Josep Albiol: "Hélix es una novela de terror ambientada en un edificio construido en el lugar equivocado, porque lo que allí hay es algo que jamás debería haber sido perturbado."

Ediciones Atlantis presenta 'Helix' del escritor Josep Albiol, sencillamente, uno de los títulos más terroríficos del año. 

1. Resúmenos, brevemente, tu novela Helix.
Escribir una novela no es difícil si uno sabe lo que quiere contar o, si como es el caso, es la historia la que fluye por si misma. Pero resumirla en pocas palabras nunca es una labor sencilla para el autor. Hélix es, a grandes rasgos, una novela de terror ambientada en un edificio construido en el lugar equivocado, porque lo que allí hay es algo que jamás debería haber sido perturbado. Hasta aquí esto puede resultar tópico. Pero desde este punto el argumento se proyecta y se estructura sobre la base de sus personajes, de sus vivencias y de sus ensoñaciones. La realidad se confunde con lo onírico, y esta dicotomía es la que va a articulando el desarrollo de la trama. Pero lo más importante es lo que subyace, que es la culpa, y el modo en que los personajes son más o menos capaces de sobrellevar este sentimiento, y cómo se va configurando su destino, que desde el principio está determinado. Hélix no es una historia convencional. En la medida de lo posible he tratado de eludir los tópicos, aunque esta actitud puede parecer pretenciosa y suele conducir a callejones sin una salida aparente. Así, mi novela discurre a través de una espiral que, como el mismo Hélix, se sumerge y emerge en la intrahistoria de sus personajes para configurar una trama también espiriforme que desde el eje al exterior puede recorrerse verticalmente sólo desde la perspectiva privilegiada del lector. No es sólo una historia de fantasmas. Más bien trata de cómo estos se manifiestan porque nada sobrenatural puede suceder en un medio que no sea natural.

2. Nos ha sorprendido el estilo narrativo. ¿Cómo te describes como escritor?
Lo cierto es que en ningún momento trato de llamar la intención del lector de una manera intencionada porque considero que así sólo se puede generar un producto artificial. Creo que lo más importante a la hora de concebir una novela es sentirse cómodo con uno mismo para que el relato fluya. De esta manera las expectativas van surgiendo de un modo más o menos inconsciente y la obra adquiere una entidad propia. Sin duda que será el lector quien tenga la última palabra. Por eso procuro ser honesto conmigo mismo y con él.

3. ¿Es el terror tu género predilecto? ¿Por qué?
Hélix no es mi primera novela. Tampoco se trata de la única obra que he escrito en clave de terror. Obviamente es un género que resulta apasionante, siempre y cuando se den unos estándares de calidad adecuados. Pero por esa misma razón, por la capacidad que la literatura tiene de trasladar al lector a cualquier escenario y por las posibilidades que al tiempo se despliegan ante el autor, no podría decir que este, ni ningún otro, sea mi género preferido. Aunque mentiría si negara que la novela de terror ejerce en mí una especie de magnetismo que no me permite alejarme demasiado de su periferia. De todas maneras, las verdaderas historias de terror no son ficticias, y lo que uno escribe ni siquiera se aproxima a lo que sucede en el mundo real.

4. ¿Qué clase de lectores piensas que pueden disfrutar más tu novela?
Como he dicho antes, es el lector quien siempre tiene la última palabra. De él es de quien depende al fin que la obra trascienda o no. Es por esto que el respeto del autor en referencia al lector debe ser reverencial. Está claro que uno escribe con el fin de ser leído. Decir lo contrario no tiene sentido. Pero el escritor, mientras lo es plenamente, se convierte en un ser solitario que no puede permitirse el lujo de pensar en los demás. Eso desnaturalizaría su obra. Quizá sea la causa de que muchos manuscritos acaben sepultados en un cajón. Traspasar esa fase es siempre un salto mortal. Y uno nunca sabe cómo va a caer. Hélix puede gustar a quienes son más aficionados al género, o puede que no tanto. Para mí el escenario ideal sería que alguien ajeno a este tipo de literatura se viera arrastrado por la misma espiral que a mí me condujo a este punto cuando leí por primera vez una novela de terror. Hélix es otra puerta, y todas las puertas conducen a otros lugares. Esta es una minúscula parte de mi universo personal, y de esta novela, en definitiva, podrá disfrutar quien sin ambages comparta espacios comunes.

5. ¿Cuáles son tus autores referenciales?
La primera vez que leí un relato de terror, y de esto puedo asegurar que ha pasado muchísimo tiempo, supe que la literatura formaría parte de mi manera de entender la vida para siempre. Tal vez por eso me siento en deuda con este género y en consecuencia no puedo hacer otra cosa que, en la medida de lo posible, rendirle tributo. Se trataba de La declaración de Randolph Carter”,  de H.P.Lovecraft. Inevitablemente aquella lectura me condujo a otros autores como Poe, Maupassant… King es un gran referente, y entiendo que debe serlo tanto para mí como para cualquiera, ya que como ningún otro ha logrado trascender a las limitaciones de un género que muchos consideran marginal y forma ya parte de la cultura popular. Pero la mejor obra de este estilo que conozco es Ghost Story, de Peter Straub, porque consigue envolver de tal manera al lector que, por momentos, la ficción resulta indistinguible de la realidad. Considero que limitarse exclusivamente a un género sería un error, porque más allá de ese universo lo que hay es el infinito, y poder explorarlo galaxia a galaxia es un privilegio que por suerte aún está a mi alcance. Esto me convierte en un lector ávido de todo tipo de literatura, desde Zane Gray hasta Neil Gaiman, de Andrea Camilleri a J.M.Gironella… Y también hay otros autores más o menos noveles y contemporáneos, como Abel Loro, a quienes espero seguir leyendo porque ahí es donde la nueva literatura se sostendrá de aquí en adelante.

6. ¿Cuál es el último libro que has leído?
Este aún lo tengo entre manos y se titula “Para raros nosotros”, de Paul Bohamman. No puedo decir que sea una lectura obligada, aunque es cierto que forma parte de mi actual plan de estudios, y si no fuera así tal vez nunca habría llegado a conocerlo. Simultáneamente he leído “Sleeping beauties”, de Stephen King, “El niño de papel”, de Abel Loro y alguna que otra cosa más. La lista de lecturas pendientes es infinita. Pero eso es lo que hace que este mundo sea interesante.

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