Carta del editor de Atlantis tras su recuperación: "Sabed que desde una lejana dimensión he sentido vuestras voces. Gracias con todo mi alma..."


Si hace tres semanas me piden que conjugue con un solo término la salmonella y el Madrid del Siglo XXI, automáticamente habría soltado: “anacronismo”. Pobre inocente, o podre idiota, más bien. No, queridos compañeros de letras, no es ningún anacronismo. Que en pleno 2014 te intoxiquen con salmonella especie en un establecimiento como es el café Mylord -situado en la calle Modesto La Fuente, 23 en Madrid- es más que posible. Os lo digo yo, que aguanté hasta el último momento en el Hospital Universitario del Tajo, tras entrar en fallo renal con pérdidas de sangre considerables. Además, el tipo de salmonella al que me refiero es una de las cepas más agresivas de bacterias capaces de comerse literalmente la mucosa intestinal. Unas pérdidas de sangre que se prolongaron en el box de urgencias durante casi 48 horas enchufado al suero, antibióticos, calmantes y demás... y varios días de hospitalización, días en los que no tenía muy claro que fuera a salir de allí.

Ese cinco de diciembre de 2014 acababa de estar en radio Intereconomía grabando dentro de Ecos de Actualidad, programa dirigido por Alexia y Carlos Cué. Dentro de la sección literaria “Te doy mi palabra” que coordino, el programa en concreto estaba dedicado a la V Edición de los Premios Atlantis la Isla de las Letras, junto a dos de las autoras ganadoras (Teresa Abedul y Ainara del Olmo) y dos miembros del jurado (Emilio Porta y Gabriel Monte Vado). Salimos repletos de ilusión, energía y contentos de haber hecho un buen trabajo, fue un programa estupendo...
Pero lo que vino a partir del día siguiente fue una oscura pesadilla en toda regla, repleta de sangre, dolor y miedo. Todo ello debido a la negligencia del dueño de un establecimiento insalubre, sin el menor sentido de la sanidad ni el menor aprecio por la gastronomía; el café Mylord nada tiene de Lord ni de señorial, y si tuviera que definir ese lugar, lo primero que me viene a la cabeza es “infecto”. Mi denuncia ya está registrada en el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, y al establecimiento se le ha realizado una inspección de sanidad, han tomado pruebas y las analizarán en los próximos días.

Lo he pasado mal, muy mal, y siento pánico solo de recordar mis días hospitalizado. Gracias a Dios tengo grandes amigos, o amigas en este caso, como es la médico forense Carmen Baena Salamanca, que veló por mi salud noche y día hablando con los doctores hasta lograr devolverme al mundo de los vivos. Gracias Carmen, gracias de todo corazón, porque sin tu ayuda, posiblemente no estaría aquí.

El lado positivo de todo este asunto y ese sombrío infierno de mi semana de no-vida, fue encontrar la respuesta en las redes sociales de muchos de vosotros deseándome una pronta recuperación, dándome ánimos para seguir adelante... las llamadas a la editorial, emails -incluso de algunos con los que hacía años habíamos perdido el contacto-, que me enviaban su fuerza para seguir adelante. Y eso he hecho. Sabed que desde una lejana dimensión he sentido vuestras voces. Gracias con todo mi alma... os confieso que me eché a llorar cuando leí vuestros comentarios en facebook y twitter, y Beatriz Pedraza y Ana Moratalla me comentaron la cantidad de autores que os habíais interesado por mi salud. Os quiero, os quiero muchísimo y seguiré luchando por Atlantis siempre que me quede un hálito de fuerza en el cuerpo. Gracias queridos atlantes y otros compañeros de lances literarios, sois la familia que siempre desee tener y la envidia de toda editorial. Gracias por estar ahí, no me cansaré de repetirlo. Gracias a todos una y mil veces...

Gracias.

J.D. Álvarez
editor
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2 comentarios:

  1. He estado informada a través de Emilio Porta sobre cómo te encontrabas. No hemos tenido muchas oportunidades de charlar con tiempo pero te aprecio y reconozco tu labor intensa e ilusionante en este mundo que nos fascina a muchos.

    Me alegro muchísimo de que vayas mejor y recupérate con paciencia, poco a poco.

    Te necesitamos.

    Un abrazo muy fuerte, J.

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  2. No sabía nada de este asunto! Espero que ya estés recuperado, y que todo haya quedado en el susto. Gracias por continuar con nosotros.

    Un afectuoso saludo,

    Jesús Muñoz

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