Juan Carlos Roldán García: "Decidirme por este título no fue sencillo, pues es difícil definir al conjunto de víctimas. "

 • En el libro, muchas mujeres se refieren a los policías de protección como sus “ángeles de la guarda”. ¿Cómo ha influido tu experiencia profesional en tu manera de contar estas historias?.

El contacto con estas mujeres nos ha hecho ver en ellas la desesperación que sufren a diario, ver en primera persona, como les trata la vida. Como por culpa de su maltratador son eso «MUÑECAS DE TRAPO» manejadas a su antojo. También es cierto, que nos han enseñado muchas cosas, sin ellas saberlo. Nos han enseñado su valentía, su entereza, su capacidad de sufrimiento, etc. Siempre, están los demás antes que ellas mismas.

¿Hubo algún testimonio que te resultó especialmente difícil de escribir o de escuchar? ¿Cómo gestionas emocionalmente tu implicación con cada caso?.

Todos los testimonios, unos más que otros son desgarradores, porque hemos vivido con ellas cosas muy íntimas. También he de decir que por evitar que fueran reconocidas he intentado suavizar el lenguaje utilizado, mostrar ciertas intimidades por no hacer carnaza. Han sido tantas las víctimas atendidas que me resulta difícil decantarme por algún caso en especial.

La gestión de nuestras emociones o nuestros sentimientos ha sido difícil de gestionar, pues cada caso, cada detalle, cada mujer te pellizca el corazón. Han sido muchas las veces que he llorado con ellas, que me he sentido impotente, que sentía que mi trabajo no llegaba donde quería. Un recuerdo especial tengo de las víctimas de maltrato psicológico, pues este es uno de los más dañinos y a la vez de los más difíciles de demostrar.

El título Muñecas de trapo es impactante y poético. ¿Qué simboliza para ti esa imagen y cómo surgió la decisión de titular así el libro?.

Decidirme por este título no fue sencillo, pues es difícil definir al conjunto de víctimas. Recuerdo que en una Charla que impartí a Policías de varios Cuerpos de Seguridad en un momento dado realicé una reflexión y les manifesté que por el trato recibido, por el daño causado, estas mujeres se sentían como «MUÑECAS DE TRAPO».

Uno de los grandes aciertos de la obra es su equilibrio entre la crudeza de los hechos y el respeto hacia las víctimas. ¿Cómo encontraste ese tono narrativo tan delicado?.

El respeto hacia estas mujeres ha de ser fundamental, uno de nuestros mayores valores. He intentando plasmar de forma respetuosa y utilizando un lenguaje sencillo las conversaciones mantenidas con ellas, de forma que el público lector pudiera entender lo que en él se plasmaba. De esta forma el libro puede llegar a cualquier persona, sin tecnicismos, de fácil comprensión.

Muchos capítulos contienen conceptos psicológicos explicados de forma muy clara (como la vergüenza tóxica o la dependencia emocional). ¿Buscabas también que el libro funcionara como una herramienta formativa?.

Así es, he intentado que las lectoras, en general y las víctimas en particular, vea y entiendan el por qué de su situación, cuál es el motivo por el que su agresor se comporta de esa manera, el por qué ellas no se dan cuenta de por lo que están pasando. Y de esta forma llegar a ellas, pues eso es lo más difícil de nuestro trabajo, el llegar a ellas y convencerlas de que están siendo víctimas del machismo malvado de sus parejas.

¿Qué reacciones has recibido de víctimas, familiares o profesionales desde la publicación del libro?. ¿Alguna te ha marcado especialmente?.

Normalmente las mujeres víctimas de violencia de género, son muy agradecidas por el trato que mantenemos con ellas, por nuestro comportamiento. Porque en el fondo no creen que un hombre pueda tratarles con respeto y consideración, que un hombre las entienda; o como alguna de ellas nos manifestó «todavía quedan hombres buenos».

Sí muchas de ellas me han marcado, cada una de ellas es especial. Cómo no marcarnos, es muy duro el sufrimiento al que se enfrentan. Cierto es que algunas de ellas han mostrado más empatía hacia nosotros, sus protectores. Al igual que otras han pasado sin más, así lo decidieron ellas mismas.

