1.- Cuentas ya con una cierta trayectoria literaria. Háblanos de ella.
Escribir es una forma de relacionarme con el mundo, es una forma de viajar, de conocer personas y personajes. El proceso creativo es algo muy estimulante. A veces creas una historia y al tiempo te la encuentras en la vida, si no igual, muy parecida. Llevo mucho tiempo trabajando, mucho tiempo escribiendo. Creo que empecé a escribir cuando aprendí a conocer las letras, de muy pequeña. En mi casa había pocos libros y yo escribía para leer, que es mi gran pasión.
Nunca me tomé muy en serio este trabajo, hasta que comencé a recibir premios y empezaron a pedirme colaboraciones en prensa o en colectivos y me pedían cuentos y guiones para teatro y me llamaban para programas de fomento a la lectura, de clubes de letras… Y en ello sigo.
2.- ¿Qué puedes decirnos de tu último libro LA CASA DE LA LUNA?
Es una novela muy dinámica, con un recorrido tanto en lo personal como en lo paisajístico, muy amplio. Es un libro diferente. Creo que tiene un planteamiento muy original. A excepción del primer capítulo y el último, que son inamovibles, los siguientes podrías leerlo en cualquier orden, puedes ir a La India, o a Belfast o venirte a Andalucía, según te apetezca en ese momento, lo importante es completar el puzle para tener la historia completa. Es una novela que es a su vez un proyecto de novela. Es como ser protagonista y espectador a la vez.
Es un juego divertido y ameno.
3.- ¿Cómo surge la idea principal o central?
Pues casi como se describe en la novela, de una charla entre tres amigas. Nos reunimos a comer en mi casa y surgieron historias, tanto nuestras como de conocidos o simplemente historias que has oído alguna vez en algún lugar y que se han quedado grabadas en alguna parte y están esperando el momento de salir, y así surgió todo. Después va la búsqueda del paisaje o de la situación.
4.- Se trata de una obra bastante intimista y con especial atención a la psicología de los personajes. ¿Cómo ha sido el proceso creativo?
El proceso creativo ha sido maravilloso. He disfrutado mucho. Los personajes fueron surgiendo a capricho y se colocaban en el lugar que les correspondía, ellos forjaban su propia personalidad. Yo los he ido conociendo sobre la marcha. Me gusta documentarme de los lugares por donde se mueven mis creaturas. Me imagino que subo a un tren atestado de personas en Calcuta o que paseo al perro por el Parque de los Cañones en San Roque.
Trabajo sin guion previo, igual hago ese guión, pero no lo sigo porque tanto los personajes como las situaciones se desbordan.
5.- Una novela en principio bastante distinta a tu anterior Las doncellas de la espía. ¿Cómo te has sentido en este registro?
Son muy distintas, pero si te fijas bien, Las doncellas de la espía y La casa de la luna tienen muchas cosas en común. Los personajes están muy definidos en ambas, los paisajes son muy variados, las historias de amor se enredan en los capítulos, los desengaños también y en ambas, el hilo conductor lo llevan las mujeres, esa gran conexión femenina, aunque hay personajes masculinos muy potentes.
Me he sentido cómoda, si hay algo en una de mis novelas que me incomoda, lo elimino.
La primera lectora de mi obra soy yo y delante de una página en blanco puedo vaciar mi alma, no me limita la piel, por eso quiero ver reflejados en esas páginas mis principios y mis verdades y quiero reconocer mis creaciones sin ruborizarme.
6.- Tienes una actividad literaria muy frenética. ¿Te encuentras ya con algo nuevo entre manos?
Sí, ya estoy trabajando en otra obra. Escribo casi a diario, por eso viene otra novela empujando, pero hay que esperar. Esto, como dije antes, para mí es una carrera de fondo, hay que ser constante, sí, pero sin prisas, y a cada creación hay que darle su tiempo y su espacio, al menos cuando escribes por el placer de escribir, sin presiones.
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