Ediciones Atlantis presenta este jueves en la Casa Cultural de Santoña, ‘Bula de difuntos’, una novela de misterio, amena y de fácil lectura, escrita por el autor cántabro, Juan Ignacio Villarías.
¿Cómo surgió la idea de escribir esta novela?
Las ideas vienen y van, no se sabe de dónde ni adónde. No me vino por ningún motivo especial, yo personalmente no tengo nada que ver, ni con los personajes, ni con las situaciones en la novela contenidos. Las ideas me vienen, o me dejan de venir, en cualquier momento, sin avisar y sin yo buscarlas.
¿Qué se va a encontrar el lector, y cómo crees que puedes sorprenderle?
Lo que yo espero es que el lector se encuentre con una novela amena y fácil de leer, que le enganche, por así decirlo, y que le deje una sensación agridulce una vez acabada. Esto al menos es lo que yo me propongo cada vez que cojo la pluma, lo de la pluma es un decir en esta era de los teclados y las pantallas. ¿Sorprender al lector? Hoy el lector ya no se sorprende de nada. Sin embargo, el desenlace de esta novela yo creo que sí le podría resultar, cuando menos, sorprendente. Esto es lo que me he propuesto, vamos a ver si lo he conseguido.
¿Tiene ésta algo en común con las escritas anteriormente?
Aparte del autor, yo creo que poco tiene que ver ésta con las demás. El estilo necesariamente tendrá que ser el mismo, pues yo no utilizo estilos diferentes adrede según los distintos temas tratados. Las anteriores novelas de un servidor están ambientadas en la guerra civil, en la posguerra, en la transición política, en la edad media, en el siglo de las luces, en la época presente... Inevitablemente con un mismo estilo todas.
¿Qué hay de Juan Ignacio Villarías en “Bula de difuntos”?
Nada, afortunadamente para mí. Los personajes no salen bien parados, o por lo menos yo no quisiera estar en sus lugares, y es que, además, mis antecedentes y mis circunstancias personales son muy otras. Nada que ver conmigo, todo aquí es pura fantasía.
¿Cuál es tu autor de referencia?
Todos y ninguno. El que quiera ser escritor deberá leer mucho y escribir mucho a modo de ejercicio. Yo soy un lector muy ávido, y leo de todo, desde los romances medievales anónimos hasta los últimos éxitos del momento, tanto en español escritos como traducidos. De todos hay algo que aprender. Yo admiro a Azorín por su finura y elegancia, y a Pío Baroja por todo lo contrario.
Un libro de tu infancia sería...
Yo de niño leía todo lo que caía en mis manos, hasta la guía telefónica si no tenía a mano cosa de mayor fuste que llevarme a los ojos. Recuerdo los Cuentos de Hans Christian Andersen que me echaron los Reyes.
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