¿Qué mensaje esperas que se le quede grabado al lector al cerrar el libro, especialmente a quienes aún no reconocen las señales de la violencia?.

El mensaje que pretendo enviar al lector es por un lado que de la violencia se sale, dos que se dejen ayudar, que hay muy buenos profesionales –no todos lo son-, que se dejen aconsejar. Pero sobre todo que puedan identificar que ciertos comportamientos de sus parejas no los ha de tolerar.

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Entrevista a Javier Iniesta Ayerra: "El teatro, en aquella época, era una de las vías principales de respuesta política frente a la oligarquía"

 1. ¿Qué fue lo que le motivó inicialmente a rescatar la figura de Niceto Oneca y cómo fue el proceso de documentación para recrear su vida con tanta fidelidad?

Cuando terminé de escribir Entre la maleza, me planteé cuál sería el camino adecuado para continuar mi aventura literaria. Ya antes había hecho alguna incursión infructuosa en el campo de la novela histórica y quería retomar el tema. Para mí, como historiador, me parecía que era mi campo natural. Apareció entonces una historia familiar, una investigación pendiente sobre la vida de Niceto Oneca, mi bisabuelo, y la idea, esa famosa idea que los escritores buscamos con tanto ahínco, apareció ante mí. 

En mi familia, desde pequeño, la figura de Niceto Oneca había tenido unas proporciones casi míticas. En su día, tuve la oportunidad de oír historias contadas por sus hijas Patro, Luisa y Emilia, mi abuela. Mi padre nos contaba las hazañas del abuelo con Los vampiros del pueblo y siempre recordé cuánto disfrutaba con sus narraciones. Sin embargo, cuando me senté a ver qué tenía, como punto de partida encontré 8 folios escritos por mi padre, que contenían todas sus investigaciones hasta ese momento, y su archivo personal, lleno de recuerdos familiares. 

Con este punto de partida, empecé un trabajo de investigación de más de tres años que me ha llevado a recorrer buena parte de los archivos españoles: el Archivo Histórico de la Nobleza, el Archivo de la Real Chancillería de Valladolid, Archivo Histórico Militar, Archivo de la Memoria Histórica y algunos otros. Teniendo en cuenta que Oneca era muy poco conocido por la historiografía actual, suponía desenterrar una vida extraordinariamente rica en vivencias y circunstancias vitales. También hemos realizado una labor muy extensa a nivel hemeroteca, fundamental en este tipo de estudios, máxime si el protagonista es, entre otras muchas cosas, un periodista. 

Con todo ello he podido reconstruir con un alto grado de fidelidad buena parte de la trayectoria de Niceto Oneca. Esta documentación tenemos intención de publicarla, en formato de un libro de ensayo, una obra que vamos a denominar Niceto Oneca. Un estudio sobre su vida (1862-1933) y que esperamos que vea la luz a principios de 2026. 


2. ¿Cuál fue el mayor desafío a nivel narrativo o emocional al entrelazar hechos históricos con elementos de ficción?

El mayor desafío, sin duda alguna, era la responsabilidad de saber que estaba trazando la historia de un personaje que no nacía de mi imaginación, sino que vivió en realidad, que había transmitido ideas, sentimientos, etc. Desde el principio me propuse evitar caer en los aspectos más anecdóticos de su vida y a buscar en sus actos y reacciones aquellos pilares sobre su carácter y su forma de ser. Me documenté a fondo acerca de algunos hechos ocurridos entonces, tales como el estreno de Los vampiros, su primer ingreso en prisión, la catástrofe del Tercer Canal del Lozoya y las manifestaciones posteriores. También me documenté al máximo sobre su ingreso en la masonería. La reconstrucción que hace El corazón de la quimera de estos hechos se desarrolla a partir de lo que se publicó en esta época en los periódicos más importantes de Madrid, y ha buscado la máxima precisión cronológica y temporal. 

