¿Qué son las serendipias? En el programa de Ediciones Atlantis hablamos de estos descubrientos casuales

Teresa Abedul, coodinadora de la sección “Ratones de Biblioteca”, en el programa de Ediciones Atlantis 'Planetas y Atlántidas', nos ha hablado, junto a la autora de 'Sol de Invierno', Manena Munar sobre las serendipias. Muchos de vosotros os estaréis preguntando qué son. Pues bien, reciben este nombre todos aquellos descubrimientos a los que se llega sin pretenderlo, cuando se busca otra cosa, como fue el caso de América o la penicilina.

Definición y etimología:

Según la RAE, es un hallazgo valioso que se produce de manera casual o accidental.

El escritor, arquitecto y político británico Wallpole, acuña en el S. XVIII la palabra serendipia; este bonito vocablo se le ocurrió a partir del cuento persa “Los tres príncipes de la isla de Serendip”. Ellos resuelven sus problemas por medio de la observación, de deducciones y coincidencias. ¡Por casualidad encuentran la solución a su problema! 

Algunas serendipias que seguro que ya conoces:

Hay quien afirma que Cristóbal Colón descubrió América por casualidad. Pretendía llegar a Oriente navegando hacia Occidente, ingenioso el marino genovés, claro que también pensaba que la tierra era plana.

Un farmacéutico estadounidense, buscaba un remedio para el dolor de cabeza, hizo una pócima con hojas de coca y nueces de Kola, por error un asistente añadió agua carbonatada y ¡Voilà! Un refresco que los americanos consumen en grandes cantidades, aunque no les guste.

Esta serendipia me resulta divertida. Un operario estaba trabajando con un magnetrón, en el bolsillo tenía una barra de chocolate para tomarla a media mañana, este hombre se dio cuenta de que la barrita se derretía en su bolsillo según trabajaba con esa máquina. El magnetrón y la barrita de chocolate dieron origen al microondas.

Serendipias literarias:

Jonathan Swift en su relato “Los viajes de Gulliver”, en 1726 habla de las dos lunas en el planeta Marte. Les da el nombre de “Miedo” y “Terror”, describe su órbita y distancia del planeta.
En el año 1726 no se sabía de la existencia de ninguna luna en Marte. Sin embargo, hay dos, fueron descubiertas en 1877. Estas lunas tienen un diámetro muy parecido al escrito por Swift, siendo su órbita muy similar. Las lunas fueron bautizadas como Fobos y Deimos, términos que en griego significan miedo y terror. 

Voltaire en su libro “Micromegas” escrito en 1752 también describe las lunas de Marte. ¿Puede que Voltaire se inspirase en el relato de Swift?...
Si pensáis que estoy en la luna, tenéis razón, miedo y casi terror me producen estas casualidades, veamos: entre los escritos de Swift y Voltaire pasan 26 años y de la primera ilusión novelística al descubrimiento de las lunas marcianas pasan 151 años…

Edgar Allan Poe en “Las aventuras de Arthur Gordon Pym” en 1850 narra la historia de un naufragio donde solo sobreviven cuatro personas, para no morir de hambre sortean quien debe sacrificarse, el azar designa al cocinero Richard Parker.
En el año 1884, 34 años más tarde esta situación ocurrió.

Lester del Rey en “Viaje a la luna” en 1954 cuenta como la nave Apolon se posa en el suelo lunar, se abre la escotilla y desciende de la nave el comandante Armstrong para pisar por primera vez ese mundo desconocido.
Quince años mas tarde la realidad se acerca a la ficción cuando el comandante Neil Armstrong llega la luna a bordo del Apolo 11.


Serendipias de los autores Julio Verne y Morgan Robertson.

Julio Verne en sus diferentes novelas y relatos fantásticos su mente inquieta crea un sistema de escritura a distancia al que llama “tele autógrafos” bien podrían ser los SMS o los WhatsApp. También se atreve con calculadoras portátiles, relojes de pulsera, comunicaciones internacionales, el viaje del hombre a la luna, rascacielos de cristal…  
  • Este escritor fantasioso escribe en 1865 “Crónicas de la tierra”, en él relata telediarios y videoconferencias.
  • En “20.000 leguas de viaje submarino” describe submarinos eléctricos, armas químicas, cohetes de largo alcance y velas solares.
  • En su relato “De la tierra a la luna” cuenta amerizajes de la luna a la tierra.
  • En “París siglo XX” describe internet.
  • Y para finalizar “Robur el conquistador” inventa el aparato volador Albatros, un tipo de zepelín que se mueve con vapor.

Por otro lado, Morgan Robertson en su novela “El hundimiento del Titan” en 1898 narra el naufragio del barco Titan, con descripciones detalladas que ocurrieron 14 años después en el trágico naufragio del Titanic. Robertson describe el choque del transatlántico con un iceberg, el nombre de su capitán Smith, que el gran buque disponía de pocos botes salvavidas, que en la tragedia murieron personas millonarias, incluso acertó en el número de víctimas. Las dimensiones del barco coinciden con las del transatlántico hundido en su primer viaje en 1912. 
Robertson era un marino estadounidense que se cree inventó el periscopio. Se le encontró sin vida en la habitación de un hotel cuando contaba 53 años de edad. 

Este mismo escritor Robertson en su libro “Más allá del espectro” publicado en 1914, describe una guerra entre Estados Unidos y el imperio de Japón, donde este último ataca a el primero con “máquinas voladoras” y bombas luminosas que caían del cielo en su base naval de Pearl Harbor. También describió que el ataque tiene lugar en diciembre y que sorprendió al país americano. La realidad es que el 7 de diciembre de 1941 sucedió el ataque a Pearl Harbor.  

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