Ediciones Atlantis presenta este viernes en Barcelona 'Siete vidas no bastan', un trepidante thriller de acción escrito por la autora Verónica Mondelo Hormaechea. La novela está basada en la verídica y enrevesada aventura de Alejandro, un joven y atractivo canalla, un intrépido optimista, protagonista y víctima de una compleja trama policíaca y carcelaria que tuvo una sonora repercusión mediática en la década de los noventa. Amor, odio, sexo, amistad, traición y perdón.
"A veces la realidad supera la ficción, a veces siete vidas no bastan…"
¿Quién
es Verónica Mondelo?
Ante todo, me
considero una ávida lectora y una persona creativa en el más amplio sentido de
la palabra.
Me licencié en Derecho,
pero desde siempre tuve clara mi vocación artística y, tras un poco estimulante
periodo en banca, decidí apostar por lo que más me llenaba; el diseño de moda y
complementos… Hasta que Alejandro, el protagonista de Siete vidas no bastan, se
cruzó en mi camino.
¿Qué
te ha impulsado a escribir esta novela?
Ciertamente fue un
impulso. Escuché la increíble confesión de su propia boca y lo supe; tenía que escribirla. Era una
historia que no podía caer en el olvido; quise devolverla a la vida.
Como cinéfila que
soy, me imaginaba el libro en imágenes; escuchaba a Alejandro y “lo veía”, y sabía
que, como novela, podía llegar a convertirse en un apasionante thriller, un best-seller.
¿Cómo
ha sido ponerte en la piel de Alejandro?
Ponerme en su piel
ha sido sorprendentemente sencillo, sin afectarme la diferencia de sexo, ni
personalidad. Alejandro y yo somos dos caras de la misma moneda. Él cometió
actos de los que yo no me veo capaz, pero comprendo a la perfección sus
motivaciones y comparto muchas de sus reacciones, así como coincido en sus
sentimientos.
¿Qué
parte de tu novela te ha costado más escribir en cuanto a sus personajes,
trama, ambientes…?
Tras muchas conversaciones y entrevistas con
Alejandro, y gracias a su gran capacidad de comunicación y expresión, sus
palabras y descripciones fueron suficientes, unidas al íntimo conocimiento de
su persona.
Él narraba, y yo me
transportaba a su mundo; lo sentía y lo plasmaba en papel. Por ello, y aunque
suene extraño, no me costó nada escribir este libro. Las palabras surgían
solas… Lo complicado fue “amputarlo”; era demasiado largo. ¡Eso sí que dolió!
¿Tienes
algún nuevo reto en mente?
Sí; salvar lo que
tuve que recortar. Me queda mucho material relacionado con la coprotagonista de
Siete vidas no Bastan; Mía. La verdad
no es una, ni es absoluta; como el amor. Toda reacción viene dada por una
acción previa, pero en la mayoría de los casos, tomamos decisiones sin conocer
todos esos datos; la otra verdad detrás de las personas que más queremos o
creemos conocer… Eso hace que a veces tomemos caminos que en otras circunstancias
nunca hubiésemos elegido…
Si
pudieras viajar a un libro, ¿a cuál sería?...
Sin duda alguna El Principito, de Antoine de
Saint-Exupéry.
En cierto sentido,
Alejandro me recuerda mucho a su protagonista. Abstrayéndonos del tiempo y del
espacio, sus vidas están llenas de paralelismos: El Principito visitó siete planetas;
Alejandro, siete prisiones. Los dos se enamoraron perdidamente: uno de su rosa
y el otro de Mía; ambas tan espectaculares como egoístas…
Por último, considero
que, tanto el Principito como Alejandro, comparten la misma práctica e inocente
visión del mundo, y esa ingenua pero sincera filosofía de vida basada en el
verdadero sentido de la amistad, así como su pura apreciación de la esencia de
las relaciones humanas.
¿Con
qué palabra los definirías?
Hay una palabra que
los retrata a la perfección: “CORAJE”
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