María Teresa Abedul sobre 'Bodoko': "La vida me ofreció el regalo de vivir con una familia japonesa “auténtica”"

     Buenas tardes Beatriz, muchas gracias por charlar un ratito conmigo, estoy dispuesta a responder a tus preguntas, éstas siempre son agradables, amables y un poco curiosillas.

Esta nueva entrega, es la continuación de las aventuras que disfruté en el viaje que realicé en el 2014 al país del Sol Naciente. En esta segunda entrega también hay ocurrencias surrealistas, situaciones hilarantes, choques culturales, pero contadas desde la serenidad, la comprensión y el análisis crítico que te da el tiempo.

   En aquel viaje, la vida me ofreció el regalo de vivir con una familia japonesa “auténtica”, entrecomillo esta palabra ya que la familia Yamada, en la vida frenética del siglo XXI, ella sigue siendo fiel a sus costumbres ancestrales y guardando un respeto entrañable a la vez que envidiable hacia sus mayores. En la casa de mi familia anfitriona, la matriarca es la abuela materna, situación muy rara en Japón. Verás Beatriz, al llegar el momento de buscar un marido para la abuela Mami, la familia del novio debía cumplir un requisito indispensable y un tanto deshonroso para ellos; el novio debería adoptar el apellido de la novia, perdiendo para siempre el de su familia. Al aceptar ser el Señor Yamada, éste no solo conseguía una bella y educada esposa, también pasaba a ser dueño y señor de la fortuna de la familia de la novia. Esta rara situación se dio gracias a que Mami no tenía hermanos varones y ser ella la mayor de siete hijas.
En esta segunda parte, relato con un agradecimiento infinito el interés que puso toda la familia por enseñarme sus costumbres, la apasionante historia de su lejano país, me explicaron el por qué inventaron un tipo de teatro para culturizar al pueblo y cómo hay que interpretar el mensaje de sus versos. Y que los occidentales desconocemos el origen de su cocina, sin olvidar que está considerada la primera cocina del mundo. Sí, yo también al principio dudé de aquella afirmación tan rotunda. Con mi familia Yamada, aprendí que tanto los adultos como los niños japoneses, han sido las personas que más y mejor han sabido entretenerse y divertirse con objetos muy sencillos.
 
La abuela Mami, cuando yo la conocí tenía 93 años y desde niña le gustó coleccionar muñecas. Fue entonces cuando me contó que, en la soledad del Valle de los melocotones,(nombre de su inmensa propiedad) se preocupó por conseguir libros europeos que traducidos al japonés, contasen la historia de las muñecas occidentales, juguete que ella solo podría ver en los libros. Al escuchar aquella afición y aquel interés por aprender, de verdad que me emocioné. No olvidemos que hace un siglo, los libros occidentales apenas se traducían al japonés, ignoro si por la dificultad de los ideogramas o por la lejanía geográfica. Después de escuchar aquellas palabras me dije a mí misma:
   >>Con lo que a ti te gusta aprender, no dejes escapar esta oportunidad única que se presenta ante ti. Tienes a una familia cuyos orígenes son tan antiguos como el país que te está dando cobijo, y aunque el idioma parece un obstáculo, no lo va a ser. La familia Yamada desea que aprendas, se merecen que seas una pupila aventajada y sobre todo agradecida.
Yo puse por mi parte interés por comprender su cultura, pero el lector verá que a esta segunda parte tampoco le faltan situaciones divertidas, pinceladas cómicas y en ocasiones un tanto difíciles de sortear. Ahora es cuando he comprendido por qué el pueblo japonés actúa en ocasiones cómo solo él lo hace, cuando lo leáis entenderéis estas palabras.


  Querida Beatriz, si te contesto a esta segunda pregunta de: ¿por qué Bodoko? ¿qué se esconde bajo este título? El futuro lector se va a enterar antes de tiempo de una costumbre tan antigua y tan bonita como es Japón. No me lo tomes como una descortesía, pero solo te diré que bodoko es un tipo de tela, la verdadera historia se esconde en las palabras “el hilo de la vida”. Beatriz, que te parece si lo dejamos ahí y pasamos a la siguiente pregunta.

