1.- Paranoia es un artefacto literario ciertamente muy particular. ¿Cómo definirlo?
La literatura siempre ha sido un intento de percibir lo que hay más allá, es algo así como el negativo de las imágenes que vemos. Esta novela es alegórica por naturaleza, lo que hay después o más allá de la vida es algo que no es terrorífico ni horrible, sino místico. Por eso intento llegar a una salida dentro de la deshumanización actual, lo hago para justificar la posible existencia de una realidad paralela que sirve de refugio para el presunto loco protagonista de Paranoia.
Quizás la búsqueda de un asidero entre la indiferencia cotidiana está en sintonía con lo que mi novela trata de provocar. Aborda un tema de fondo que es la exploración de la verdad y la dificultad de encontrarla.
Hay mucho misterio en el mundo, muchos rincones oscuros y sombríos que aún no hemos explorado. No deberíamos ser tan engreídos como para descartar de plano todo lo que no podemos entender. Quizás Miguel, el protagonista de la novela, no está tan loco como parece. Al final, lo que trato de imaginar es cómo un orden social arraigado resulta destruido de un solo golpe, tal golpe es el del exceso mal medido de un sujeto ordinario, una persona que constituye una cifra más sin ningún talento o privilegio, un desempleado sin otro oficio ni beneficio que no sea el intentar justificarse.
Por otro lado, Paranoia es intrínsecamente optimista, ya que describe una reafirmación gradual de los valores humanos a medida que la realidad se aleja y llega ese otro lado que le sirve a Miguel de refugio. A pesar de todas las escenas lisérgicas, el libro es también un testimonio de los valores humanos perdurables como el arrojo, la compasión y la amistad.
2.- Aunque no se trataba de una novela negra al uso, tu anterior obra se ajustaba más a los
cánones del género. ¿Cómo ha sido este salto formal entre una y otra novela?Primero tengo que aclarar que Paranoia no es mi segundo libro escrito, pues la mayor parte de su realización se completó antes de Muerte y orfandad (mi primera novela publicada y finalista de la edición XII de los ‘Premios Atlantis LA ISLA DE LAS LETRAS’).
Al escribir pienso claramente en mí mismo como lector, en lo que me gustaría leer. Muerte y orfandad surgió como un reto, adaptar mi estilo a un libro de género. Paranoia en cambio apareció de forma compulsiva, en un momento de aburrimiento dentro de una Biblioteca Pública en la que intentaba estudiar un farragoso tema sobre la Unión Europea, labor que interrumpí para garabatear el comienzo del libro sin ningún esquema o idea preconcebida. Puede decirse entonces que Paranoia nació desde el centro de mi esencia, de aquella era como un camión de basura psíquica que vaciaba la basura acumulada en mi cabeza a través de una escritura automática y sin freno.
Desde ese sentido Muerte y orfandad constituye un juego elaborado y Paranoia un ejercicio de catarsis. Escribir este libro constituyó algo necesario para mi cordura. Logré exteriorizar mis miedos e inseguridades sobre el papel, que es por lo que la gente paga a los psiquiatras una pequeña fortuna. Por otro lado, mi cerebro es como un desván en el que cabe todo, en el sentido de que no hago separaciones, no hay fronteras; no digo aquí está el apartado serie negra, y aquí está el apartado novela urbana; intento llevar los géneros a mi propio terreno.
3.- Paranoia ofrece quizás más interrogantes que respuestas. Como autor, ¿tienes todas las respuestas? ¿Existen?
Nunca me he considerado un escritor extraordinariamente original en el sentido de concebir ideas argumentales completamente nuevas. Por supuesto, tanto en la ficción de género como en la convencional, no quedan demasiadas de esas ideas y la mayoría de los escritores estamos reelaborando fundamentalmente los mismos temas.
Desde ese punto de vista, no creo que me concierna el tener todas las respuestas. Eso compete más a los lectores. No cabe duda de que tengo interés en la verdad, y quiero llegar a la verdad siempre a través de la ficción, que es la mejor forma. Aun así, no me considero más inteligente que cualquier otro; solo expreso mis cuitas; si eso le sirve a alguien para encontrar respuestas, me sentiré satisfecho, aunque yo carezca de tales soluciones.
4.- Una idea central chocante y algo perturbadora: una persecución de la que se desconocen los motivos. ¿Cómo y cuándo surge esta idea?
Los autores nuevos siempre queremos poner todo en nuestros escritos mientras los autores más experimentados ya han descubierto una forma de narrar y van a lo que van. En el primer boceto de Paranoia volqué toda mi voluntad poética, traté de buscar el brillo de lo auténtico a través de la ficción. Esa ficción surgió como un exorcismo freudiano, sin ninguna planificación ni punto de apoyo, yo mismo me sentía perseguido y escribir sobre una presunta persecución liberaba mis agobios. Quizás por eso aquel borrador era caótico en extremo. Han tenido que pasar más de una década para tener una cierta experiencia, ella me ha servido para pulir el texto y dar coherencia a los personajes y su historia.
Por otro lado, las novelas son una indagación sobre la realidad. Y tal afirmación que parece obvia y no lo es, ni mucho menos, te lleva a descubrir que cualquier cosa que hagamos por afinar nuestro conocimiento sirve de provecho. Espero haber hecho mi pequeño aporte con este libro; por lo menos tengo el consuelo de que escribirlo ha servido para liberarme de una mala racha, gracias a Paranoia he podido seguir adelante y alcanzar logros que nunca esperaba alcanzar.
5.- ¿Algún nuevo proyecto en ciernes?
Actualmente dedico bastante tiempo a escribir poesía, también estoy trabajando en una novela corta de ciencia-ficción en la que abordo de nuevo mis obsesiones. Tal novela tiene como referencia dos clásicos del género: Matadero cinco de Kurt Vonnegut y Solaris de Stanisław Lem. Con su ayuda intentaré buscar más preguntas, quizás también alguna respuesta.
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