Ramón Jiménez Santiago: "Soy gran admirador de Gustavo Adolfo Bécquer, y aunque no sea un estilo actual, sus "Rimas y Leyendas" me cautivaron y lo siguen haciendo a días de hoy".


Ediciones Atlantis presenta 'El olmo testigo: la historia', un libro de Ramón Jiménez Santiago que nos lleva a conocer una historia de amor prohibido en la Sevilla del siglo de oro. 

1.- ¿Qué van a encontrarse los lectores en la nueva novela de Ramón Jiménez Santiago?
Se encontrarán una leyenda de amor, siempre amor limpio sin confundirlo con otras cosas y basada en la Sevilla del siglo XVII. Es un viaje en el tiempo que nos ayudará a ver cómo se vivía en aquella época, y a establecer muchas diferencias en cuanto a lo que vivimos hoy sentimentalmente y lo que se vivió en aquellos años. Toda una historia a través del tiempo.

2.- ¿Cómo te definirías como escritor?
Me defino como un autor que, al contrario de lo que puedan pensar algunos sectores de nuestra sociedad, no siente reparo al hablar de AMOR entre dos hombres. En definitiva, un escritor romántico. Porque, ¿qué más dará que ese sentimiento precioso se abra camino entre dos hombres o dos mujeres? No deja de ser amor.

3. ¿Te atreves a decirnos tres novelas que te hayan marcado como lector?
Soy gran admirador de Gustavo Adolfo Bécquer, y aunque no sea un estilo actual, sus "Rimas y Leyendas" me cautivaron y lo siguen haciendo a días de hoy. Del mismo modo, el dr. Brian Weiss con sus "Lazos de amor", me apasionaron y la he releído muchas veces, pues me parece brillante. Otra novela que me pareció apasionante, fue "La casa de los Espíritus" de Isabel Allende.

4. ¿Piensas que el lector nace o se hace?
El lector, ni nace ni se hace. Simplemente, siente pasión por la lectura dentro de un género que le agrada y prefiere la lectura a otro tipo de entretenimiento. Personalmente, me encantan aquellas personas que en lugar de usar un teléfono móvil en una sala de espera o en el autobús, leen un buen libro.

5. ¿Cuál es el último libro que te has leído?
Volví a leer las "Rimas y Leyendas" de Gustavo Adolfo Bécquer no hace mucho tiempo, en un receso en la escritura de "El olmo testigo: la historia".

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