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Golpe a la Violencia de Género, por Alex Monday


Los seres humanos tenemos nuestra parte oscura. Sé que hay quien lo discute, como sé que las circunstancias individuales son determinantes. en todo caso, la violencia forma parte de nuestra condición. 

No somos seres aislados, sino sociales, relacionales, y nos amamos o no tanto. Creo que el camino del ser humano es conocerse y entre lo que necesitamos para ello, está la educación de las emociones, que debería empezar en la escuela y no detenerse en ningún proceso formativo. Proporcionaría un elemento para impedir de alguna manera el dominio y fomentar el amor, que al fin y al cabo es la meta final de todo proceso de conocimiento: hacernos mejores para nosotros y para con el otro.”

Alex Monday, Diciembre de 2014
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La violencia abusiva, por Gómez Jordell

Tal como se ha venido denunciando en las últimas dos décadas, uno de los mayores problemas sociales es el de la violencia de género. Esta forma de violencia, así como aquélla que se acomete contra cualquier persona que no estuviera en situación de defenderse, como niños u hombres adultos en inferioridad física hacia su agresor, representa no sólo un abuso sino también un escalofriante desafío hacia la razón de ser de todas nuestras instituciones, que tienen o deben tener el objetivo de neutralizar las asimetrías relacionales o, cuanto menos, relativizar su importancia.

El agresor denunciado por violencia de género no sólo está aprovechando su situación de fuerza sino también los sentimientos humanos, que le juegan como aliados porque a menudo la víctima no denuncia o reniega de tomar respuesta en tanto en cuanto aún ama a su agresor. Servirse de esta manera de los sentimientos humanos y golpear aprovechándose de una mayor corpulencia es un acto punible y despreciable que merece aunar toda nuestra fuerza para combatirlo. La sociedad debe solidarizarse y progresivamente concientizarse de estos atentados contra la dignidad humana. No hemos progresado tanto para seguir cayendo tan bajo, y en este sentido debe avanzar el hombre.

Tengo la suerte de disponer del altavoz que me concede Ediciones Atlantis para poder decir que toda forma de violencia es detestable y censurable, pero más aún cuando ésta se perpetra contra personas sin la capacidad de defenderse, bien sea por dependencias sentimentales o económicas, por no ser portadores de una suficiencia física que equipare a la víctima con su agresor, o incluso por encontrarse en situación de inferioridad debido al uso de instrumentos que la priven de movimiento o incluso por encontrarse en soledad frente a un colectivo de bárbaros.

Nosotros vivimos en un país que ha avanzado mucho en el valor de su conciencia social, como podemos observar en los logros de responsabilidad medioambiental, que sin embargo todavía no son plenos. Pese a todo y lamentablemente, la violencia abusiva continúa trasgrediendo la opinión pública al cebarse contra personas en situación de inferioridad. Violencia machista, violencia racista y violencia en abuso de la dependencia legal y económica podrán leerse en el relato Loto negro con el que un servidor ha colaborado en este fabuloso proyecto de Ediciones Atlantis: darle una voz social a la magia de la literatura. Tratemos de convertir esa magia en realidad y no nos convirtamos en lectores pasivos.

Gómez Jordell.
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Golpe a la Violencia de Género, por Carlota Lama

