Ediciones Atlantis presenta 'Las líneas del cielo', del escritor José M. Visedo, aventuras distópicas con ecos de Ray Bradbury y Julio Verne.
1.- Resúmenos el argumento de ‘Las líneas del cielo’.
Es una distopía. Hace decenas de miles de temporadas, la Tierra colapsó por una crisis ecológica y quedó, casi toda ella, inservible para la vida. Un pequeño grupo humano que sobrevivió a la desolación en una franja tropical, ha recuperado con el tiempo una civilización avanzada técnicamente y estable, la Tierra Conocida. Ahora, en plena expansión glacial, hay indicios de que esa sociedad está degradándose, social y políticamente.
El joven Keebe viaja, con la sola compañía de un gran perro, hacia la frontera del norte, donde comienzan las Tierras Exteriores, yermas y desconocidas, escapando del atosigante ambiente de la capital. Para ello, cruza medio país, en tren y a pie, descubriendo miserias y situaciones que nunca había imaginado. Paralelamente, Yao, diputado de la Asamblea, y Asha huyen hacia las selvas del sur, escapando de la persecución policial, acusados falsamente de corrupción. Allí se encuentran con un conflicto armado que se mantiene silenciado por el régimen dominante.
También Dada, una investigadora universitaria, emprende un viaje, en este caso para dar a conocer las sorprendentes revelaciones que ha obtenido de antiguos legajos que estaba estudiando, arrumbados en el archivo de la Universidad, y que pueden llegar a cambiar totalmente el mundo que se daba por supuesto . Los tres acaban convergiendo en Karr-Oina, la ciudad minera, el lugar habitado más septentrional de la Tierra Conocida. Desde allí inician una expedición conjunta a través de las Tierras Exteriores, hacia el límite de los hielos eternos, buscando la verdad de un mundo que, de repente, se ha convertido en otro.
2.- Nos ha parecido una novela que demuestra a un autor audaz y con una gran imaginación. Los lectores se van a llevar unas cuantas sorpresas al leerla. ¿Cómo surge la idea?
Aunque la novela abarca un gran número de hechos y sucesos que influyen en el porvenir de todo un mundo, la realidad es que la idea nació de una anécdota muy sencilla y personal: Una mañana temprano, antes de ir a trabajar, me acerqué a un cajero automático a sacar dinero. En el interior había una persona y un gran perro durmiendo, envueltos en mantas. Entré a pesar de ello y, al abrir la puerta, ambos se despertaron y el hombre, muy joven, casi adolescente, sujetó al perro y me dijo; "No tenga miedo, no hace nada, es muy bueno" y luego, sorprendentemente, añadió: "Es lo único que tengo". Aquelló me dejó huella, y una profunda tristeza. Por alguna razón me vino la idea de escribir algo sobre este chaval y su perro. Y de ahí, aunque parezca mentira, fue surgiendo toda la narración. La imaginación, y la falta de empatía del mundo que nos rodea, fueron ampliando el entorno de la historia hasta convertirla en lo que ha sido finalmente.
3.- ¿Existe algún mensaje u objetivo que tenías en mente mientras escribías la novela?
Paulatinamente, conforme avanzaba en el relato, comencé a tener en mente un concepto último en la narración: nunca llegamos realmente a saber si el mundo que vemos es, o no lo es, el mundo real. Es nuestro mundo y lo creemos real, pero ¿quiénes somos nosotros y qué sabemos? El único mensaje que espero que se deduzca de esta novela es que siempre hay que poner en duda las realidades que nos ofrecen y que debemos investigar, y actuar como si fuera posible llegar a saber la realidad oculta y cambiarla, y esforzarnos por ello, aunque sepamos que no tenemos la fuerza suficiente para hacerlo y que, posiblemente, nunca lo logremos..
4.- Al leerla, en algunos momentos, hemos recordado a Julio Verne. ¿Cuáles han sido tus principales referencias?
Me encanta tu referencia a Verne, porque creo que todos los que empezamos a leer muy jóvenes y nos hicimos lectores empedernidos, comenzamos con autores como Verne, un verdadero creador de mundos fantásticos, y eso permanece en nuestro recuerdo subconsciente para siempre. Con el tiempo, me convertí en un devoto de autores que eran capaces de crear universos propios, sobre todo los que me arrastraban a mundos o tiempos crepusculares y solitarios, aunque profundamente hermosos: Especialmente, Ray Bradbury, que fue durante años recurrente en mis lecturas. Pero también autores como Clifford D. Simak, Phillip José Farmer... Suelen considerarse autores de ciencia ficción, pero los mundos interiores que crean no son tan limitados como la etiqueta que se les pone: Los encontramos también en géneros tan alejados como la novela negra, como los sub-mundos solitarios y "perdedores" de Raymond Chandler, repletos de personajes ambivalentes. Y en cualquier género literario, diría yo.
5.- ¿Cuál es el último libro que has leído?
Suelo alternar, desde hace ya mucho tiempo, narrativa y ensayo, lo que me permite un ejercicio permanente de contraste. La última novela que he leído, y la recomiendo fervientemente, es "El problema de los tres cuerpos" (2008), del autor chino Cixin Liu, un prodigio de estructura, imaginación y profundidad. Ahora estoy enfrascado con la "Filosofía política" de Mario Bunge, con cuyos planteamientos discrepo frecuentemente, pero al que admiro.