El mayor desafío narrativo fue encontrar cómo canalizar todo este torrente de acontecimientos y sentimientos de Niceto Oneca, y la solución la encontré al diseñar unos personajes tan sólidos como Venancio “El Mañas” y Bernardo Cayuela, y sobre todo con Pepa, esa mujer maravillosa que sujeta todo el entramado vital de Niceto sin que apenas se note. Ellos son el pegamento narrativo que une realidad y ficción, los que permiten a Niceto Oneca brillar con luz propia.

3. "Los hambrientos" y "Los vampiros del pueblo" son obras claves en la evolución del protagonista. ¿Cómo ve usted la relación entre teatro y activismo político hoy?

Como se ve en la obra, Niceto Oneca estrena Los vampiros en un momento de cambio político: Alfonso XIII acaba de iniciar su reinado y los republicanos ven que ha llegado el momento de unir fuerzas y pasar de la utopía al posibilismo político. Esta lucha entre el mundo conservador, representado por los clericales, y las demandas sociales de republicanos y socialistas impactan de lleno en el estreno de Los vampiros, cuando lo único que buscaba Niceto era defender una idea de justicia social abstracta, no concretada en un partido u otro. La contradicción entre su utopía social y la realidad del castigo excesivo que recibe es lo que hace que Oneca radicalice su postura. 

Hay que entender que el teatro, en aquella época, era una de las vías principales de respuesta política frente a la oligarquía; recordemos que se decía de Electra, la obra de Galdós, había sido capaz de derribar a un gobierno [el de Marcelo de Azcárraga]; de hecho, al último gobierno de Sagasta se le llamó “el gobierno de Electra”. Hoy en día, pienso que el teatro ha perdido esa capacidad de influencia política en favor de otros medios de comunicación de masas: al principio, el cine, luego la televisión y, hoy en día, asistimos al debate político paralelo en las redes sociales, las únicas capaces en la actualidad de dar un vuelco a las encuestas y de transformar la realidad en ficción y la ficción en realidad. 

4. A lo largo de la novela, Niceto pasa de la utopía revolucionaria al pragmatismo liberal. ¿Cree que ese recorrido vital refleja una derrota personal o una maduración necesaria?

Considero que la trayectoria vital de Niceto Oneca es un triunfo personal. En el fondo, lo que plantea es un recorrido que muchos de nosotros hemos hecho, de una forma u otra: el paso de la rebeldía juvenil, que pone en duda los fundamentos de lo establecido, con frecuencia defendiendo posiciones utópicas, hasta que la realidad se acaba imponiendo en nuestra madurez, llevándonos a planteamientos más pragmáticos. Quizá llame la atención que Oneca lo haga a los 41 años, cuando debería “estar de vuelta” de esos ideales, pero, para mí, esto engrandece aún más su figura. Que, a esa edad, después de todo lo que ya habían pasado él y su familia, esté dispuesto a arriesgar la cárcel por defender sus ideales, me parece algo muy bonito y admirable, a pesar de que me temo que en este aspecto es muy posible que Pepa, su mujer, discrepe de mi opinión. 

Considero, por todo ello, que el paso de Niceto hacia el pragmatismo liberal es un proceso de maduración necesaria, igualmente valiente. No es una traición, ya que hay que recordar que la propia Unión Republicana saltará por los aires durante el gobierno de Canalejas, víctima de sus propios errores, abandonada previamente por seguidores de la talla de Baroja o Blasco Ibáñez, por poner dos ejemplos, que reniegan públicamente en sendos artículos del partido que habían ayudado a crear. Oneca encuentra en Canalejas la voz política que buscaba, sin renunciar interiormente a republicanismo; porque, insisto, Oneca fue un gran republicano hasta el día de su muerte, y así lo dijeron los periódicos de la época. 

5. En la novela hay una tensión constante entre memoria personal y memoria colectiva. ¿Qué papel cree que juega la literatura en la construcción de esa memoria?