Llevo más de sesenta y cinco años formando parte de esta especie humana, frecuentemente tan inhumana. A lo largo de toda esta vida, he visto, vivido, escuchado dentro de mi entorno, demasiado cercano a veces, todo tipo de casos de acoso, maltrato y violencia de género. Mi mente de mujer pacífica pretende entender el por qué de este tipo violencia tan inútil, absurda y despiadada, bien es verdad que como todas. Por mucho que lo pienso no encuentro ninguna violencia que sea útil, sensata o aceptable. Me aferro a la idea de que con la educación esta lacra podría desaparecer pero me encuentro con que personas con educación exquisita han sido tristes protagonistas de este fenómeno como es el caso de un músico que, entre otras barbaridades, arrojó por la ventana el chelo de su pareja, también profesional, y buena amiga mía, para que ésta no pudiera volver a tocar con él. Busco otras causas, como las religiones, especialmente las monoteístas que son las que nos rodean. Durante siglos éstas han relegado a las mujeres a un segundo plano provocando así un sentimiento de superioridad masculina que les lleva a pretender el dominio absoluto de su pareja y sin embargo me encuentro con que personas agnósticas o ateas abusan y matan a sus parejas. También busco causas en la tradición y la cultura que impregnan las sociedades, en muchos casos inseparables de esas creencias religiosas y es fácil comprender que la impronta cultural que vamos absorbiendo a lo largo de nuestra vida influye definitivamente en nuestras formas de actuar. No tengo datos qué pasa, por poner algún ejemplo, en países orientales no musulmanes o en etnias animistas africanas. Posiblemente la sumisión absoluta de la mujer a sus roles establecidos no de pie a tanto maltrato. Me remonto a la historia para intentar averiguar si esta violencia disminuye con el aumento de la civilización, en el caso de que ese aumento sea cierto, cosa que a veces llego a dudar. Me encuentro con que, aunque haya menos casos de maltrato, el mero hecho de que seamos más civilizados, (repito, si lo somos) hace que los casos que en la actualidad ocurren sean mucho peores precisamente porque ahora somos más conscientes del mal que hacemos. Es más, gracias a la sofisticación que produce el avance se utilizan fórmulas más rebuscadas de maltrato dentro del acoso laboral, el psicológico o el económico. Sigo buscando factores externos y me paro en las drogas, incluido el alcohol, causantes de muchísimos conflictos familiares. La pobreza que provoca la injusticia social, la angustia de no llegar a fin de mes, o incluso de no tener ni casa donde vivir disparan los conflictos familiares. Se me ocurre pensar que quizá sea la necesidad de igualdad que ahora tienen la mujeres y que les lleva a participar más activamente en la sociedad lo que produce esas tensiones dentro de las parejas pero encuentro casos en los que la mujer no sale de casa y es igualmente maltratada. Analizo el cuerpo del hombre, hablo del hombre ya que la mayoría de los casos de violencia la comenten ellos, y busco diferencias. Es obvio que las hormonas masculinas pueden producir más agresividad que las femeninas, y que la constitución masculina le otorga más fuerza física y con ello más dominio físico sobre la mujer. La función histórica del macho era cazar y defender y la de la hembra procrear y cuidar. Por último, me queda la mente. La mente humana que no deja de sorprenderme después de vivir tantos años. La capacidad que tenemos de engañarnos, darle la vuelta a la realidad, auto-convencernos de lo que nos conviene, crear enemigos que no lo son, buscar culpables para esconder culpabilidades propias, buscar creencias que escondan nuestro terror a no entender nada. La complicadísima mente humana que tanto ha llegado a conseguir en este planeta y que también puede llegar a ser nuestro peor enemigo.


Seguro que me quedan causas que no he mencionado pero al final, siempre llego a una conclusión. Es la mezcla de muchos factores lo que lleva a los hombres a practicar la violencia de género contra las mujeres. Los casos extremos, como atacar a los propios hijos para hacer sufrir a sus parejas, como por ejemplo el espantoso caso de los niños de Córdoba, o el niño gallego que fue quemado vivo dentro del coche de su madre, solo se pueden explicar con la total y absoluta maldad que se esconde dentro de algunas mentes, aunque a veces el límite entre la maldad absoluta y la enfermedad mental sea muy difícil de delimitar.

