Manuel Oliva Real: "Desde mi punto de vista nos hemos acostumbrado al sufrimiento que padece el prójimo. Ya nada parece sobresaltarnos."

Ediciones Atlantis presenta '¿Qué me has hecho?' del escritor Manuel Oliva Real, una reflexión sobre la violencia de género a partir de una trama policíaca. 

1.- ¿Qué van a encontrarse los lectores en tu novela ‘¿Qué me has hecho?’

Desde la máxima humildad, considero que mi estilo de escritura es el realismo y, como tal, trato de plasmar todo aquello que desde mi punto de vista salpica al ser humano en la vida cotidiana. Las emociones, pensamientos, vivencias y experiencias de la persona toman protagonismo en la novela. Y lo hacen desde lo más profundo de los corazones y las conciencias.

En ¿Qué me has hecho?, el lector va a encontrar todo un abanico de situaciones y emociones que giran en torno al asesinato de una mujer en manos de su pareja. Todo se produce en presencia del hijo de ambos, un niño de tan solo cinco años. La trama se desencadena a través de las actuaciones de la policía, que muestra su lado más humano en el amplio sentido del término. Paralelamente, el narrador pone delante de él, y del lector, una serie de reflexiones con respecto a cuestiones importantes de la existencia humana: la muerte, el asesinato, el amor, la traición, la envidia, el odio, el arrepentimiento, etc…

Sobre todo, espero sacudir el interior de cada uno de nosotros y reflexionar acerca de la esencia del ser humano. 

2.- Una novela negra que gira en torno a un tema claro, la violencia de género. ¿En qué momento decidiste que escribirías este libro?

La violencia de género es un auténtico drama en la sociedad actual. En mi labor profesional, como psicólogo clínico, me encuentro situaciones trágicas por muchos motivos, y el maltrato, de una forma u otra, aparece en muchas ocasiones. 

He visto el miedo y el horror en muchos ojos. He recogido la desesperanza de muchas mujeres como consecuencia de la violencia y el maltrato por parte de sus parejas o de allegados. He escuchado rodar lágrimas por culpa del desprecio y rechazo de los que han sido víctimas. Pero no solo he visto violencia de género, sino que también  he sido testigo del abandono que muchas personas sufren por parte de los que decían llamarse amigos o decían considerarse familia. He visto cómo una buena parte de nosotros miramos para otro lado ante la tragedia ajena. Se me han puesto por delante situaciones de humillación, abuso, acoso, secuestro psicológico y castración de la individualidad. He tenido evidencia de cómo una mordaza ha dejado sin voz a muchas personas (mujeres y hombres) como consecuencia de una educación mal entendida.

He tratado de no dejar todo ello en el olvido, en un baúl de emociones y circunstancias de sufrimiento. Pero también, he querido dibujar una esperanza y un deseo. Espero que el lector sepa encontrarlos en la lectura de esta novela.

3.- Un drama policíaco que cuida notablemente las formas, el estilo. Encontramos frecuentes pasajes de gran lirismo. 

Como he dicho anteriormente, en la novela se entremezcla la trama policiaca con la reflexión acerca de un amplio elenco de sentimientos y comportamientos del ser humano. Puede que la novela en sí  sea una gran metáfora de la vida y de lo que se encuentra dentro de cada uno de nosotros. He intentado dar respiro al lector de la trama policíaca a través de diferentes pasajes, muchos de ellos más reflexivos e intimistas, pero tratando de acercarle al realismo al que he hecho alusión. 

4.- Y también te adentras en la novela psicológica, tratando de descifrar aquellos rincones más turbios de la mente humana. Reflexionas acerca de la maldad humana.

 Trato de adentrarme en los rincones de la mente y del corazón de todos nosotros. El lector, en un primer momento, puede concluir que la novela le añade un peso luctuoso. La forma y el contenido de la novela ponen por delante lo que muchas veces no queremos ver por miedo, vergüenza o simple comodidad. La indiferencia es más dañina de lo que parece y de lo que se nos enseña. 

Sin embargo, si profundizamos en la lectura, podemos encontrar buenas razones para la auténtica esperanza; no esa esperanza de la resignación, sino de aquella que nos invita a la aceptación y el compromiso de generar cambios en nuestra forma de actuar.

Y sí, reflexiono sobre la maldad, pero también sobre la bondad. Reflexiono sobre la desesperación, pero también sobre la posibilidad de hacer la existencia humana más fácil. Reflexiono sobre el abandono, pero también sobre la solidaridad bien entendida.

No trato de enseñar nada, no soy quién para ello. Solo invito a que el lector se adentre un poco más en él mismo, sin miedo ni censura, solo con determinación y verdad. 

5.- Uno de los temas más presentes en la novela es el de la complicidad de todos cuando, ante una injusticia, decidimos mirar para otro lado. ¿Qué puedes decirnos acerca de esto?

Todos nos convertimos en jueces con facilidad. Acusamos rápidamente, desde un criterio personal que consideramos como el más acertado, los comportamientos de los demás. Nos rebelamos, en ocasiones, ante todo aquello que nos parece injusto. Pero en demasiadas ocasiones no queremos salir de nuestra zona de confort para actuar con determinación ante lo que de verdad resulta intolerable. El arte de no complicarnos la vida se convierte en denominador común ante el drama del otro. Desde mi punto de vista nos hemos acostumbrado al sufrimiento que padece el prójimo. Ya nada parece sobresaltarnos.

La compasión y la empatía no han de ser suficientes. La auténtica caridad no es dar de lo que nos sobra, sino de lo que nos falta. Ahora soy yo quien está juzgando, razón por la que voy a releer la novela.

Sea como fuere, he escrito este libro desde el amor.


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