Para mí es un papel fundamental. Hoy estamos hablando y vamos a publicar El corazón de la quimera como una forma de rescatar una figura histórica muy interesante, pero que, por el paso del tiempo y las circunstancias, estaba quedando cada vez más apagada y diluida, casi olvidada por la Historia. Oneca se movió rodeado de autores literarios, entre la bohemia y el periodismo, intercambió notas con todos los presidentes del Consejo de Ministros de su época, que se dirigían a él para consultarle en temas culturales y eruditos. Reivindicar su figura me pareció siempre un acto de justicia histórica y, siendo él un autor teatral, quiero pensar que le hubiera gustado mucho la lectura de estas páginas sobre su vida. 

Sin embargo, ya que hablamos de memoria colectiva, he disfrutado mucho conociendo a Pepa Pérez, esa mujer fantástica que lo enfrenta todo sin perderle la cara. Hallar el trasfondo de Pepa no es fácil, porque apenas vamos a encontrar testimonios de su vida. Hay que hacer casi un análisis dialéctico, preguntarte: “mientras Niceto está aquí, ¿quién se ocupa de todo lo verdaderamente importante para la familia?”. La respuesta siempre es la misma: Pepa. 

Para mí, Pepa representa a todas esas mujeres de aquel tiempo sobre las que resulta imposible escribir nada, porque no existían para la sociedad. Tuvo una vida digna de una novela de Jane Austen: cinco hijas por casar —y todas se casaron, algo con un mérito extraordinario en aquella época—, un marido político, utópico, periodista, genealogista, etc. pero que no siempre aportaba suficiente dinero en casa. Un trabajo oscuro, silencioso y fundamental, de costurera. La vida de tantas españolas de aquel momento. Por eso, además de estar dedicada a Antonio Iniesta, mi padre, la novela se la dedico a Pepa Pérez, mi bisabuela, como un homenaje a todas esas mujeres anónimas que tuvieron un mérito extraordinario y de las que casi nunca se habla, salvo para añadir tintes costumbristas o castizos, casi anecdóticos, a la historia, casi siempre protagonizada y escrita por hombres. Sin ellas, sin su sacrificio, hoy en día ninguno estaríamos aquí. 

6. Si pudiera conversar con Niceto Oneca hoy, ¿qué le preguntaría sobre sus decisiones vitales y su lucha por la justicia social?

Me encanta que me hagas esta pregunta, porque una de las frases que más he repetido estos años de investigación ha sido: “¿Cómo es posible que no le haya preguntado a Tía María —como yo llamaba a Patro, la hija de Niceto—, a Tía Luisa o a Yaya (Emilia) sobre la figura de Niceto?”  Hay que aprovechar el tiempo con la gente que nos rodea, preguntarles por sus experiencias vitales, porque ese tiempo nunca vuelve. 

Si pudiera conversar con Niceto, me encantaría conversar sobre su lucha contra la censura y por la justicia social, sin duda sería muy interesante, aunque, en realidad, conocemos su pensamiento, ya que él dejó múltiples reflexiones acerca de estos temas. Hay muchos otros aspectos que sorprenden en su vida. Acabó siendo un erudito, con un dominio de la Historia que solo estaba al alcance de muy pocas personas de su tiempo, todos ellos universitarios, pero él no cursó esos estudios. Hay periodos de su vida que siguen siendo lagunas muy opacas, en las que podemos deducir algunas cosas, pero no muchas. Sería muy interesante hablar con él sobre sus opiniones políticas, su visión ideal de la República y cómo se contrapone con la realidad cuando se proclamó la II República. 

Es muy posible que la conversación más interesante versara sobre los temas familiares. La relación de Niceto con su padre, Eustaquio, su madre, María y sus tíos; la relación con sus hermanos, y cómo vivió la temprana muerte de alguno de ellos. La relación con Luis y Andrea, sus grandes referentes en su proceso de maduración. Cómo fue su relación real con Pepa y con sus cinco hijas, cómo fueron sus conversaciones, sus vínculos, sus juegos… En resumen, cómo fue en realidad su vida que, al fin y al cabo, se compone de todo este tipo de relaciones. 