Agradezco a nuestro editor la idea de publicar esta antología, la valentía y la fuerza que ha tenido para escribir el maravilloso prólogo que abre este volumen. Gracias por la oportunidad que nos da a los escritores que participamos de utilizar, como él mismo dice, el arma de la palabra, para denunciar los abusos, acosos y maltrato. Gracias también a mis compañeros de relatos por participar en esta antología y colaborar como escritores a que este suplicio social que padecemos se denuncie más y se conozca mejor. Aunque no soy demasiado optimista con el porvenir de esta especie en la que me encuentro, sí soy luchadora y no puedo dejar de pensar que siempre se pueden perseguir utopías.

Carlota Lama.
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Golpe a la Violencia de Género, por Juan Sánchez Vallejo: "El rayo que no cesa"

Me desayuno con una terrible noticia, como lo son todas las referidas a la violencia. Más si cabe cuando el acto violento supone la confirmación de un fenómeno social que, lamentablemente, se va consolidando en nuestro ámbito ante la sensación de impotencia y frustración de los que no nos resignamos a este estado de cosas. Me refiero a la VIOLENCIA DE GÉNERO, y –más concretamente— al asesinato del actor Koldo Losada presuntamente a manos de su marido. Y es que la violencia de género también alcanza a los matrimonios entre homosexuales, lo que demuestra fehacientemente que en la denominada “violencia de género” intervienen factores que incluso trascienden la prepotencia del género masculino, tan prolongado ya en su devenir histórico que “ha generado ideología”, a la que llamamos MACHISMO.

Siempre he mantenido que el machismo es el sustrato psicológico necesario para potenciales violencias convivenciales, pero en ningún caso el único; tal vez ni siquiera el más importante. Como psiquiatra que soy, y durante mi ya dilatada experiencia profesional, he podido constatar que –en última instancia—es el instinto de posesión el que suele enloquecer a seres débiles de carácter e inmaduros, originándoles tal estado de confusión mental y agresividad que ¡¡antes verte muerta/o que de otro/a!! o ¡¡la maté porque era mía!!

Estos seres neuróticos jamás entenderán al amor como experiencia compartida, sino como dominio “a capricho”.

Por cierto: siendo la violencia de género, como lo es, una lacra social de primer orden (44 víctimas mortales en lo que va de año) ¿cómo es posible que –según encuesta del CIS—solo preocupe al 0,5 % de los/as españoles/as? Queda claro que el machismo sigue fuertemente arraigado en nuestra sociedad.

Fdo: JUAN SÁNCHEZ VALLEJO
(Médico psiquiatra)
Eibar noviembre de 2014

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Golpe a la Violencia de Género, por Francesca Valentincic

Se oyen unos golpes en el piso de arriba, justamente ahora que acaba de empezar la película. Hacía un par de día que estos molestos vecinos me dejaban en paz, pero hoy vuelven a las andadas. Lo bueno es que el ajetreo no suele durar mucho ya que sólo se oyen unos cuantos pisadas más rápidas de lo normal como si alguien huyera perseguido por sabe qué, seguidos de unos porrazos sordos y acompañados de algo que cae al suelo con un ruido amortiguado por los centímetros de techo que nos separan. A veces se quebranta algún objeto, un jarrón o un plato, creo. La voz masculina es potente pero grita de forma ahogada, como para no molestar a los vecinos. La de ella, la mujer que vive arriba, en cambio, no se hoye. Lo que más duran son los sollozos del niño que se prolongan hasta que una especie de martillazo en la puerta de su habitación, una patada creo, pone fin a las lamentaciones. Entonces, por fin, todo vuelve a la normalidad y puedo bajar el volumen de la tele y seguir con mi película del jueves por la noche. Sigo pensando en ellos durante unos segundos: qué arreglen de una vez sus problemas y nos dejen en paz a los demás vecinos….ellos sabrán lo que hacen, quien soy yo para meterme en su vida.

