1.- ¿Quién es Simón Kurexenco?
Simón Kurexenco es Xosé Vázquez Labandeira, quien elabora el ensayo, que fue madurando durante toda su vida y a la vez es Tulitates, ese niño que nunca dejó de serlo, un poco rebelde y no siempre conforme al pensamiento de una sociedad que analiza escasamente y se deja dominar.
El seudónimo fue elegido por varios motivos:
*Significa la renuncia a mi propio nombre que fue anulado por la religión.
*Simón, porque es el nombre de mi lugar y porque significa "el que oye"; actividad que intento hacer antes de emitir cualquier opinión propia.
*Kurexenco es el nombre compuesto de los nombres de las dos familias que me trajeron a este mundo, poniendo en primer lugar el de la familia materna, cosa que no ha sido costumbre en una sociedad machista.
2.- Háblanos de tu libro ‘Tulitates. El niño que quiso creer y no pudo’.
Tulitates pretende mostrar que las obras humanas son solamente humanas sin intervención divina; divina entendida tal como expresan las religiones conocidas. Obras humanas en relación con la naturaleza en un comportamiento retroalimentado.
El hombre y la tierra son la misma cosa y a ningún humano habló nunca ningún ser divino.
El nombre de Tulitates procede de un término que en Galicia significa algo así como persona que se escapa de un comportamiento considerado normal por la sociedad. Su raíz procede del alemán y un posible sinónimo aproximado sería "loco".
El niño que quiso creer y no pudo: es realmente la vida del autor que durante toda su vida indagó sobre el tema religioso para ver qué tiene realmente de cierto y le sucedió que intentó creer y no pudo. Se quedó en un "ignosticismo" ante dicho fenómeno: llegó a un punto en el que no es capaz de dar un paso en falso inventando teorías al amparo de sus propios prejuicios y se quedó reconociendo su ignorancia sin que eso les produzca algún problema para vivir una vida feliz.
3.- En tu biografía, señalas que has sido monaguillo y has estudiado cursos en seminarios conciliares en diversas ciudades. ¿Eres tú ese niño que quiso creer y no pudo?
Ese niño soy yo tal como lo he expresado anteriormente. Es algo así como una autobiografía de mi pensamiento.
No hay un momento concreto, sino una evolución casi desde el nacimiento, al menos desde muy crío. Recuerdo desde muy niño analizarlo todo y buscar el sentido de las cosas. Todo aquello que querían imponerme sin razonamiento lógico alguno creó en mí una actitud de rebelión en toda mi vida.
Nunca he admitido el "porque sí" sin más y sin una explicación argumentada.
Mis dos expulsiones del seminario surgen de esa mi forma de ser.
Al jubilarme he dispuesto de tiempo para hacerlo. Me pregunté ¿por qué no publicar mi forma de pensar, argumentada, y las conclusiones a las que he llegado después de tanto ahondar en el fenómeno religioso?
A más de uno puede valerle para aclarar ideas, sobre todo porque lo hago lo más objetivamente posible.
No soy creyente ni soy ateo (soy ateo ante los dioses que dicen que existen...) ni tampoco agnóstico (no niego la posibilidad de que el hombre alcance algún día el concepto de un "dios" origen de lo existente...). Me declaro "ignóstico": desconocedor a partir de un punto del que no sé salir; no soy capaz de dar un paso en falso buscando argumentos falsos para justificar mis prejuicios.
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