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Entrevista a José Manuel Muriel: "Básicamente la novela describe hechos reales, tal vez deformados por el paso de los años y por el cariño del autor hacia todos los personajes."

El "valle del silencio" es un recurso narrativo profundamente simbólico. ¿Cómo surgió la idea de hacer que los personajes narren su vida desde ese lugar?

Realmente no tengo respuesta para esta pregunta.
Yo mismo dudo sobre si no fue obra de mi bisabuela Isabel, y no es broma.
La novela empezó narrada desde el valle del silencio y no se la razón.

Muchos personajes están inspirados en personas reales de tu familia. ¿Hubo alguna historia que te costó especialmente escribir por su carga emocional?

Todos los personajes están inspirados en personas reales de mi familia, muchos de ellos fallecidos y otros aún en este mundo. He descubierto cosas que yo mismo desconocía, he descubierto personas con las que no tenia relación, he contado cosas y otras he decidido que sigan en la sombra. Es un libro que me ha emocionado al escribirlo y con el que también más de una sonrisa ha aparecido en mi cara.

La novela da protagonismo a quienes la historia oficial suele olvidar: mujeres anónimas, mineros, hijos migrantes… ¿Qué importancia le das a contar estas vidas "pequeñas" con tanta dignidad?

Paraajadoras, carentes de comodidades materiales, pero con una gran dignidad y felices dentro de sus limitadas posibilid mí es muy importante que la vida desconocía estas generaciones que nos han precedido, humildes, trabades permanezca en nuestra memoria y en la de generaciones posteriores y que sirvan de ejemplo a una sociedad que va perdiendo valores.
Esta historia había que contarla y yo he tenido la suerte de poder hacerlo.

Los distintos narradores forman una especie de coro emocional y generacional. ¿Cómo estructuraste tantas voces para que cada una sonara auténtica y distinta?

Está novela la he escrito con el corazón y no con la cabeza. Por eso hay muchas cosas en relación al Círculo, que yo mismo no puedo explicar ni racionalizar.
Ha sido un impulso, un sentimiento, una emoción , lo que me ha guiado en la elaboración de esta obra.

El relato se mueve entre la nostalgia, la ternura y la dureza. ¿Te apoyaste más en la documentación, en la memoria oral o en la imaginación para construirlo?

Me he apoyado sobre todo en la información que he referido de mi familia y en mis propios recuerdos a los que he procurado ser fiel.
Básicamente la novela describe hechos reales, tal vez deformados por el paso de los años y por el cariño del autor hacia todos los personajes.

¿Qué crees que dirían tus antepasados al leer esta novela? ¿Hay algo que tú necesitabas decirles a ellos a través de este libro?

Estoy seguro que desde el valle del silencio algo estan notando. Saben que algo pasa en este lado, ya que la familia está expectante por la aparición de este libro. Pero tendrán que esperar a que llegue un visitante para que les cuente todo con detalle. No tengo duda alguna de que les encantará.

Si solo una frase del libro pudiera sobrevivir al paso del tiempo, ¿cuál te gustaría que fuera y por qué?

Lo último que dijo mi bisabuela Isabel antes de que abandonase el círculo: 
Os quiero mucho a todos. 
Es decir, EL AMOR.
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Entrevista a Eduardo Martínez-Abarca: "Yo aprobé la Selectividad (o como se llame) pero no con estos cuentos."

¿En qué momento se te ocurrió escribir cuentos para cada asignatura de Bachillerato? ¿Fue una idea espontánea o llevaba tiempo gestándose?

Pues lo primero que pasó fue que me aposté con un chico que hacía Segundo de bachillerato que era capaz de escribir un cuento de mates. Los protagonistas serían Gauss, Cauchy, Bolzano y Lagrange. Estos son autores de teoremas muy “queridos” por los estudiantes de matemáticas. Poco después ocurrió que yo había cenado bastante fuerte y tenía insomnio. Es la única explicación para que decidiera escribir un cuento de Filosofía protagonizado por mariposas, flores y dinosaurios. Se lo dejé leer a alguien que solía sufrir mis escritos y su respuesta fue “¿Y el resto de asignaturas?”. Y me puse a ello.