Cambiemos de una vez nuestra mentalidad: lo que les pasa a los demás nos incumbe. Cada golpe recibido por una mujer o un niño maltratado nos hiere directamente a la cara. Tengamos el coraje de poner fin a esta lacra, denunciando, golpeando la puerta con educación, haciendo barrera con nuestro cuerpo, nuestras palabras, acogiendo a las personas que encuentran el tremendo valor de denunciar a sus verdugos. Basta con la mentalidad de no entrometerse en un matrimonio: matrimonio no es sinónimo de maltrato autorizado. Unamos nuestras palabras, nosotros que normalmente las utilizamos para contar historias y cuentos, y alcémoslas contra la aberración del maltrato.
Escrito en el blog www.escritoresatlantis.com
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Golpe a la Violencia de Género, por Diego Galán Ruiz

¿Hay algo peor que sentirse humillada, vejada , golpeada y en muchas ocasiones asesinada en manos de tu pareja? La persona que un día dijo que te amaba, te quería, no podía vivir sin ti, unas palabras que parecían ser de amor, y sin embargo no eran más que una sentencia de muerte.

Infinidad de mujeres viven junto a su maltratado, que algún día, puede llegar a ser su verdugo. Nunca nadie que no haya vivido esta situación tan angustiosa en sus propias carnes, podrá llegar a comprender su sufrimiento, su angustia, su miedo.

De una vez por todas deberían acabar con este tipo de violencia, la mejor manera sería educando a los adolescentes, hay que cortar el problema de raíz, una mujer no es propiedad de nadie. 

En pleno siglo XXI es vergonzoso que este tipo de violencia sea tan común, porque no nos engañemos, hay muchos más casos de los que se denuncian. Mi deseo es que algún día, el libro Cataluña: golpe a la violencia de género, se pueda considerar tan solo una simple obra de ficción, que nada tenga que ver con la realidad, porque ya nadie sepa, ni tan sólo recuerde, que es la violencia de género.

Publicado en www.escritoresatlantis.com
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Golpe a la Violencia de Género, por María Teresa Abedul: "Nunca olvides que naciste de una mujer"

El día que tu MADRE te parió,cuando la matrona después de asegurarse de que eras un varón tras mirar tus genitales,con alegría le dijo a tu madre: señora es un niño,un precioso hombrecito. Ella en ese momento se sintió la MUJER más feliz del mundo,al tenerte entre sus amorosos brazos dejó volar su imaginación pensando: será astronauta o maestro,tal vez médico… Mi hijo será lo que él elija,pero sobre todo será una persona de bien.

Creciste y con los años alcanzaste las medidas antropométricas de un hombre adulto. 

Mírate,te has convertido en un individuo incapaz de expresar cualquier tipo de afecto,con una baja autoestima,y que no sabe dominar sus impulsos. Eres consciente de tu conducta abominable,tu único fin es la de hacer daño a tu víctima,imponer tu voluntad por la fuerza. Disfrutas vejando y golpeando a la mujer que tienes en frente,te deleitas manipulándola emocionalmente,tu ego de maltratador aumenta cuando le haces sentir culpable por tu comportamiento cruel,inhumano y despiadado. Te has convertido en un ser violento y maltratador que ni tan siquiera llega a la categoría de “macho alfa” en la naturaleza,los machos entre ellos realizan alarde de fuerza y poderío con el fin de proteger y defender a sus hembras.

Nunca olvides que naciste de una mujer,bajo la forma de un bebe dulce y amoroso,las mujeres damos la vida,el regalo más precioso que tenemos,nadie debería arrebatarnos ni estropearnos nuestro regalo. La violencia contra la mujer es un problema histórico y cultural,una lacra social que no sólo afecta al ámbito privado y familiar. El 17 de Diciembre de 1999 la asamblea general de la O.N.U. Declaró el 25 de Noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Que os parece si todos trabajamos para que un día podamos leer “se declara día internacional de la erradicación de la violencia de género”,sé lo que estáis pensando, pero con un dedo no se tapa el sol.