   Las obras que he tenido la suerte que me habéis publicado, están basadas en viajes que he realizado. Pero no esas visitas de: ¡¡en cinco días he recorrido diez países!! Con todos mis respetos para estos turistas inagotables, lo de inagotables, lo digo por la cantidad de kilómetros que realizan en un tiempo récord. Los viajes que he realizado han sido siempre para aprender, para comprender la cultura que me acogía, conocer sus costumbres y ver que el ser humano, aunque viva en el Polo Norte, en Australia, En Irán o en cualquier aldea del mundo, a todos nos une el amor y el calorcito humano.
No recuerdo muy bien el año, debió ser como en el 2004, el grupo de historia de la sociedad española de neurología (GHNSEN), me invitó a participar como ponente internacional en una ilusión que pretendía poner a caminar uno de sus miembros. La idea me pareció brillante, dedicar anualmente unas dos semanas para buscar los orígenes de la medicina e ir a estudiarlos in situ. Ambiciosa ilusión que necesitaba financiación, para no hacerlo muy largo y no desviarme de tu pregunta, este proyecto salió, fue creciendo en número de asistentes y fue todo un éxito que duró unos ocho o nueve años. El primer destino fue Mesopotamia, le siguieron Egipto, Italia, Perú…
 Nuestros maestros eran licenciados en historia del arte, egiptólogos, doctores helenistas, directores de museos de antigüedades… como puedes ver aprender con esas personas resultaba muy gratificante. Relacionábamos la historia con el arte y con la medicina antigua. En definitiva, nuestros orígenes.
Mi primer relato trata sobre los mitos y las leyendas de la cultura Mesoamericana. La documentación la tenía, en su estudio había tardado un año, toda esa información para la ponencia que debía tener una duración máxima de cuarenta y cinco minutos la tenía, solo debía dejarla fluir y que acrecentara aquella lectura que personalmente me resultaba muy interesante.
Beatriz, seguro que te has preguntado:
   >> ¿El mar por qué es salado? o ¿Las estrellas porqué nos miran? Según las leyendas mayas y aztecas las respuestas son muy bonitas y mágicas. Con este primer aprendiz de libro en el año 2014, me sorprendisteis otorgándome el “Premio Atlantis la Isla de Las Letras” en el género de novela fantástica. Me puse tan contenta, no podía dar crédito. Después de tener el precioso galardón en mis manos y recibir las felicitaciones del jurado y de mis compañeros, escuché estas palabras:

  >>” Prepárate, el año que viene formarás parte de este jurado”.

En aquel momento estaba tan emocionada que decidí disfrutar aquel efímero momento que Atlantis me regalaba y no preocuparme por aquellas palabras. Cuál fue mi sorpresa cuando a los nueve meses aquel vaticinio se hizo realidad. Y volviendo a la pregunta, mis relatos son todos viajes y situaciones que he pasado, sufrido, vivido y ahora contado. Beatriz, te aseguro que mi imaginación no es capaz de inventar situaciones en ocasiones tan rococós como las que en ocasiones he superado con nota.

