoras de las tabacaleras cubanas en el puerto de La Habana entregándoles víveres para el viaje de regreso y mazos de cigarros puros atados por una cinta con los colores de España y una leyenda escrita en ella que decía: “Para los valientes soldados españoles. Viva España”. Los mismos que les habían combatido a muerte en la manigua, les rendían un homenaje de respeto, admiración y cariño. Algo que nunca hicieron las autoridades españolas.
Si te pregunto por tu libro favorito…¿Qué título es el primero en el que piensas?
El Aleph, de Jorge Luis Borges. Sin duda
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