Publicado en www.escritoresatlantis.com
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Golpe a la Violencia de Género, por Carmen Estirado

El menoscabo hacia la mujer sigue siendo una “costumbre” que practicamos toda la sociedad. Creo que es violencia de género todo acto que anule una parte de la mujer. Y digo violencia y no simplemente machismo porque, aun asumiendo que están íntimamente relacionados, esta violencia parte de un acto intencionado de cada uno de nosotros que provoca un agravio físico o psíquico cada día contra las mujeres. Y lo peor, si nos cuesta identificarnos como agresor, más aún como agredido. El año pasado leí un libro de Virgine Despentes (La teoría de King Kong) en el que en un capítulo cuenta como dos chicas con el pelo azul y minifalda son violadas y, sin embargo, no lo cuentan ya que, debido a su indumentaria, no quieren pasar por el mal trago de “se lo merecían”. El libro lo debatimos entre unas cuantas amigas y, entre muchos otros sentimientos, nos sacó una confesión. Todas habíamos sufrido alguna tipo de agresión por un hombre y no nos lo habíamos contado porque no queríamos convertirnos en víctimas. Existe un tipo de vergüenza de género que nos hace justificar este tipo de actos para no ocupar, de forma consciente, ese papel. El problema es que, si no les identificamos por su nombre, estamos contribuyendo a que esta “costumbre” se convierta en dogma.
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Golpe a la violencia de género, por Alonso Holguín F.J

La historia de la humanidad es un conjunto de sinsentidos que se repiten con demasiada frecuencia. Siendo una de las especies que se autodenomina inteligente, afirmo mis dudas al respecto, con todas las consecuencias. Desconozco las costumbres de muchos del resto de animales que poblan la tierra, aunque veo con frecuencia documentales televisivos que explican la vida natural. He procurado documentarme para lograr un texto coherente, aunque dado los tiempos que corren es toda una odisea. Vamos a ello.

Os confieso, amigos casi todos, que al escribir estos párrafos estoy haciendo un enorme esfuerzo de contener las lágrimas dentro de los párpados. Hoy, en Madrid, ha amanecido un día gris, oscuro, con lluvia y bastante viento frío.
  • Un día de perros -que se dice por Cigales.
Aquellos con problemas de artrosis notamos la humedad hasta lo más hondo de nuestro ser. La llamada “Ley de Murphy” dice que “si algo va mal, tiende a empeorar fijo”. Las noticias comenzaron a llegar a media mañana, cuando se ve la dejadez de los Juzgados de Madrid en la poca diligencia para cuidar de la vida de una mujer, que se veía amenazada por su anterior pareja ¿sentimental?. El cuerpo de ella y su hija han sido encontrados en un pozo de un pueblo de Zamora. ¿Se instruirán diligencias de investigación contra los funcionarios que no hicieron bien su trabajo? Siento ser bastante excéptico, ya que dirán “estamos desbordados de trabajo”, según la estadística refleja.
Al cambiar de cadena, huyendo de trágicas noticias, me doy de bruces con un padre que ha asesinado a sus dos hijas de nueve años y luego se ha suicidado en Asturias.
  • ¡Maldito sea! -digo entre dientes.
En ese punto iba a degustar una sopa de fideos, con caldo de pollo, cebolla, ajo, zanahorias y una pizca de cúrcuma… al final, nada, que no entraba la cuchara en el plato… A uno se le quitan las ganas de todo, cuando ve la dejadez que hay en ciertos sectores de la Administración General del Estado. Seguro que el Observatorio contra las Víctimas de la Violencia de Género hace un estudio excelente… que no devolverá la vida a las asesinadas.

Ante tal desesperanza, decidí irme con mi hijo a pasear por Madrid. El Metro comunica una punta con la otra. Puedes cambiar de línea, de tipos de vagones más o menos modernos, para llegar a comprar una simple, hermosa y bonita peonza al otro lado de la ciudad.

