Fantástica entrevista a Jesús Márquez Rodríguez, autor de la novela histórica. 'La Señora de las dos Tierras'

Ediciones Atlantis presenta 'La Señora de las dos Tierras', una novela histórica del autor onubense, Jesús Márquez Rodríguez, que nos sumerge en el Antiguo Egipto y en la revolución religiosa que llevó acabo Akenatón, esposo de Nefertiti.

¿Quién es Jesús Márquez Rodríguez?
Una persona familiar, amiga de mis amigos. Muy positiva, donde los obstáculos no me detienen, más bien me impulsan a continuar aunque el camino sea pedregoso.
Soy mis recuerdos, mis ilusiones, mis emociones, mis experiencias, mis penas, mis alegrías, mis proyectos, mis decisiones, mis deseos… si agrupas todo eso, yo soy una colección ordenada y a veces desordenada, de todas esas cosas.

La historia que narras demuestra gran conocimiento sobre la revolución religiosa que llevó acabo Akenatón. ¿Qué consecuencias crees que pudo tener?
Cambiar una religión de unos 1.500 años de antigüedad donde  los egipcios adoraban a multitud de dioses y reemplazarlos por uno solo, el Atón o Sol, resultaba un desafío contra todo el sistema de fe, y llevó al imperio al borde de su destrucción.
Él era el faraón, un dios en la tierra, y podía hacer o deshacer lo que se le antojaba; aunque esa decisión le hizo adquirir enemigos muy poderosos. Los sacerdotes habían dedicado sus vidas a los dioses y verse sin templos donde recibir ofrendas de los ciudadanos ni donde orar, los colocó en pié de guerra, y aunque Akenatón sabía las repercusiones que tendría eliminar a todo el panteón de los dioses, confió en su dios, el Atón.

¿Crees que, de haberlo conseguido, pudo convertirse en la primera religión monoteísta de la historia?
Hay que decir que lograrlo lo logró, aunque ese deseo perduró poco más de diez años. 
Pienso que se podría considerar la primera religión monoteísta de la historia, aunque obligada por el faraón. Los egipcios veneraban a escondidas a otros dioses por miedo a ser encarcelados o algo peor. Akenatón eliminó todos los templos de rezo y convirtió al dios Atón en la única deidad de culto.
Su padre, Amenhotep III, ya lo quiso hacer en su reinado, pero debido a la presión a la que fue sometido por parte de los sacerdotes, y temiendo por su vida y la de toda su familia, decidió no restaurar la religión. Su hijo fue más atrevido, o quizás loco, e hizo realidad el sueño de su padre enfrentándose a todo un pueblo.

¿Cómo ha sido el proceso de documentación de la obra?
No se conoce mucho sobre el reinado de Akenatón y he tenido que documentarme mucho y contrastar muchas opiniones. La novela describe los acontecimientos y los personajes que realmente los protagonizaron. No obstante, a la misma vez transcurre una trama que es fruto de mi imaginación y que me ha servido para unir y explicar los hechos históricos.

¿Cuánto tiempo te ha llevado?
Esta novela me ha llevado algo más de dos años realizarla. He dedicado muchas horas en documentarme y tampoco me sobraba tiempo para escribirla por cuestiones de trabajo. El proceso de documentación ha sido muy laborioso y a eso hay que sumarle que entrelazar la trama no ha sido nada sencillo. Algunos capítulos los he escrito con facilidad, pero en otros me he atascado.

Nefertiti es un personaje que ha despertado gran interés a lo largo de la historia. ¿A qué crees que es debido?
Pienso que ha despertado tanto interés desde su hallazgo por lo enigmática y sembrada de misterios que resulta ser su reinado. Todos han especulado sobre ella sin haber dos versiones iguales; sólo coinciden en describirla como una de las mujeres más poderosas de la antigüedad, y de extraordinaria belleza.
El busto de Nefertiti se descubrió en 1912, pero no fue presentada en público hasta pasados doce años convirtiéndose inmediatamente en una estrella. Salió en las portadas de revistas de todo el mundo y se realizaron multitud de películas. Fue la imagen publicitaria de artículos de cosmética, moda, incluso había perfumes con su nombre. Fue representada como símbolo de elegancia y belleza.

¿Qué se sabe realmente sobre ella?
Nefertiti fue la Gran Esposa Real del faraón Akenatón de la XVIII Dinastía.
Junto con su marido comenzaron una revolución religiosa sustituyendo el politeísmo que durante más de mil años mantenía Egipto, por el culto monoteísta, proclamando al dios Atón como único dios y rechazando a todos los demás. Participó activamente en la política y llegó a ser muy querida por el pueblo.
Tras la muerte de Akenatón se hace cargo de la corregencia del trono con el nombre de Neferneferuatón, hasta que desaparece al poco tiempo.
Poco se conoce de ella, y cualquier afirmación es puramente especulativa.

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