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'Diario de a bordo de un padre primerizo' en la sección literaria 'Te doy mi palabra' de Radio Inter

El editor de Ediciones Atlantis, J.D Álvarez presenta en la sección literaria 'Te doy mi palabra' su nuevo libro: 'Diario de a bordo de un padre primerizo'. El programa Ecos de Actualidad de Radio Intereconomia está dirigido por Alexia Cué y presentado por Carlos Cué.

Como invitados intervienen en el programa algunos de los escritores y amigos del editor que también le acompañaron en su presentación: Carmen Baena, Antonio Castillo y José Vaccaro.

   
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¡No te pierdas el programa resumen de este 2014! Carmen Baena y José Vaccaro en la sección literaria de Ecos de Actualidad

¡Hola de nuevo!

En este programa resumen del año, contamos con Carmen Baena Salamanca y José Vaccaro como invitados para hacer un repaso de las temáticas, autores e invitados que han ocupado los programas de 2014 en 'Te Doy mi Palabra', la sección literaria del programa de Radio Inter, Ecos de Actualidad, en la que colabora el editor J.D. Álvarez y que está dirigida por Alexia Cué y presentada por Carlos Cué.

 
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La corrupción urbanística explicada por José Vaccaro en Radio Inter

El escritor, arquitecto y abogado, José Vaccaro, nos habla en este nuevo programa de Ecos de actualidad, -dirigido por Alexia Cué y presentado por Carlos Cué- de la corrupción urbanística y política, temas que trata en sus novelas 'Angeles negros o 'Catalonia Paradís', entre otras. José Vaccaro conoce la corrupción urbanística de cerca y por ello construyó a su personaje, el detective Jover, un conseguidor, que según explica Vaccaro, es un intermediario que se sitúa entre la administración y el promotor privado. "Es una especie de cortafuegos para que si existen problemas no se descubra la relación entre unos y otros", afirma. En la sección literaria, 'Te doy mi palabra, en la que colabora el editor de Ediciones Atlantis J.D. Álvarez, el arquitecto explica que en Cataluña el que hacía de conseguidor era el señor Millet. Si te interesa el tema de la corrupción política y urbanística aquí tienes el programa completo.
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El escritor José Vaccaro Ruiz reseña la novela negra de Alonso Holguín F. J. "Alfil blanco, Peón negro"

Hoy compartimos con todos vosotros esta completísima reseña que el escritor atlante José Vaccaro Ruiz ha escrito sobre la novela negra de Alonso Holguín F. J. "Alfil blanco, peón negro". ¡No os la podéis perder!

Título: "Alfil blanco, Peón negro"
Autor: Alonso Holguín F.J.
Serie: Atlantis Serie Premium
ISBN:978-84-941855-8-8
Precio:22,00 €
Numero de páginas: 496
Dimensiones:15x21 cm
La lucha del Bien contra el Mal se presenta en esta extensa novela con unos perfiles nítidos en la definición entre uno y otro bando, sin espacios intermedios ni grises, contrariamente al relativismo que acostumbra a impregnar toda la novela negra desde sus orígenes. Una constante en este género literario que empieza por sus mismos protagonistas, ambivalentes y desclasados, solo hay que recordar, entre los españoles, al Carvalho de Vázquez Montalbán y, entre los americanos, a Phillip Marlowe o a Donald Lam.
Este planteo ético del autor que, en este caso y vista la rotundidad con que la frontera se traza entre bondad y maldad, podemos calificar de Moral –así, con mayúscula-, lleva al lector, desde las primeras páginas, a un posicionamiento que, si bien es lícito literariamente hablando, sustrae a la trama de los vaivenes que un cierto claroscuro le aportaría. Pero eso, que podría ser interpretado como una carencia, es la principal cualidad de la novela y el reflejo de su autor porque no hay trampa ni cartón, cambios temporales ni conejos en la chistera (algo muy de moda actualmente). El argumento y su desarrollo son troncales, de una pieza. Tanto como lo es el rotundo y compacto haz de líctores que figura en el emblema de la Benemérita.
Alfonso Holguín, descarga su experiencia como guardia civil con una riqueza de argot que dota a “Alfil blanco, Peón negro” de verosimilitud y riqueza lingüística en cuanto al vocabulario (hermanos, cucos, garrapata) y en las situaciones que plantea a la hora de blindar un operativo estableciendo zonas de seguridad.
Incluso las tramas colaterales de la novela, familiares, profesionales, incluso culinarias, están imbuidas de esa bipolaridad que el propio título de la novela ya indica. Holguín se encuentra a gusto al relatar hasta los pormenores la vida de Pablo y Markel, por un lado y, aunque menos, de Albéitar por el otro. Su prosa es premiosa y detallista.
En el único punto en donde Holguín, tal vez su experiencia personal en el cuerpo así  se lo haya demostrado, introduce sombras es en la fiscalía, siempre proclive al pacto o la componenda en aras de un bien supuestamente mayor (información o cante de los delincuentes, cuando no política de bajo nivel).