1.- Resúmenos el argumento de ‘Las líneas del cielo’.
Es una distopía. Hace decenas de miles de temporadas, la Tierra colapsó por una crisis ecológica y quedó, casi toda ella, inservible para la vida. Un pequeño grupo humano que sobrevivió a la desolación en una franja tropical, ha recuperado con el tiempo una civilización avanzada técnicamente y estable, la Tierra Conocida. Ahora, en plena expansión glacial, hay indicios de que esa sociedad está degradándose, social y políticamente.
El joven Keebe viaja, con la sola compañía de un gran perro, hacia la frontera del norte, donde comienzan las Tierras Exteriores, yermas y desconocidas, escapando del atosigante ambiente de la capital. Para ello, cruza medio país, en tren y a pie, descubriendo miserias y situaciones que nunca había imaginado. Paralelamente, Yao, diputado de la Asamblea, y Asha huyen hacia las selvas del sur, escapando de la persecución policial, acusados falsamente de corrupción. Allí se encuentran con un conflicto armado que se mantiene silenciado por el régimen dominante.
También Dada, una investigadora universitaria, emprende un viaje, en este caso para dar a conocer las sorprendentes revelaciones que ha obtenido de antiguos legajos que estaba estudiando, arrumbados en el archivo de la Universidad, y que pueden llegar a cambiar totalmente el mundo que se daba por supuesto . Los tres acaban convergiendo en Karr-Oina, la ciudad minera, el lugar habitado más septentrional de la Tierra Conocida. Desde allí inician una expedición conjunta a través de las Tierras Exteriores, hacia el límite de los hielos eternos, buscando la verdad de un mundo que, de repente, se ha convertido en otro.
2.- Nos ha parecido una novela que demuestra a un autor audaz y con una gran imaginación. Los lectores se van a llevar unas cuantas sorpresas al leerla. ¿Cómo surge la idea?
Aunque la novela abarca un gran número de hechos y sucesos que influyen en el porvenir de todo un mundo, la realidad es que la idea nació de una anécdota muy sencilla y personal: Una mañana temprano, antes de ir a trabajar, me acerqué a un cajero automático a sacar dinero. En el interior había una persona y un gran perro durmiendo, envueltos en mantas. Entré a pesar de ello y, al abrir la puerta, ambos se despertaron y el hombre, muy joven, casi adolescente, sujetó al perro y me dijo; "No tenga miedo, no hace nada, es muy bueno" y luego, sorprendentemente, añadió: "Es lo único que tengo". Aquelló me dejó huella, y una profunda tristeza. Por alguna razón me vino la idea de escribir algo sobre este chaval y su perro. Y de ahí, aunque parezca mentira, fue surgiendo toda la narración. La imaginación, y la falta de empatía del mundo que nos rodea, fueron ampliando el entorno de la historia hasta convertirla en lo que ha sido finalmente.
3.- ¿Existe algún mensaje u objetivo que tenías en mente mientras escribías la novela?
Paulatinamente, conforme avanzaba en el relato, comencé a tener en mente un concepto último en la narración: nunca llegamos realmente a saber si el mundo que vemos es, o no lo es, el mundo real. Es nuestro mundo y lo creemos real, pero ¿quiénes somos nosotros y qué sabemos? El único mensaje que espero que se deduzca de esta novela es que siempre hay que poner en duda las realidades que nos ofrecen y que debemos investigar, y actuar como si fuera posible llegar a saber la realidad oculta y cambiarla, y esforzarnos por ello, aunque sepamos que no tenemos la fuerza suficiente para hacerlo y que, posiblemente, nunca lo logremos..
4.- Al leerla, en algunos momentos, hemos recordado a Julio Verne. ¿Cuáles han sido tus principales referencias?
Me encanta tu referencia a Verne, porque creo que todos los que empezamos a leer muy jóvenes y nos hicimos lectores empedernidos, comenzamos con autores como Verne, un verdadero creador de mundos fantásticos, y eso permanece en nuestro recuerdo subconsciente para siempre. Con el tiempo, me convertí en un devoto de autores que eran capaces de crear universos propios, sobre todo los que me arrastraban a mundos o tiempos crepusculares y solitarios, aunque profundamente hermosos: Especialmente, Ray Bradbury, que fue durante años recurrente en mis lecturas. Pero también autores como Clifford D. Simak, Phillip José Farmer... Suelen considerarse autores de ciencia ficción, pero los mundos interiores que crean no son tan limitados como la etiqueta que se les pone: Los encontramos también en géneros tan alejados como la novela negra, como los sub-mundos solitarios y "perdedores" de Raymond Chandler, repletos de personajes ambivalentes. Y en cualquier género literario, diría yo.
5.- ¿Cuál es el último libro que has leído?
Suelo alternar, desde hace ya mucho tiempo, narrativa y ensayo, lo que me permite un ejercicio permanente de contraste. La última novela que he leído, y la recomiendo fervientemente, es "El problema de los tres cuerpos" (2008), del autor chino Cixin Liu, un prodigio de estructura, imaginación y profundidad. Ahora estoy enfrascado con la "Filosofía política" de Mario Bunge, con cuyos planteamientos discrepo frecuentemente, pero al que admiro.
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