Miguel Ángel Marco: "Cuando nos enamoramos de alguien que apenas se conoce, resulta complicado diferenciar lo real de lo imaginario".

Ediciones Atlantis presenta 'VERANO SIN AMOR DE ATARDECERES' del joven autor valenciano MIGUEL ÁNGEL MARCO, una novela romántica distinta a cualquier otra que hayas leído. 

1.- Háblanos de tu novela ‘Verano sin amor de atardeceres’

Esta historia, escrita a modo diario, relata el mes de agosto de un joven de veinticuatro años llamado Nathaniel (Nate) que recientemente ha sufrido una ruptura. Al poco tiempo, en su vida aparece Iris, una parisina con quien comparte las jornadas de verano.

La novela presenta un diseño minimalista donde el diálogo supera a la acción. En gran parte, la trama se sustenta por largas conversaciones frente al Mediterráneo, aderezadas por gestos y miradas que en ocasiones adquirirán una relevancia mayor a las palabras. Tampoco hará falta nada más, pues la belleza del verano reside en la austeridad, la naturaleza aporta el espacio, mientras que Nate e Iris se encargarán de darle vida a los distintos escenarios. En las calas cristalinas intercambiarán anécdotas y experiencias pasadas que serán remplazadas por los recuerdos del presente, el aquí y ahora  —hic et nunc— cobrará una magnitud abismal, sobre todo para Nate, cuya pretensión será inmortalizar los días que está disfrutando con Iris. ¿Podrá el deseo de eternidad sobreponerse al inexorable transcurso del tiempo?

Por último, comentar que el libro pertenece al universo “Efigie del romanticismo flamante” una serie de relatos interconectados donde los protagonistas poseen un sentimentalismo desmesurado que les llevará a entregarse al amor de una forma obsesiva. 

2.- Enfrentas en ella, por medio de los dos personajes centrales, dos formas antagónicas y ser y estar en el mundo. ¿Representan dos caras de la misma moneda?

Depende de la visión de cada uno, en mi opinión, Iris monopoliza ambas superficies a partir de un pensamiento crítico, enfoca sus reflexiones desde distintos puntos de vista y siempre por medio de la argumentación. En cambio, Nate sería una moneda desfasada o de coleccionista: bonita de contemplar aunque inútil a la hora de pagar. Embellece el lenguaje y enaltece las emociones pero sin dotes persuasivos, lo que le induce a perder los continuos debates que se suceden en la novela.

Al final, la inmensa mayoría de los lectores estarán más de acuerdo con Iris que con Nate. Básicamente, porque ella ve el mundo tal cual es, acepta sus reglas y se adapta al entorno mediante una actitud positiva. Enfoca su vida de una manera lógica y serena, atribuyéndole a cada cosa la importancia que merece. Todo lo contrario a Nate, que prefiere distanciarse de la realidad a través del amor, volcando su felicidad en Iris en lugar de fabricársela él mismo.

3.- ¿Es posible, o recomendable, tener una personalidad tan definida como las de Nate o Iris? 

Jamás escribiré con la intención de dar lecciones de moral o de comportamiento, mi labor es exprimir la esencia de dos individuos, independientemente de lo factible o aconsejable que sea su personalidad.

Iris y Nate se conocieron en un momento puntual, mostrándose acordes a la versión que imperaba en ellos, ahora bien, el tiempo determinará la evolución del romanticismo de él o del pragmatismo de ella. Lo que está claro es que ambos manifestaron la viveza y el ardor que albergaban, se entregaron al presente exhibiendo sus virtudes y defectos, de cara a respetar su autenticidad.

4.- ¿Dirías que es el amor el tema central de tu novela o tan solo te sirves de él para hablar de muchos otros asuntos?

La gente suele preguntarme si he escrito un libro de amor, entonces yo les remito al título de la novela remarcando la preposición: Verano «sin» amor de atardeceres. La trama la enmarco en un género romántico donde se tratan diversos temas, en especial, la idealización. Este concepto es asunto de debate entre los protagonistas al igual que se manifiesta en los pensamientos de Nate. Cuando nos enamoramos de alguien que apenas se conoce, resulta complicado diferenciar lo real de lo imaginario, de ahí también surge una de las frases iniciales del prólogo: ¿Cuál es la verdad? ¿Cuál es la mentira? Reflejadas en un espejo, ninguna es distinta —aunque esta cita da para una disertación. 

Más allá del amor, se tratan diversos asuntos pertinentes a las preocupaciones de la juventud: el autodescubrimiento, el manejo del dolor, o la incertidumbre del futuro. Tampoco he buscado la profusión de materias, me parecía más idóneo centrarme en una serie de elementos y profundizar en ellos al máximo.

5.- ¿A qué clase de lector imaginas que puede interesar más tu novela?

Supongo que a lectores jóvenes con inquietudes culturales, del mismo modo, me gustaría llegar a quienes poseen un espíritu melancólico, bohemio, libertino, aquellos que aprecian la belleza de las emociones.


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