Volviendo a Pablo y a Merkel, el hecho de que la empresa a la que pertenecen, dedicada a perseguir el delito, se sitúe extramuros de los poderes y la organización reglada y garantista del Estado nos habla de la carga de profundidad que contiene “Alfil blanco, peón negro”, una crítica, aunque subliminal, directa a su capacidad para perseguir la criminalidad de manera eficiente.

Aparecen en la novela, perfectamente documentados, los sistemas de blanqueo y evasión de capitales y los paraísos fiscales, al lado de delitos más carnales como son el mal trato a menores o la violencia de género. El autor, con pocas pinceladas, nos sitúa en la crueldad que ese tipo de crímenes contiene y que con frecuencia se desarrolla en el entorno más próximo.

No puedo dejar de manifestar que la impresión que me ha causado la novela, aparte de sus valores literarios, y conociendo la biografía profesional de Holguín, es la de que en ella hay mucho de catarsis personal por parte del autor, de reencuentro con un inconsciente y unos valores que precisaba poner en negro sobre blanco, la exteriorización de un poso no siempre transparente ni positivo dejado por años de experiencia y a veces, entiendo y temo, de íntima frustración.
José Vaccaro Ruiz
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¿Malos tiempos para la cultura?

Comenzamos el año bastante compungidos. Al cierre de la mítica barcelonesa Llibreria Catalònia (más de 88 años después de su inauguración, después de haber superado una Guerra Civil, un devastador incendio y hasta un conflicto inmobiliario) le sigue el anuncio de la supresión de la sección de Cultura de la agencia privada de noticias Europa Press. Tal y como ha informado la Asociación de Prensa de Madrid (APM), la reducción de ingresos de los últimos trimestres es el motivo que ha llevado a la empresa a despedir a las tres únicas periodistas que conformaban el equipo de Madrid: su redactora jefe (en la empresa desde 1986), la única redactora de la sección de Cultura (trabajadora desde 1999) y a otra redactora de contenidos en Internet (con cuatro años de antigüedad). Así, serán los periodistas de la sección de Sociedad los que, a partir de ahora, se hagan cargo de los temas culturales en esta agencia.

¿Tan poco interés genera la Cultura como para que se tome tan drástica decisión? ¿Tan devaluada está como para que no merezca la pena seguir informando sobre ella o apostando por iniciativas que la acerquen a los ciudadanos? Un simple vistazo a las noticias sobre cultura no resultan demasiado esperanzadoras: se suspenden festivales, se despiden músicos y bibliotecarios, se apaga la luz de las fundaciones, se niegan ayudas a proyectos culturales, se recorta en educación... Eso sí, las grandes empresas siguen aumentando sus dividendos mientras nos precipitamos hacia la más desoladora sequía de la educación y la cultura. Y ya si nos paramos a analizar la nacionalización de Bankia la cosa es aún más dramática, porque tanto lo que respecta a patrimonio como a actividades culturales en la gran mayoría del territorio nacional se gestionaba a través de las diferentes obras sociales de las cajas de ahorros, hoy heridas de muerte y "rescatadas" con dinero público.

Sin embargo, ahora y en el futuro, con las nuevas formas que toma la difusión cultural, estamos convencidos de que hay y habrá personas, asociaciones y empresas que hacen y harán posible la pervivencia de la literatura y, en general, de la cultura. Dice José Vaccaro Ruíz en su post "...Y la Catalonia cerró los ojos" que:
<<Un libro en sus páginas, en su lomo, en las marcas de interrupción de su lectura, guarda uno tras otro el paso de todos aquellos que lo tuvieron en sus manos, de los ojos de cuantos posaron su mirada en sus manchas de tinta sobre papel blanco emocionándose, riendo, llorando o aburriéndose con él. Es como una mujer que conserva en su alma, y también en su cuerpo, la huella indeleble de cada uno de sus amantes, la impresión de sus caricias, la hiel de sus desengaños.
Con la Librería Catalonia desaparece algo más que un establecimiento comercial. Volviendo al símil del libro, es como si le arrancáramos una página a nuestra vida, mutilado un referente físico de la trama que nuestro paso por este mundo va conformando.>>
¡No dejemos que siga muriendo la Cultura!
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