Dices en la introducción que “todo es mentira”... pero ¿cuánto hay de verdad en los cuentos? ¿Te documentaste mucho para escribirlos?

El título es mentira. Yo aprobé la Selectividad (o como se llame) pero no con estos cuentos. Es un título digamos engañoso para atraer a lectores, no incautos, sino necesitados de reírse un poco de la que les ha caído encima. Hay mucho de verdad en los cuentos. Newton era un tipo muy desagradable, América se llama así por un error, el teorema de Rolle es una bobada y yo odio El sí de las niñas de Moratín. ¿Documentarme? En el cuento de Latín me ayudó una licenciada en Clásicas, por ejemplo. Para casi todos tuve que buscar aquí y allá… ¿Qué edades tenían los matemáticos del cuento? ¿Coincidieron el pirata Morgan y Leibniz en Londres? ¿Quiénes fueron exactamente los que mataron a Julio César? ¿Cuántas vacas hay en el Mundo? Sí, repasa el cuento de Ecología.

¿Por qué decidiste excluir Geografía? ¿Es un trauma real o una broma recurrente?

Nunca me gustó. La odiaba. Yo había terminado de escribir todos los demás cuentos y seguía sin saber qué hacer.  Decidí que esta era mi venganza.

Muchos relatos juegan con anacronismos, estilo teatral y diálogos disparatados. ¿Qué autores o referentes te han influido para crear este tipo de humor histórico y educativo?

Convertir a Homero en algo parecido a una estrella del rock era una tentación enorme. Me encantan los tebeos: Asterix y Obelix, Lucky Luke…, adoro a Les Luthiers y pienso que Groucho Marx debería estar en el programa de Bachillerato.

¿Cuál de los cuentos es tu favorito y por qué? ¿Hay alguno que te costara especialmente escribir?

Quizá Giovanna de Historia del Arte. Es el único que no tiene la pretensión de divertir. El retrato de Giovanna Tornabuoni es mi cuadro favorito y cuando busqué su historia me encantó. Me costó el de Lengua. Primero pensé en una Lengua del futuro en la que los estudiantes tendrían que meterse en una realidad virtual y perseguir subordinaciones adverbiales peludas  llenas colmillos y garras. Al final me decidí a hacer pasar Cervantes por algo parecido a Mr. Scrooge. Todavía dudo si acerté o no.

Los "post-epígrafes" y aclaraciones históricas del final son muy divertidos y a la vez ilustrativos. ¿Te interesa la divulgación educativa además de la ficción?

¿Qué si me interesa? Yo creo que el camino para que los chavales tengan interés por estas cosas (más allá de aprobar) es intentar ser ameno, divertir y provocar curiosidad. Intentar no es conseguir. Conseguirlo debe ser… no sé… una pasada.

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Fernando Demir: "La rosa no es solo una flor, es un recordatorio de que lo que seduce también puede destruir. "

 1.- ¿Qué fue lo primero que surgió en tu mente: el jardín, Gael, Ariadna… o la idea de que el deseo también puede ser una forma de peligro? 

Lo primero que brotó en mi mente fueron las rosas: una flor que encierra el erotismo, la belleza y la dureza. Sus pétalos, suaves y delicados, contrastan con un tallo cubierto de espinas. Así la describo: hermosa, pero también peligrosa. 

2.- La novela juega constantemente con la tensión entre belleza y muerte. ¿Te planteaste desde el inicio que las flores (y en especial las rosas) fueran un símbolo narrativo tan potente? 

Desde el inicio tuve claro que quería jugar con esa dualidad: lo bello que atrae y lo peligroso que hiere. La rosa no es solo una flor, es un recordatorio de que lo que seduce también puede destruir. Me parecía un símbolo perfecto para reflejar el erotismo y la muerte, dos fuerzas que se entrelazan a lo largo de la novela. Las flores, en especial las rosas, no son un simple adorno en la historia: son un lenguaje secreto, un espejo del alma de los personajes.  