En compañía de los niños todas las penas pasan. Se olvidan las tristezas y la tarde se torna un compendio de posibilidades de juego. Las costumbres americanas son adoptadas con facilidad en España, más aún cuando el comercio no tiene grandes ventas y decidimos aportar un granito de arena.
Estas actividades hacen que me olvide de consultar el teléfono, incluso llego a quitar el sonido. Porque mi principal preocupación camina al lado. De él me ocupo ahora, el resto dentro de un ratillo.
Tras una tarde de paseo por Bravo Murillo, Glorieta de Quevedo,… y un par de líneas de Metro, volvemos a la realidad de nuestro barrio. Nada más llegar a casa activo el sonido del móvil y veo la lista tremenda de notificaciones no leídas. Pero no hace falta acceder a ellas:
  • Ha muerto una compañera en Vigo -anuncia mi Santa esposa.
Planto las bolsas en el salón y me pongo al día en las noticias:

  • Un atracador de un banco ha asesinado a una mujer policía y herido de gravedad a su compañero… Vanessa se había incorporado recientemente tras el periodo de baja maternal…
Y el puto Murphy vuelve a tener razón. El día ha ido a peor de lo peor. Miro el calendario para confirmar la fecha: año 2014 de la Era Cristiana, 1436 de la Era Musulmana, 4712 según los Chinos, 5775 según los Hebreos,…

Todo ello me hace confirmar que los humanos no somos los más inteligentes del planeta, ni mucho menos. ¿A quién se le ocurre matar a su propia especie, incluidos ascendientes, descendientes, parejas, seres queridos o cualquiera que se cruce por la calle?

Este día hace real que muchos elementos de nuestra raza deberían estar dentro de recintos durante toda su vida, sin permitir el contacto con otros congéneres, sean familiares o quizás amigos.
Día duro para la buena gente. Descansen en paz todos. Mañana será otro día para luchar por la permanencia de la especie, pese a las adversidades que lo ponen cada vez más difícil...

Publicado en www.escritoresatlantis.com
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Golpe a la Violencia de Género, por Javier Alcover

La violencia de género es una realidad amplia, pero, inevitablemente, cuando hablamos de violencia de género solemos pensar en la violencia machista, esto es, la violencia física ejercida por un hombre sobre su mujer. En este caso se trata de un abuso de la capacidad de violencia del hombre sobre la mujer (dicha capacidad potencial tiene el poder de coaccionar, de amedrentar). Se han apuntado muchas causas, siendo la superior fuerza física del hombre respecto a la mujer, la primera. La segunda es, bajo mi punto de vista, la baja tolerancia de nuestra naturaleza más instintiva y dominante a los cambios sociales que propugnan una igualdad entre género. Yo mismo, quien os escribe, y como hombre, reconozco que existe en mí esa baja tolerancia y esa sensación machista -a veces frustrante- de haber “cedido terreno” a la mujer en pos de la igualdad. Sin embargo, mi consciencia – dejando de lado mis instintos más simiescos- y mi voluntad están absolutamente a favor de la igualdad de género y en contra de la violencia machista y de todo tipo. Ese deseo no me libra, desafortunadamente, de ese animal dominante que todos los hombres poseemos en nuestro interior. Por lo tanto, para erradicar la violencia machista es menester detectar nuestros propios instintos negativos, que, cual mala hierba crecen, cortarlos y ponerlos a “disposición judidicial” de nuestra propia consciencia.

