José Vicente Niclos: "Valencia puedo decir que tiene unos espacios singulares que atraen a la imaginación, sobre todo para vincularlos a exteriores, la universidad con jóvenes de toda clase a un paso de la huerta."

1.- ¿Quién es José Vicente Niclos?

José Vicente Niclós es una persona inquieta, al que le ha gustado enormemente viajar, ha vivido en Jerusalén en tiempos de la Intifada, trabajó allí de profesor de español y conoció la aventura de visitar a pie los desfiladeros que bajan al Mar Muerto, las tumbas de Petra o las dunas de Wadi Ram con pequeños grupos de turistas. También con aficiones detectivescas como su investigación sobre un evangelio traducido al hebreo del catalán y el latín, en la época de los cátaros y albigenses.

2.- ¿Qué van a encontrarse los lectores en La barraca de Roke? 

Para mí van a encontrarse una trama que va marcando el interés en un crescendo sostenido por unos protagonistas que parecen sacados de la vida real y una corrupción que en la que se involucran algunos ambientes sociales que pasan por ser los más alejados de ello. Al final, una aceleración de la acción que deja paso a una ciudad que recupera el sosiego.

3- ¿Qué aportes o aspectos novedosos dirías que ofrece tu novela al género negro?

El principal aspecto novedoso es, para mí, el de combinar escenarios normales en la novela negra inglesa, como canchas deportivas, bares agradables, parques tranquilos, una biblioteca universitaria , y una playa maravillosa de Patacona con gente comprometida, con otros espacios más bien nocturnos que parecen sacados de una pesadilla de zombis donde se asiste a reuniones multitudinarias de gente alternativa que parece manipulada por intereses de sectas casi apocalípticas sacadas de El nombre de la rosa de Umberto Eco.

4.- Barcelona primero y Madrid después son las grandes ciudades del género de novela negra. ¿Qué puede aportar Valencia y su huerta a su mitología?

Valencia puedo decir que tiene unos espacios singulares que atraen a la imaginación, sobre todo para vincularlos a exteriores, la universidad con jóvenes de toda clase a un paso de la huerta. La Huerta es una maravilla que sobrevive de milagro junto a una ciudad enorme. Junto a ella, un par de comisarías de policía que velan por el orden en una ciudad que de tanto en tanto se desmanda. La arquitectura también juega su papel, con alquerías casi de tiempos de los moros, con otros edificios singulares como el Espai Verd, al lado el Politécnico con uno de los mejores campus de España, el mar dibujado al fondo. Y continuaríamos con otros parques de recreo.

Respecto a la mitología, Valencia cuenta con tradición de fiestas singulares desde los tiempos de la ruta del bacalao, ahora trasladadas al puerto y a la misma huerta con espacios como la alquería Sequer lo Blanc. Los barrios de Ruzafa y Benimaclet merecen incluirse en el catálogo de sitios donde encontrarse con artistas, arquitectos, músicos y pintores. Algo que contrasta con un centro ciudad más monocolor de turistas de Ryan Air, sin querer ofender.

5.- Cuentas ya con una sólida trayectoria literaria en la que destacan ensayos de carácter histórico y algunos premios importantes de narrativa. ¿Te encuentras más cómodo en algún género en particular?

La novela, por supuesto. Me encanta sentarme por la mañana ante una página en blanco y, a partir de un acontecimiento casual percibido en la calle, poner a volar la imaginación. Esta nace de un paseo en bicicleta y la visión de una antigua alquería abandonada con espacios tomados por Okupas. Un cementerio al lado y una amplia esplanada asfaltada para gente alternativa. Y, se echa a volar la imaginación con protagonistas con los que convivo diariamente.

Para esta novela, los clásicos ingleses, como John le carre y una de sus última novelas un hombre decente. Por supuesto Graham Greene. En otros aspectos descriptivos, Blasco Ibáñez. También, entre los nuestros, Vázquez Montalbán. Y de la vecina Italia, personajes con carácter como el Comisario Brunetti de Donna León, o el Comisario Montano, de Andrea Camilleri, llevado a serie de televisión. También me influyen películas de suspense españolas, como La isla mínima  de Alberto Rodríguez (2014) o Modelo 77, del mismo director,

6.- ¿Te encuentras trabajando en algún nuevo proyecto?

Muchos lectores me han dicho que tengo una especie de narrativa cinematográfica, por lo que estoy elaborando un guión literario de una de ellas, La espectadora de los días y pienso que esta misma, La barraca de Roke, sería susceptible de llevarla a la pantalla. La trama envuelve unos personajes corales con los que identificarse, unos bellos espacios (el Campus de los Naranjos con la Universidad, la Huerta de Valencia y sus visitantes, los barrios emergentes de la ciudad.

También está pendiente de publicación otra novela, Entre las dos Orillas, que narra las peripecias de un sin papeles de unos veinte años y su círculo de amigos en Madrid. .


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