3.- Ariadna evoluciona de observadora a cómplice, de fascinada a peligrosa. ¿Cómo fue construir un personaje femenino que se apropia de la oscuridad sin pedir disculpas por ello? 

Construir a Ariadna fue un verdadero reto, porque en ella conviven las fuerzas del bien y del mal. Al inicio, se deja envolver por la belleza de los pétalos de la rosa, pero pronto descubre que esa misma rosa guarda un tallo lleno de espinas: un lado oscuro inevitable. Su evolución nace precisamente de esa dualidad. El amor, en su forma más visceral, puede transformar a una persona hasta llevarla a territorios que parecen absurdos o incomprensibles. Ariadna se adentra en ese espacio sin pedir disculpas, rompe con el estereotipo de la mujer sumisa y se apropia de su deseo, de sus sombras y de su poder. Quise que fuera un personaje que mostrara cómo lo femenino también puede ser peligroso, macabro y, al mismo tiempo, profundamente guiado por los dictados de su corazón.

4.- La relación entre Gael y Ariadna rompe con los códigos del amor romántico tradicional. ¿Buscabas deliberadamente incomodar al lector o simplemente contar una historia que no encajara en moldes? 

Por supuesto, esa incomodidad que a la vez atrapa al lector era lo que buscaba principalmente. Igual que existen infinitos tipos de flores, también existen múltiples formas de amor y de relaciones. Cada una nace de los sentimientos de quienes la viven y, en su máxima expresión, el amor tiene la fuerza de romper cualquier paradigma establecido. La relación entre Gael y Ariadna es un claro ejemplo de ello: un vínculo oscuro, perturbador, que se aparta del molde del amor romántico tradicional. Puede que desde la moral humana resulte inaceptable, pero dentro de la lógica del sentimiento, del deseo y del amor en su estado más puro, adquiere pleno sentido. Su historia es incómoda, sí, pero precisamente por eso es tan poderosa.

5.- ¿Qué papel juega el erotismo en tu narrativa? ¿Es solo pulsión física o lo entiendes como parte de la identidad y el poder de los personajes? 

El erotismo tiene un papel fundamental en la novela porque, para mí, es la máxima expresión de la atracción y del amor que viven los protagonistas. Me gusta pensar que en la vida existen tres grandes fuerzas que guían al ser humano. La primera es la cabeza, que analiza, cuestiona y pone en duda si lo que hacemos es correcto o no. La segunda es el corazón, que dicta las leyes de los sentimientos y nos impulsa a llorar cuando algo duele o a reír cuando algo nos conmueve. Y la tercera es el instinto, esa fuerza que nace de lo más profundo y que te empuja a actuar sin pensar: escribir una historia, besar a quien amas o huir de un peligro.

En la relación entre Gael y Ariadna estas tres fuerzas conviven, pero es el instinto el que da sentido al erotismo que los une. Es lo que los empuja a vivir su amor sin miedos, sin remordimientos, con pura pasión.

6.- Lilith, la hija, cierra la novela con una presencia inquietante y prometedora. ¿La concibes como una heredera de esta historia o como el inicio de una nueva generación más libre aún? 

Lilith, fruto del amor y la pasión de Gael y Ariadna, es la heredera del caos creado por sus progenitores. Ella vivirá su propia historia romántica, pero nos deja una pregunta abierta: ¿el lado oscuro de sus padres se hereda, o el futuro le ofrecerá un amor capaz de transformarla, como le ocurrió a Ariadna? Lilith simboliza una nueva libertad, la promesa de una generación distinta. Con ella comienza una nueva estirpe, nacida de la oscuridad pero con la posibilidad de reinventarse. Gael y Ariadna fueron los fundadores, pero Lilith deja claro que no será la última.

7.- Si tuvieras que resumir Jardín de rosas rojas en una frase que no encajara en la contraportada, pero sí en una advertencia al lector, ¿cuál sería? 

En este jardín, el amor florece con la misma fuerza con la que puede destruir.  


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