Publicado en www.escritoresatlantis.com
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Golpe a la Violencia de Género, por el poeta Antonio Marín Bastida

A menudo sonríen, son gentiles, afirmados a un compromiso de cierta cordura, hombres perfectamente integrados en un organigrama social benévolo con sus miserias.
A menudo cumplen con maestría su rol de ciudadanía ejemplarizante, o al menos, complaciente con el entorno.
A menudo son finos, o menos finos, pero planean endulzados como si sus vidas girasen sobre una poltrona de alabanzas.
A menudo son fieles canónicos de doctrinas piadosas,
Pero bastante más a menudo,
Son réplicas absurdas de animales que aún en sus peores versiones, no alimentan ni por asomo las más aberrantes condiciones de su mal llamada humanidad.
Son teloneros y absolutos protagonistas de un irreverente docudrama, cuyo principal escenario siempre cubre sus felonías.
Son la imagen destructiva de generaciones que una tras otra, depositan en sus inercias el gen maldito de la aniquilación.
En fin, como breve recapitulación de ideas, podría prescindir de muchas cosas en mi vida, de muchas más de la que nombramos tan a diario, pero sólo desearía acuñar en mi cerebro la única condición de hombre imperfecto que me adjudico,
Decidir que mi vida se rija por mi sentido común y no por la necedad de mi intolerancia.
Ojala algún día estas palabras sólo sean el fruto de una irreflexiva noche de delirios y malas interpretaciones de un pesimista recalcitrante… ojala.

Publicado en www.escritoresatlantis.com

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Golpe a la Violencia de Género, por Jose Carlos González Sánchez: El macho alfa

Como abogado penalista, especializado en violencia de género, tristemente, he tenido el dudoso Los maltratadores suelen ser individuos con baja autoestima y alto nivel de frustración y compensan, de alguna manera, su fracaso social y personal con una férrea disciplina a la mujer, siempre, y a los hijos, en algunas ocasiones. Los primeros síntomas de que nos encontramos ante un maltratador aparecen, a menudo, ya en la fase inicial de la relación, con la pretensión de aislamiento absoluto de la mujer de su círculo social y familiar, a modo de desconexión de cualquier otra vida exterior distinta a la de la pareja. Así, de manera sibilina, el maltratador va ganando terreno poco a poco. No agrede a la mujer, salvo en contadas excepciones, al principio de la relación. Comienza con nimias humillaciones, pequeños insultos —que van aumentando hasta la pérdida total del respeto a las propias palabras que se pronuncian— y descalificaciones; incluso con desautorizaciones ante cualquier opinión que provenga de ella. El maltratador suele mostrarse ante la mujer altivo y poderoso, seguro de sí mismo y con la confianza absoluta en que la pareja es irrompible, al menos, desde la parte femenina. Es celoso y, aunque lo no lo muestre, muy dependiente emocionalmente de la mujer. Todo termina, corrientemente, con una denuncia y la adopción de una orden integral de protección, o, no infrecuentemente y en los casos más graves, con el asesinato. También se suelen dar situaciones intermedias. Así se muestran estos individuos frustrados e impíos, arcaicos y primitivos, conductualmente más cerca del mundo animal que del humano. Imitan, aunque, no lo sepan, al macho alfa.
honor de conocer de primera mano infinidad de casos relacionados con este luctuoso tema.

José C. González, 
17 de diciembre de 2014. 
Escrito publicado en la web Escritores Atlantis
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Golpe a la Violencia de Género, por Gabriel Monte Vado: ¿Qué estamos haciendo mal?

¿Qué estamos haciendo mal? Contrariamente a lo que se podría suponer la gran lacra de la violencia de género va en aumento. Es cierto que está dejando de ser un asunto privado y que las víctimas, fundamentalmente mujeres y niños, son menos invisibles ante la sociedad; pero los casos van en aumento y el problema sigue estando ahí.