   Te vas a decepcionar, pero en la mesilla de noche no tengo ningún libro, cuando llego a mi cama, el duende que reparte los sueños o en ocasiones la pesadilla ya me ha dejado asignada en la almohada el mío y así que me arropo, apago la luz y a soñar.
Leer leo siempre durante el día y a ser posible con luz natural o con una excelente iluminación artificial; ya que lo de ver no es igual a lo de mirar y yo en lo de ver no ando sobrada.
Desde pequeña al tener una enseñanza bilingüe en español y francés, me enseñaron a simultanear siempre dos o tres lecturas diferentes y a la vez. Dependiendo del momento del día, o del estado de ánimo, me decanto por un libro o por otro. Lo que nunca falta entre mis lecturas es un libro de segunda o quinta mano, comprado en eso que llaman “libro de viejo” en mi opinión un libro editado en 1800 no es viejo, es una pequeña obra de arte con más de doscientos años, que a lo largo de su historia ha enamorado, entretenido, ha sido regalado e incluso olvidado en un cajón o anaquel en alguna biblioteca familiar. Para mí poder leer la dedicatoria de sus primeras páginas, o encontrar olvidado entre sus hojas un billete de tren tan antiguo como ese libro, o una flor seca, a mí me hace pensar, ilusionarme e imaginar.  
 Beatriz, aparte de esos maravillosos libros que han pasado por tantos lugares y manos, casi tan ancianos como los anteriores nunca me falta un libro de Molière en francés, me encantan sus sátiras en tono de comedia, cuando necesito reírme elijo algún título cómo puede ser: “la escuela de maridos”, “el médico a palos”, “el enfermo imaginario” o “las preciosas ridículas”.
Mi tercer libro es de mi querida editorial Atlantis. Yo la verdad no la conocía y al decirme (hace ya muchos años) mi hija Ainara que Atlantis le iba a publicar un manuscrito no dudé en bucear en su extenso y magnífico fondo bibliográfico y hacerme adicta a sus obras.
Y ahora sí que ya contesto tu pregunta:  de los libros añosos que nunca viejos, estoy leyendo “Pronósticos de Hipócrates”, ahora el elegido de Molière es el de “Las mujeres sabias”. El libro de nuestra editorial lleva conmigo muchos meses, su autor es mi buen amigo Don Antonio Castillo-Oliveras Reixa y el título “Cercle II por los montes Ibéricos”. Éste magnífico libro de historia del siglo XII, es para leerlo despacio, dejando que tu imaginación recree cada escena, es de esos buenos libros de los que yo digo que hay que leerlo acomodado en tu sillón orejero y con mucha tranquilidad interior. Los sobresaltos ya te los proporciona el autor.
Al estar preparando un nuevo manuscrito —¡¡Quiera Jota!! Que vea también la luz Atlantis. — Como refuerzo a mi memoria y a mis cuadernillos viajeros me estoy documentando con algunos libros, pero éstos a modo de consulta, no como lectura diaria.

   ¡Beatriz! ¡Amor de mis amores! ¿No te parece qué mi vida ha sido, es y será (o al menos eso espero) como una novela en ella misma?
Yo me siento muy feliz siendo la protagonista de mi propia vida, esa que te da sustos, proporciona alegrías, penas, sorpresas muy agradables o no tan buenas como las esperabas, teniendo a mi lado a mi familia literaria Atlantis, a la familia hípica, a la musical, a la altruista, a la filantrópica y a tantas personas con las que vamos caminando por este sendero que es la vida, sendero que es una incógnita al no conocer ni sus vicisitudes ni la trayecto que nos tiene asignado.
Siendo menos transcendental, quien me conoce sabe que Tú-Tú” la protagonista de “Un retrete japonés…y de Bodoko el hilo de la vida” soy yo.

  Pensando, pensando, tampoco quiero eludir tu pregunta y… ser Alicia en el país de las maravillas no estaría nada mal. Te imaginas tú y yo, con el gato azul siempre sonriente, el conejo blanco, la ratita vestida de rosa, Alicia y el sombrerero loco diciendo —¡No hay tiempo! Tomando todos juntos el té con nuestros pies a tres metros del suelo. ¡Menudo vértigo!

Beatriz, muchas gracias por tu tiempo, tus preguntas han sido para explayarse de una manera muy cómoda. Gracias a Jota a Atlantis y a todo el equipo por seguir trabajando por y para todos nosotros, sin vuestro empeño por defender la cultura, nuestro sueño de ver nuestros libros en los escaparates de las librerías se quedaría en una quimera.

Beatriz gracias por una tarde tan agradable, ¿qué te parece si la próxima vez tomamos el té al modo de Alicia en el país de las maravillas?


De verdad muchas gracias Jota, Bea, Ana y equipo.

m.t. 
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