¿Cómo surgió la idea para escribir la novela?
De la idea de comunicar algunas experiencias y aportar algo que ayude a la gente. Nos movemos demasiado en el lado superficial de las cosas y, lo que yo trato, es profundizar y llegar a lo que puede haber detrás o más allá de ellas, o sea, de llegar a lo esencial. Quizá a veces hay que evadirse de las pequeñas cosas de la vida cotidiana para comprender dónde está lo verdaderamente importante. Porque si bien es necesario conocer nuestra historia para entender el presente, tal vez lo sea todavía más comprender mejor lo que en realidad somos.
¿Qué se va a encontrar el lector?¿Cómo crees que puedes sorprenderle?
Una novela especial, distinta, pero eso hay que captarlo, hay que conectar con el mensaje o los mensajes de la novela. Se sorprenderá, sobre todo, el que esté preparado para captar la esencia de la novela, y el que comprenda sus verdades ocultas, o sea, las que rebasan la ficción y alcanzan a ver más lejos. Por otro lado, el que no llegue al trasfondo de la novela, conocerá cosas importantes y muy interesantes. Además compartirá experiencias de nuestra historia reciente, que siempre nos enseñan mucho y que nos ayudan a entender el presente y evitar esos errores en la vida personal y colectiva que, a veces, nos conducen a movernos en lo negativo o en la violencia física o psicológica. Y es que, en realidad, esos obstáculos no nos dejan progresar y tirar para adelante.
¿De dónde nació ese afán de escritura?
De la necesidad de comunicar y de compartir experiencias. De comprender que lo colectivo es fundamental y necesario. Y, por tanto, es primordial que crezcamos también como sociedad. En ese sentido, aportar y ayudar a que la gente avance en conciencia, puede que sea la mejor fraternidad.
¿Cómo entiendes la literatura?
Creo que es una oportunidad para avanzar y mejorar nuestro fuero interno. Nos puede abrir la mente y hacernos más flexibles cuando reflexionamos sobre temas humanos.
¿Qué es lo que mueve a Eva y a Aurelio, quizá los dos personajes principales de la novela?
Creo que lo que les mueve es el amor. Por un lado, el amor especial que sienten el uno por el otro y que es un amor distinto, no al que estamos acostumbrados. Quizá sea ese tipo de amores verdaderos que están fuera del tiempo y nunca mueren. Y por otro, el amor a sus principios, a lo auténtico, a su idea de la vida o a cómo entienden la vida. Aurelio progresa desde su idea de la comunidad política a una nueva idea y, tal vez, más avanzada, de comunidad espiritual. Y Eva no cambia, por encima de todo, es alguien que se define como espiritualista, pero sin etiquetas. Porque quizá las etiquetas nos separan. Eva busca algo auténtico y profundo, por eso es fiel a su forma de entender el amor.
¿Cuál es el último libro que has regalado?
Bueno, en realidad, más que regalar, lo que hago últimamente es llevarle a mi tío mis libros para que los lea, ya que es alguien que, por su salud, no sale de casa y la lectura le ayuda a llevar la vida un poco mejor.
¿Cuándo consideras que una novela ha triunfado?
La escritura triunfa cuando mueve el pensamiento y nos hace progresar. Quedarnos solo en la forma o en la belleza de la construcción de la obra, me parece poco. Es vital desarrollar la verdadera belleza, nuestra belleza interior, y, por eso, valoro especialmente que se publiquen novelas como la que ahora voy a presentar. Y las valoro, sencillamente, porque son las únicas que pueden sacarnos de ese mundo ficticio y, muchas veces hiperactivo, en que nos movemos y del que a menudo nos creemos incapaces de salir. Las valoro porque solo con ellas pueden renovarse las conciencias y convertirnos en seres más auténticos y solidarios.
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