Todos los informes sobre violencia de género coinciden en que las convicciones machistas persisten en los jóvenes españoles. Un porcentaje preocupante de ellos siguen pensando que la mujer debe permanecer en su casa y que el hombre es el que debe tomar las decisiones importantes en la pareja. Los datos nos dicen que la violencia de género, lejos de remitir, está plenamente asentada en algunos sectores de la sociedad, hasta las nuevas tecnologías (las redes sociales) reflejan las desiguales relaciones de poder entre chicos y chicas. ¿Cómo es posible? Quizá sea cierto que no hay más ciego que el que no quiere ver. Quizá no nos hayamos tomado el asunto con toda la seriedad que requiere. Quizá los varones vivamos cómodamente mirando para otro lado mientras disfrutamos de nuestros privilegios, y algunas mujeres, cegadas por el reconocimiento de la igualdad por parte de nuestras leyes, crean que el problema está en vías de solución, cuando el plano teórico es uno y la cruda realidad es otra.

Pero no, el origen de la violencia de género está en unas relaciones de poder sustentadas por unas estructuras culturales injustas y caducas que inexplicablemente persisten en el subconsciente colectivo. Si no se actúa sobre ellas y pretendemos acabar con el problema sólo con medidas judiciales y policiales no lo erradicaremos; debemos eliminar los aspectos más dañinos de la mentalidad machista de parte de nuestra sociedad. Conviene recordar que la violencia de género no es sólo física sino psicológica (aunque ese aspecto sea menos visible) y se alimenta de estos comportamientos arraigados. Para los maltratadores, la mujer y los hijos son de su propiedad, y por lo tanto pueden disponer de ellos a su antojo; no tienen derechos, sólo obligaciones ante su persona. Es responsabilidad de todos erradicar esa degenerada educación que recibieron y que pueden estar recibiendo algunos de nuestros jóvenes.

Sí, la eliminación de la violencia de género también requiere la utilización de medidas policiales, judiciales y asistenciales, pero sin una conciencia social firme estas medidas no servirán de nada. Si seguimos considerando a las mujeres y a los menores sólo como víctimas y no como titulares de derechos, como iguales, no habremos conseguido nada.

Es imprescindible la formación en valores como la igualdad y la tolerancia. Estos valores deben figurar especialmente en el programa educativo, para que no se diluyan en el maremágnum académico que prima más los conocimientos prácticos, y su divulgación no dependa sólo de las buenas intenciones de algunos educadores. Las autoridades deben apostar, de una vez por todas, por una educación comprometida con la igualdad.

Pero un problema tan complejo requiere de la ayuda de todos. Los medios de comunicación deben colaborar para erradicar estos estereotipos. Ha de implicarse toda la sociedad, y en especial los varones. Todos sabemos de alguna mujer que ocupando los mismos puestos de trabajo que cualquier hombre reciben menos remuneración. Todos sabemos de trabajadoras que cuando vuelven a sus casas deben afrontar las tareas del hogar prácticamente sin ayuda. Todos sabemos de amas de casa que son menospreciadas injustamente por su trabajo. Todos hemos oído comentarios que pretenden minimizar el problema, como que hay denuncias falsas (desgraciadamente las hay en todos los delitos, para eso están los jueces y la policía), y que algunos hombres son también agredidos (y merecen igualmente toda nuestra protección y apoyo); cómo si eso justificara la indefensión de las demás mujeres y niños maltratados, que son mayoría. Estos comportamientos y justificaciones deben de ir desapareciendo y para ello se necesita de todos los apoyos posibles; también de los escritores. Por eso cuando “Ediciones Atlantis” decidió dedicar un libro de relatos cortos a la violencia de género me pareció, no sólo una gran idea, sino, en lo que a mí respecta, una obligación moral.

Los libros no suelen resolver problemas, aunque algunos lectores busquen respuestas en ellos. Dan esa sensación porque tienen la virtud de hacer pensar, de remover conciencias. En realidad es el lector el que encuentra su propia solución espoleado por lo que lee. Ningún escrito resolverá el complejo problema de la violencia de género, pero si dará que pensar, hará que se propague el mensaje que lleve a la concienciación de toda la sociedad. Ese es el gran poder de la palabra escrita y utilizarlo para defender una causa justa la realza especialmente.

Gabriel Monte Vado.

Publicado en www.edicionesatlantis.com 
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