Aquellos que siguen la trayectoria literaria de José Vaccaro Ruiz desde sus inicios, sabrán que siempre ha sido un autor implicado en los temas relacionados con el inframundo de la sociedad moderna. Novelas tan crudas como “La vía láctea”, “¿Dónde estás corazón?”, o “La granja”, por mencionar algunas, han llegado a ponernos los pelos de punta desde el inicio hasta el desenlace.
A lo largo de esta década y media sorprendiendo a los lectores con su visceralidad narrativa, hemos visto a su alter ego, Juan Jover, destapar el lado más oscuro del ser humano a lo largo de sus diferentes volúmenes. Sin embargo, ahora, casi 15 años después de aquella primera publicación que llevó el título de “Ángeles negros” (cuyo epicentro denunciaba la corrupción urbanística), de pronto este 2023 vuelve a sorprendernos una vez más, cosa que parecía imposible, con una obra poética titulada “Hoy, cuando todo es invierno”, dando un giro de ciento ochenta grados tanto a niveles de estilo como de contenidos.
“Hoy, cuando todo es invierno”, es un poemario que resume nuestra estructura vital (no solo del autor), esa estructura que se repite una y otra vez desde el principio de los tiempos. Juventud-adolescencia, amor-madurez, vejez y muerte conforman los temas centrales de este libro, tal vez como espejo de los dos temas universales que han poblado las páginas de la literatura: eros y tánatos, radiografiados desde infinitos puntos de vista.
Y aunque hay otros aspectos puntuales mencionados en el presente poemario, José Vaccaro Ruiz profundiza en la estructura cíclica del hombre desde la experiencia con un lirismo al que no nos tenía acostumbrados. Un lirismo reflejo de un hombre sintiente, un lirismo que hasta ahora tenía oculto (o tal vez encerrado bajo llave) en una caja fuerte enterrada entre los huesos y la carne, que por fin abre para el deleite de sus lectores.
Aquellos que creían conocer a José Vaccaro descubrirán un corazón poético latiente capaz de enamorar y hacernos reflexionar a través de sus distintas estrofas y versos:
“envolverme en un perfume distinto, desconocido, incierto”… “Dejar atrás mis heridas, mis errores, otro tiempo, otra noche y otro ayer”… “que el último pálpito de mi cerebro, la postrera brizna de vida, me devuelva a mi infancia, a los veranos de luz”…
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